___________________________________________________
Si se exceptúa a Marcus Baldwin, la mayoría de grabadores norteamericanos del
llamémoslo período clásico, y que cabe acotar convencionalmente entre mitad
del siglo XIX y hasta razonablemente 1920, o incluso, por qué no, hacerlo
coincidir con el primer centenario del sello estadounidense (1847-1947); el
resto de artistas del buril, decíamos, desarrollaron más ampliamente su genio
en planos extrafilatélicos, y muy especialmente en el área de la confección de
retratos y viñetas para billetes y otros valores estatales, aunque también en
obras singulares y propias, tales como láminas solicitadas por asociaciones
artísticas y expansiones similares.
Todos estos grandes maestros del grabado, no obstante y su dedicación casi exclusiva en esos ámbitos muy abiertos y con frecuencia más exigentes, también grabaron sellos, y es tan larga la lista que nombrar a Alfred Jones, James Smillie, Joseph Ourdan o Ives Pease, es sólo mencionar a algunos de los que destacan en la cumbre, pero en absoluto a los únicos y quizá ni siquiera a todos los primeros.
Uno de los artistas que merece sin duda una cima propia y separada es George Frederick Cumming Smillie, último depositario de una extensa y variada tradición familiar en el arte del grabado y que tal vez sea el mayor retratista de ese período clásico antes reseñado, quizá sólo discutido por Charles Burt.
Todos estos grandes maestros del grabado, no obstante y su dedicación casi exclusiva en esos ámbitos muy abiertos y con frecuencia más exigentes, también grabaron sellos, y es tan larga la lista que nombrar a Alfred Jones, James Smillie, Joseph Ourdan o Ives Pease, es sólo mencionar a algunos de los que destacan en la cumbre, pero en absoluto a los únicos y quizá ni siquiera a todos los primeros.
Uno de los artistas que merece sin duda una cima propia y separada es George Frederick Cumming Smillie, último depositario de una extensa y variada tradición familiar en el arte del grabado y que tal vez sea el mayor retratista de ese período clásico antes reseñado, quizá sólo discutido por Charles Burt.
Algunos
de los primeros grabados de George F. C. Smillie en la American Bank Note, bajo la atenta supervisión de su tío James Smillie: Las
cosechadoras (1872, sobre una versión de 1860 grabada por Alfred Sealey y James D. Smillie), Joven con velo (1873) y Madre con niño (1874). El primero
de los grabados se usó en billetes posteriores, entre ellos uno español de 1876 (1000 pesetas), llegando incluso a reutilizarse
casi medio siglo después en el reverso de un billete checoslovaco de 1919. George F. C. Smillie también grabó un retrato de Juan Álvarez Mendizábal, en 1883, que se utilizó en algunos billetes españoles de finales del siglo XIX (fecha facial 1884) confeccionados por la ABNco
No hay grabados de principiante en la obra de George F. C. Smillie, maestro
desde que tomó los buriles. De izquierda a derecha, otros grabados de sus
primeros años, Loyalty (1874), Majesty (1876) y Retrato de niña (1877)
George F. C. Smillie llegó al mundo en Nueva York a finales de 1854, hijo de uno de los hermanos de James Smillie, afamado grabador nacido en Escocia y con el tiempo
caudillo de una familia en la que se hizo raro y hasta extravagante encontrar
algún miembro dedicado a otra cosa que no fuera hollar el camino artístico, sea
en la dimensión inhóspita del grabado a buril o, en menor medida, en el terreno
más corriente de los pinceles.
A
la izquierda, prueba de estado de un grabado alegórico de Smillie. En el centro
y a la derecha, retratos de Julio A. Roca (Argentina) y Adolfo Ballivián
(Bolivia), ambos de inmediato en billetes suramericanos de la época
Con sólo 17 años, en 1872, el joven George entró en la American
Bank Note y ya a finales del mismo año de ingreso terminó su primer grabado (The reapers, Las cosechadoras). Smillie
tuvo como maestros primero a su tío James,
que tenía como especialidad el grabado de escenas costumbristas y paisajes, y después
al gran Alfred Jones, a quien
siempre veneró.
En la American
Bank Note, George F. C. Smillie estuvo más de
quince años, y después y antes de incorporarse al BEP, pasó por varias compañías
de grabado, incluyendo una estancia de un año en Canadá seducido por la
propuesta artística de otro de sus tíos.
Retrato
de Henry Lyman grabado por George F. C. Smillie en el año que estuvo en la
compañía Canada Bank Note de Montreal, y a la derecha, América, figura
alegórica con gorro frigio grabada para Homer Lee Bank Note de Nueva York y que más tarde apareció
en un billete venezolano (Banco Caracas, 20 bolívares)
Obra filatélica
La obra filatélica de George F. C. Smillie es tan concisa en su totalidad como, sin
embargo y significativamente, continua en el tiempo. Y así, empezó por grabar
algunos retratos en los primeros años que estuvo en la American Bank Note, para sellos que fueron emitidos por países
suramericanos como Brasil o Uruguay, y después y ya a partir de 1894 cuando se incorporó al BEP, incidió regularmente viñetas de
emisiones estadounidenses.
El grabador llegó al BEP de la
mano de Thomas F. Morris, que ya le
conocía por haber coincidido ambos en la American Bank Note e incluso, y no
hacía tanto, en la compañía Homer Lee
Bank Note. A pesar de que entonces había otros grabadores con más edad y
prestigio, el diseñador ya consideraba a Smillie
como el mejor sin discusión, y este juicio unido al previsible desarrollo
inminente de una obra superior, convencieron a Morris de la necesidad imperiosa de tenerlo a su lado una vez aceptada
la responsabilidad de dirigir el departamento artístico del BEP.
Pero no deja de ser llamativo que en las series y emisiones en las que
participó Smillie, generalmente fuera
Marcus W. Baldwin el artista que
terminó grabando los sellos más atractivos y hoy mejor considerados. Quizá Smillie no se sintiera lo bastante tentado
por los grabados entonces menores y, especialmente en lo que se refiere a los
retratos, con un espacio dispensado muy reducido y menesteroso.
Algunos de los primeros sellos grabados por George
F. C. Smillie para de Estados Unidos. Sello específico de periódicos
(1895), del que mostramos una prueba de punzón firmada por Lyman F. Ellis,
grabador de marco y letras; y retrato de James Madison (1894). Este sello de
1894 fue diseñado por Thomas F. Morris, encargándose Lyman F. Ellis y E. M.
Hall de grabar letras y marco
En la serie Trans Mississippi de 1898, dedicada a la Exposición
Internacional celebrada en Omaha (Nebraska), Smillie grabó las viñetas tres
sellos. Estos son dos de ellos, para los que Douglas S. Ronaldson grabó letras
y marcos. La serie fue diseñada por Raymond Ostrander Smith. Imagen del sello de la derecha procedente del blog bigblue1840-1940.blogspot.com
Estados Unidos, 1898, Trans Mississippi, Exploración
del suelo. Viñeta grabada por George F. C. Smillie, partiendo un dibujo de Frederic
Remington, a la izquierda. Diseño de Raymond Ostrander Smith. Douglas S.
Ronaldson grabó letras y marcos. Calcografía
Hay que tener en cuenta que cuando Baldwin
llegó a Washington para incorporarse al BEP,
a principios de 1897 y coincidiendo con el adiós airado de Charles Schlecht, Smillie ya había ascendido a los cielos
tras su muy activa e intensa participación en los billetes educacionales de 1896.
Sea como fuera y aún así, Smillie
legó a la filatelia unos cuantos retratos escogidos e impecables. En la
renovada serie estadounidense de personalidades de 1894, cabalmente Smillie
sólo aportó un nuevo retrato, el de James
Madison, pues se aprovecharon las matrices
originales de cuatro años antes confeccionadas por la American Bank Note y se rectificaron a duras penas añadiendo los
triángulos en los vértices superiores.
Estados Unidos,
1902-03, Benjamin Franklin y James A. Garfield. Sellos diseñados por Raymond
Ostrander Smith, de quien a la izquierda se expone un dibujo del sello de Franklin
del que hay dudas razonables de que no fuera realizado con posterioridad a la
emisión, o incluso de que haya sido trazado por su mano. Retratos grabados por George
F. C. Smillie, aunque el de Garfield fue terminado por Marcus Baldwin. Marcos
grabados por el propio Smillie (1c) y por Robert Ponickau (6c). Cifras
y letras grabadas por Lyman F. Ellis, que contó con la colaboración de G. U. Rose en
el sello de Garfield. Impresión en calcografía
Estados Unidos, 1903, James Madison, George Washington y John Marshall. Diseños de Raymond Ostrander Smith. Retratos grabados por George F. C. Smillie. Marcos grabados por Robert Ponickau. Cifras y letras grabadas por George U. Rose, con
la colaboración de Lyman F. Ellis
en el
sello de 2 dólares. Impresión en calcografía
Hay dudas de que los dibujos de diseño que exponemos de esta serie de 1902-03, no los realizase Raymond Ostrander Smith después de emitidos los
sellos o incluso de que no fueran suyos, pero en cualquier caso, los bocetos
originales definitivos posiblemente fueran muy similares. Estos dibujos y otros
varios de la serie, aparecieron en 2003 en la revista filatélica "The
United States Specialist" y fueron objeto de estudio y discusión a partir
de los artículos de Roger Brody, sin que se llegara a
conclusiones definitivas sobre su autenticidad. En 2017, los dibujos de la
serie, 17 en total, fueron subastados y alcanzaron un precio que rondó los 3000
dólares.
En esa serie de personalidades iniciada en 1902 y diseñada por Raymond Ostrander Smith, el maestro grabó casi
todos los retratos, nueve de los catorce, encargándose Marcus Baldwin de los
cinco restantes.
Los billetes más bellos del mundo
Los billetes norteamericanos llamados educacionales de 1896, son conocidos así por el motivo del valor de 1 dólar, La Historia educando a la juventud.
La génesis artística de estos billetes tan famosos no pudo ser más accidentada o, en realidad y expresado con mayor precisión, más enconada y a la vez apasionante. Y es que a la ambición de la empresa por sí misma, que consistió básicamente en crear unos billetes alejados, más artística que estéticamente, de los hasta entonces tradicionales, se sumó la participación de varios y acreditados artistas que debían de aunar ingenio y también camaradería.
Y ni qué decir tiene que hubo en la confección de estos billetes tanto ingenio como poca fraternidad. Es muy normal, después de todo, si bien lo pensamos. Demasiados gallos en un mismo corral, y eso que al menos en la confección de los reversos, no surgieron mayores problemas, entre otras razones porque hubo un solo diseñador sin interferencias, Thomas Francis Morris (1852-1898), y además para los retratos se hizo uso de grabados anteriores, no ofreciendo contratiempos el grabado de las partes novedosas.
Pero vayamos con orden, y empezamos con el billete de 1 dólar, que contiene la ilustración referida que terminó por dar el sobrenombre a esta serie de sólo tres valores, aunque estaban previstos algunos más y hasta se llegó a avanzar mucho en el siguiente. Esta maravillosa viñeta, History instructing youth, fue un diseño original del artista Will H. Low (1853-1933). Y aquí pudiéramos decir que da comienzo la secuencia de discordia que, a grandes rasgos al menos, cabe señalar que se repitió en la confección de los otros dos diseños.
Will H. Low, el artista, consciente de esta creación tan especial,
quiere que se respete al milímetro su diseño, incluyendo en esa solicitud hasta
el tamaño y el grosor del valor facial, y no digamos ya los tonos de la
composición y otros aspectos no menos importantes. Thomas F. Morris, que
en 1893 había llegado al BEP precedido de una gran fama y que era el jefe de la sección artística, pues lógicamente se
siente responsable del diseño definitivo a adoptar, antes de cederlo a los
grabadores. Así que Morris exige modelar y ajustar la obra original de
los artistas, y entregar después el diseño definitivo a los grabadores.
¿Y quiénes son los grabadores que están allí, al lado de Morris? Pues si de los más eminentes hablamos, nada menos que Charles Schlecht y George F. C. Smillie. Pero es que, para complicar todavía más las cosas, resulta que Smillie o Schlecht, de acuerdo con el jefe del BEP, Claude M. Johnson, se entienden a su vez directamente con los artistas a espaldas de Morris, lo que causa la irritación natural de este último, al considerar que aquéllos invaden su espacio. Los grabadores, a su vez, dicen que nadie mejor que ellos para sensibilizar a los artistas sobre el brusco cambio de rasante que supone proyectar la obra de los pinceles sobre una superficie opuesta y reacia, con un lenguaje tan disímil y hasta contrario, lo que no obsta para que Morris arguya que sólo él, precisamente, es capaz de establecer el justo y preciso equilibrio entre unos y otros.
Para este billete de 1 dólar, finalmente se utilizaron
en el reverso sendos retratos de Martha y George Washington
grabados anteriormente por Charles Burt y Alfred Sealey, siendo Thomas
F. Morris el diseñador. Este último modela y ajusta, asimismo, el
anverso con la obra original del muralista Will H. Low, que se encarga
de incidir sobre el acero Charles Schlecht, autor igualmente de las
bellas figuras marginales del reverso. Otros grabadores de la Oficina
tallaron las partes periféricas y convencionales del billete, tanto en el
anverso como en su reverso.
Thomas F. Morris hijo, al que igual que con Baldwin y en este caso con un encomio todavía más afectivo y comprensible, escribió un gran perfil de su padre que se publicó por entregas en The Essay-Proof Journal. En uno de estos capítulos, expuso Morris hijo la imagen agregada tras estas palabras y en la que se ve el diseño previsto en un principio para el billete de 2 dólares.
Finalmente se descartó esa alegoría de la paz y la guerra, obra de Will H.
Low, y se eligió otra que estaba predestinada para el billete de 50
dólares, La Ciencia presenta la Electricidad y el Vapor, al Comercio y a la
Manufactura. Este bello conjunto alegórico dispuesto en el billete emitido,
fue obra del prestigioso artista Edwin Howland Blashfield (1848-1936),
encargándose Thomas F. Morris del diseño definitivo. Charles Schlecht
y George F. C. Smillie grabaron conjunta y magistralmente la viñeta.
En cuanto al reverso, en principio, y salvo pruebas o juicios rotundos que con el tiempo podamos encontrar en otro sentido, asignamos el grabado de los retratos de Fulton y Morse a Charles Burt y Charles Schlecht respectivamente, aunque en algunas fichas se atribuyen ambos a Lorenzo J. Hatch, que grabó con seguridad, no obstante, los dos retratos del billete de 5 dólares que enseguida veremos.
Es curioso que, de los tres billetes educacionales, sea el retrato de Morse el que más dudas deja sobre la
autoría. Pues además, resulta que el primer retrato que grabó Smillie en su carrera fue uno muy similar, y de
hecho sólo diferente por las gafas que lleva Morse. Este retrato de Smillie
es de 1876, y según contó el propio
autor después, la buena apreciación artística que se hizo del grabado en la American Bank Note aumentó su salario a
35 dólares semanales.
Incluso Smillie, que tenía una
escogida colección de grabados suyos y de colegas conocidos, guardaba entre sus
posesiones una impresión del grabado de Morse
del billete educacional con fecha escrita a lápiz de 1877 y firmado sólo por
él. Normalmente Smillie escribía en
la parte inferior de estos grabados el nombre del autor, y cuando sólo constaba
la rúbrica propia, se entiende que la obra era suya. En fin, que de momento no parece que
vaya a esclarecerse con rotundidad inequívoca la autoría del espectacular retrato de Morse en el billete de 2$, circunstancia que no impide la degustación plena y exaltada...
Thomas F. Morris llevó, como Baldwin, un diario, y gracias a esta
buena costumbre y a la generosidad afable de su hijo muchos años después, hemos
podido saber de la procelosa creación de estos billetes maravillosos. Y es
curiosa otra circunstancia. Morris era amigo de Smillie, pero aún
por encima de la amistad, estaba su admiración hacia el grabador, a quien
consideraba el más capacitado artista de su generación y a quien había llamado
para el Bureau nada más
llegar en 1893. De ahí que, por más difícil que fuese el carácter de Fred
Smillie, como era llamado entre los conocidos, Morris, aún
sintiéndose a veces traicionado en el transcurso de la confección de
estos billetes y siendo en realidad su jefe, nunca se planteó prescindir
del grabador y ni siquiera matizar la estimación que le tenía. Una integridad
estoica que le honra. La admiración irresistible disipó las exigencias de la
amistad.
Sobre estas líneas y para el espectacular anverso del billete de 5
dólares, se aprecia en una sola imagen la transición de la composición
original del artista, obra de Walter Shirlaw (1838-1909), a la
disposición definitiva del diseñador, Thomas F. Morris.
Y ciertamente esa imagen es muy claramente indicativa de la discordia antes reseñada. El artista realizó una pintura al óleo, La Electricidad como fuerza dominante del mundo, que enmarca con los ornamentos protocolarios del billete luego de cambiar impresiones con el diseñador y los grabadores. Morris, entonces, recibe ese diseño de Shirlaw, y comprueba que no se ajusta exactamente a lo acordado, por lo que decide modelar el resultado final, que después hace llegar al grabador. El grabado es una talla portentosa de George F. C. Smillie que destila belleza y verdad.
Para el reverso hubo menos devaneos en el diseño, que dispuso Morris sin
intromisiones y para el que igualmente Smillie grabó la bella figura
alegórica central. Los retratos laterales de Ulysses S. Grant y Philip H. Sheridan son
de Lorenzo J. Hatch, ambos realizados unos años antes (1886 y 1884
respectivamente) y utilizados en otros billetes. Y apuntemos también que,
según Morris hijo, para los rasgos de la espléndida figura alegórica el
diseñador se inspiró en su propia mujer. En letras y cifras de anverso y
reverso, así como en todo el entramado ornamental, participaron varios
grabadores del Bureau, entre ellos los hermanos Ponickau, James
Kennedy o Edward M. Hall.
Desgraciadamente, Thomas F. Morris
falleció a causa de un tumor cerebral en enero de 1898. Baldwin sintió la muerte prematura de Morris como si de un familiar cercano se tratara, y hemos de
suponer que otro tanto le sucedería a Smillie,
pese a las tormentas del pasado, o quizá y todavía en mayor grado, precisamente
por esas desavenencias ahora inanes y lacerantes.
Pero sin duda el mejor
retrato que de Theodore Roosevelt grabó Smillie, fue el realizado
en 1908. Por fortuna, contamos con una muy buena imagen de este retrato
que nos permite una ampliación detallada del centro esencial. Imponente Smillie…
Cerramos
este acercamiento a uno de los mejores grabadores de sellos y billetes que ha
habido jamás, con dos retratos deliciosos de mujeres bellas. Acaso Smillie
sentía una atracción irresistible por esta actriz de la época, Hazel Dawn,
y la indagó en el acero con finura y emoción. En sus anotaciones de grabado, el
artista tituló este retrato como Arbores,
fácilmente interpretable como un sueño muy íntimo de Flora,
la diosa de las flores y de la primavera, a la que en el mismo año Smillie
buscó en otra versión más explícita y confesa.
Estados Unidos, 1902-03, Andrew Jackson y Martha
Washington. Sellos diseñados por Raymond Ostrander Smith, de quien a la
izquierda exponemos un dibujo del sello de Jackson sobre el que hay dudas razonables
de que no fuera realizado con posterioridad a la emisión, e incluso se especula
que pudo haber sido trazado por otra mano. Retratos grabados por George F. C.
Smillie. Marcos grabados por Robert Ponickau (6c). Cifras
y letras grabadas por G. U. Rose, que contó con la colaboración de E. M.
Weeks en el
sello de Jackson. Impresión en calcografía
De la emisión
de la Exposición de Louisiana (1904) y que estuvo formada por 5 sellos, George
F. C. Smillie grabó tres de los retratos, Jefferson, Monroe y McKinley, sobre
estas líneas este último. A la derecha, el sello de la emisión conmemorativa de
la Exposición de Jamestown (1907) cuya viñeta de Pocahontas grabó Smillie.
Ambas series diseñadas por Clair Aubrey Huston. Robert Ponickau incidió los
marcos de las dos series, grabando las letras G. U. Rose y E. M. Hall. Los
últimos sellos estadounidenses que grabó Smillie fueron los de la serie de Pilgrim
de 1920
Thomas Francis Morris (1852-1898) |
Los billetes norteamericanos llamados educacionales de 1896, son conocidos así por el motivo del valor de 1 dólar, La Historia educando a la juventud.
La génesis artística de estos billetes tan famosos no pudo ser más accidentada o, en realidad y expresado con mayor precisión, más enconada y a la vez apasionante. Y es que a la ambición de la empresa por sí misma, que consistió básicamente en crear unos billetes alejados, más artística que estéticamente, de los hasta entonces tradicionales, se sumó la participación de varios y acreditados artistas que debían de aunar ingenio y también camaradería.
Y ni qué decir tiene que hubo en la confección de estos billetes tanto ingenio como poca fraternidad. Es muy normal, después de todo, si bien lo pensamos. Demasiados gallos en un mismo corral, y eso que al menos en la confección de los reversos, no surgieron mayores problemas, entre otras razones porque hubo un solo diseñador sin interferencias, Thomas Francis Morris (1852-1898), y además para los retratos se hizo uso de grabados anteriores, no ofreciendo contratiempos el grabado de las partes novedosas.
Pero vayamos con orden, y empezamos con el billete de 1 dólar, que contiene la ilustración referida que terminó por dar el sobrenombre a esta serie de sólo tres valores, aunque estaban previstos algunos más y hasta se llegó a avanzar mucho en el siguiente. Esta maravillosa viñeta, History instructing youth, fue un diseño original del artista Will H. Low (1853-1933). Y aquí pudiéramos decir que da comienzo la secuencia de discordia que, a grandes rasgos al menos, cabe señalar que se repitió en la confección de los otros dos diseños.
Anverso del billete
educacional de 1 dólar de 1896. Diseño de Thomas F. Morris, a partir de una
obra original del artista Will H. Low. La viñeta fue grabada por
Charles Schlecht. A la izquierda, un dibujo preliminar de Low con vistas al
diseño; imagen procedente de The Essay-Proof Journal
¿Y quiénes son los grabadores que están allí, al lado de Morris? Pues si de los más eminentes hablamos, nada menos que Charles Schlecht y George F. C. Smillie. Pero es que, para complicar todavía más las cosas, resulta que Smillie o Schlecht, de acuerdo con el jefe del BEP, Claude M. Johnson, se entienden a su vez directamente con los artistas a espaldas de Morris, lo que causa la irritación natural de este último, al considerar que aquéllos invaden su espacio. Los grabadores, a su vez, dicen que nadie mejor que ellos para sensibilizar a los artistas sobre el brusco cambio de rasante que supone proyectar la obra de los pinceles sobre una superficie opuesta y reacia, con un lenguaje tan disímil y hasta contrario, lo que no obsta para que Morris arguya que sólo él, precisamente, es capaz de establecer el justo y preciso equilibrio entre unos y otros.
Reverso del billete de 1 dólar diseñado por Thomas F. Morris. Obsérvense
las figuras de los ángulos superiores, grabadas por Schlecht. ¡Qué maravilla! A
la derecha, el grabado de Washington utilizado en el billete, realizado por
Alfred Sealey en 1867. El retrato de Martha Washington fue grabado por Charles
Burt en 1878
Thomas F. Morris hijo, al que igual que con Baldwin y en este caso con un encomio todavía más afectivo y comprensible, escribió un gran perfil de su padre que se publicó por entregas en The Essay-Proof Journal. En uno de estos capítulos, expuso Morris hijo la imagen agregada tras estas palabras y en la que se ve el diseño previsto en un principio para el billete de 2 dólares.
Diseño
previsto y finalmente descartado de Will H. Low, Paz y Guerra, para el
billete de 2$. Imagen colorizada digitalmente
Anverso del billete estadounidense de
2$. La alegoría fue obra de Edwin H. Blashfield, siendo G. F. C. Smillie y
Charles Schlecht los grabadores de la viñeta. El diseño fue ajustado por Thomas F. Morris
En cuanto al reverso, en principio, y salvo pruebas o juicios rotundos que con el tiempo podamos encontrar en otro sentido, asignamos el grabado de los retratos de Fulton y Morse a Charles Burt y Charles Schlecht respectivamente, aunque en algunas fichas se atribuyen ambos a Lorenzo J. Hatch, que grabó con seguridad, no obstante, los dos retratos del billete de 5 dólares que enseguida veremos.
Reverso del billete de 2$, diseñado por Thomas F.
Morris. Los retratos fueron grabados por Charles Burt (Fulton) y
Charles Schlecht (Morse)
Sobre estas palabras y en el centro, el grabado que de Morse realizara
George F. C. Smillie en 1876 tomando como punto de partida la fotografía de la izquierda; y a la derecha, una impresión calcográfica del grabado
probablemente utilizado en el billete educacional y que pertenecía a la
colección del artista, que lo firmó y dató en el año de 1877
El impresionante retrato de Morse impreso en el
billete, al lado de la fotografía usada por el grabador en el diseño
Imagen en la que se puede ver la pintura original del artista Walter
Shirlaw, y debajo la adaptación final del diseñador, Thomas F. Morris; fotografías procedentes de la revista The Essay-Proof Journal (1968, No. 98)
Y ciertamente esa imagen es muy claramente indicativa de la discordia antes reseñada. El artista realizó una pintura al óleo, La Electricidad como fuerza dominante del mundo, que enmarca con los ornamentos protocolarios del billete luego de cambiar impresiones con el diseñador y los grabadores. Morris, entonces, recibe ese diseño de Shirlaw, y comprueba que no se ajusta exactamente a lo acordado, por lo que decide modelar el resultado final, que después hace llegar al grabador. El grabado es una talla portentosa de George F. C. Smillie que destila belleza y verdad.
Anverso de este billete de 5$ (1897), con una alegoría, Electricidad
Triunfante, obra de Walter Shirlaw y que grabó George F. C. Smillie
Reverso del billete de 5$, diseñado por Morris. Los retratos fueron
grabados con anterioridad por Lorenzo J. Hatch y usados en otros billetes previos, mientras que la figura central
la grabó ex profeso George F. C. Smillie. A la derecha, una ampliación del retrato de
Grant que grabó Lorenzo J. Hatch
Texturas
inimaginables y armoniosas
George F. C. Smillie no llevó un diario como su amigo y colega Marcus Baldwin, pero meditó muchas veces sobre su arte y dejó algunos apuntes de esas reflexiones. La revista The Essay-Proof Journal recopiló a finales de los años cuarenta del siglo pasado varios textos escritos por el artista.
George F. C. Smillie no llevó un diario como su amigo y colega Marcus Baldwin, pero meditó muchas veces sobre su arte y dejó algunos apuntes de esas reflexiones. La revista The Essay-Proof Journal recopiló a finales de los años cuarenta del siglo pasado varios textos escritos por el artista.
A la izquierda, un grabado simbólico de George F. C. Smillie, Judith, realizado en 1890 para una compañía de Chicago. En el centro sobre estas palabras, la primera y extraordinaria idealización (Ninfa, 1893) grabada por Smillie en el año que estuvo en la compañía Hamilton Bank Note de Nueva
York. A la derecha, uno de los usos que la Hamilton Bank Note dio a este
perfil de Smillie, en un afiche publicitario de la compañía
Una de las mayores diferencias que Smillie
encontraba entre el grabado y otras formas de expresión artística, era la imposibilidad de imaginar la obra antes de
abordarla. El artista que utiliza los
pinceles o los lápices, incluso los cinceles, puede imaginar la obra que quiere
hacer, puede pensarla y hacerse una idea visual. El grabador, sin embargo, no
puede imaginar nada, todo ha de fiarlo a la intuición y a la pericia técnica, pero
siempre cuando está realizando la obra, nunca mentalmente. Desde luego se toman
decisiones, pero con el buril en la mano…
De izquierda a derecha, tres grabados de G. F. C. Smillie. Mujer con coraza
y ave fénix sobre la corona (1890); y dos grandes retratos de sus primeros
tiempos en el BEP, John Sherman (Secretario del Tesoro y de Estado) y Richard
Olney (Secretario de Estado). El grabado de Sherman apareció sobre el billete de 50 dólares de 1902
Otra limitación obvia para Smillie
era la renuncia obligada a los colores, que sin embargo el grabador capta e
insinúa sutilmente. El grabador no tiene
colores, pero puede inducir al espectador a imaginarlos. Al igual que un pintor
conoce los tonos resultantes al mezclar unos y otros colores, también el
grabador experimentado sabe y puede crear la sensación de color a través de su
lenguaje propio, que no es otro que el formado por líneas y puntos, con mayor o
menor intensidad, y que puede usar con total libertad.
Retrato del Presidente William McKinley de 1896, y a la derecha, una prueba
de estado de un nuevo retrato de la misma personalidad (1898), grabado por
Smillie a partir de la fotografía aituada en el centro sobre estas líneas. George F. C.
Smillie grabó a algunos personajes varias veces en sus años en el BEP, retratos
que en ocasiones eran usados en billetes posteriores o en otros documentos oficiales.
En 1901, George F. C. Smillie volvió a grabar a McKinley para el billete de 10 dólares (1902)
Respecto a la obra terminada, Smillie
distinguía igualmente diferencias sustanciales con otras formas de expresión
artística. La pintura o la escultura
tienen cada una su textura propia, pero esta es sólo una de sus dimensiones materiales.
Sin embargo en el caso del grabado, además y muy específicamente, la textura es
a a vez el fondo y la forma. El grabado no es otra cosa que textura. No hay
nada más.
Otras maravillas de Smillie, que grabó como la nadie la belleza de la
mujer. Miss Florida Graves (1900); viñeta Unión y Civilización (1901), que aparecería después en el reverso del billete inminente de 20 dólares (1902);
y figura simbólica Columbia, esta última utilizada en el billete de 10
dólares de 1901, para el que Marcus Baldwin grabó el bisonte del anverso
El grabado, razonaba Smillie según su
experiencia, es una manera de expresión
muy desnuda y en apariencia inmediata y directa, y por eso mismo, la
característica que el artista del buril ha de hacer prevalecer es “la armonía”.
Un grabado armonioso ha de ser la meta del grabador. Sin armonía, el grabado no
deviene gran obra artística. Es por esta razón que yo encuentro más relación del
grabado con la música que con ningún otro arte… De hecho, las ideas y normas
del grabador en el instante sagrado del grabado se corresponden con anhelos y conceptos propios
de la música: ritmo, armonía, intensidad… El grabado requiere mucho estudio y todavía más disciplina, pero una vez dominado, el
placer que se obtiene es inmenso.
Muy pocos años después, el artista japonés Sukeichi Oyama (1858-1922), al servicio
de la American Bank Note entonces,
idealizó aún más la figura central de la pintura de Thumann y realizó un grabado delicado de la bella hilandera. Este retrato hondo y
pudoroso fue utilizado después por la casa neoyorquina varias veces, así en billetes de Brasil de los años veinte.
La primacía de Smillie en sus años del BEP (1894-1921) fue
indiscutible. De izquierda a derecha, Alegoría de la Agricultura a partir de
una obra de Adolfo de Nesti (1904), Alegoría de la Fertilidad (1907) y representación
de la autoridad sosegada a través de otra joven y bella mujer (1916)
Perderse en el manglar de los años de esplendor del grabado
norteamericano, es un ejercicio tan fatigoso como propicio para el sobresalto feliz. En 1888, unos años antes de incorporarse al BEP, George F. C. Smillie grabó
para la compañía Homer Lee Bank Note una
alegoría de la prosperidad inspirada en una obra del artista Paul Thumann, Las Parcas.
Alegoría de la Prosperidad, grabada
por George F. C. Smillie para Homer Lee Bank Note Co. en 1888, partiendo de una
pintura de Paul Thumann (1834 – 1908), The Fates (Las parcas), a la
izquierda
Uno de los billetes brasileños de 1926 en los que la American
Bank Note utilizó el retrato de la bella hilandera de Thumann y Smillie
grabado por Sukeichi Oyama muchos años antes
El mejor
grabador del mundo
Durante muchos años y casi desde que George F. C. Smillie llegara a Washington, el Bureau of Engraving and Printing se jactó de tener en su plantilla de artistas al grabador mejor pagado del mundo.
Durante muchos años y casi desde que George F. C. Smillie llegara a Washington, el Bureau of Engraving and Printing se jactó de tener en su plantilla de artistas al grabador mejor pagado del mundo.
Smillie correspondió a este trato del BEP
grabando sin descanso todo tipo de obras, si bien los retratos fueron siempre
su área predilecta. El artista tenía clara su escala de intereses y
valoraciones, y en primer lugar situaba los retratos y las escenas de carácter
histórico. En segunda instancia colocaba las escenas costumbristas y los
paisajes, y en último lugar estimaba los grabados ornamentales, es decir,
cifras, letras y marcos.
George F. C. Smillie grabó la mayoría de
viñetas y retratos de los billetes estadounidenses de su época, entre ellos
algunos de los más famosos y bellos de la historia. Para el retrato del jefe
indio en el billete de 5 dólares de 1899, Smillie tomó como base la
fotografía adjunta de Alexander Gardner. Por estrictas razones de diseño, Smillie sustituyó las plumas por el bonete de guerra indio y procedió al grabado del retrato definitivo
Y Smillie estaba conforme con la
división del grabado para obtener los mejores resultados. No consideraba el
artista que este reparto especializado de unas y otras tareas mermara en modo alguno el
resultado final, sino todo lo contrario.
Aunque Smillie grabó una soberbia versión (izquierda,
1897) del anterior grabado del Águila y el Capitolio de la American Bank Note,
fue este grabado de James Bannister (1821-1901) el que se utilizó en el billete de 1 dólar de 1897. Los retratos
inferiores de este billete sí los grabó G. F. C. Smillie
Smillie, consciente de su talento, no tenía un carácter fácil, y sus disputas con Thomas F. Morris o Charles Schlecht dan fe de cierta intransigencia cuando entendía
que su juicio artístico podía ser objeto de debate y aún de sencilla y cordial discusión.
Con Baldwin, sin embargo, Smillie congenió desde el primer
instante, aunque quizá la afabilidad sigilosa y modesta de este grabador fuera
un factor determinante. La camaradería entre ambos artistas fue tan estable y
confiada, que con el tiempo llegaron a participar juntos en algún negocio
privado, empresa que por lo demás resultó un fracaso ruinoso. Por otra parte, Smillie
confiaba en el juicio artístico de Baldwin,
y en no pocas ocasiones compartieron un protagonismo amistoso y distendido en varias series de sellos y
billetes estadounidenses muy emblemáticos.
George
F. C. Smillie y Marcus Baldwin congeniaron siempre y fueron grandes amigos. En
el billete de 1899, a la izquierda, Smillie grabó el retrato de Washington y
Baldwin las figuras alegóricas. El reverso del billete de 100 dólares (1914),
fue grabado por Smillie partiendo de una obra original de Kenyon Cox;
Baldwin grabó el retrato de Benjamin Franklin del anverso
Smillie y Baldwin, además, casi fueron
despedidos al mismo tiempo en el BEP,
a principios de los años veinte del siglo pasado, y los dos terminaron sus días
como grabadores en la American Bank Note,
si bien el primero por muy poco tiempo, ya que llegó más tarde y falleció en
Washington el 21 de enero de 1924. A la vieja compañía de Nueva York acudieron porque los
llamó entusiasmado y agradecido su más digno y eminente sucesor, Robert Savage.
Siempre que hubiera de por medio una expresión humana, fuera en una fotografía,
una pintura o en una escultura, George F.
C. Smillie extraía y en realidad creaba una obra delicada y
exquisita, embargada de belleza y elegancia.
Tres grabados excepcionales de Smillie en sus últimos años
en el BEP, el del congresista Cyrus Adams Sulloway (1917); el de Ceres (1917), diosa de la
agricultura, inspirándose en pinturas de Jules Joseph Lefebvre; y por último, una espléndida alegoría de la libertad (Liberty, 1919)
Estatua de la Paz, en el Parque Militar de
Vicksburg, Minnesota, obra de William Couper (1853-1942). A la derecha, la
ofrenda que G. F. C. Smillie grabó en 1908 y que apareció muchos años después en un billete de pago militar
Tras muchos años acechando
facciones, Smillie consideraba la vanidad como el rasgo más común entre
los muchos personajes que retrató. A Theodore Roosevelt lo grabó
varias veces, y respecto a la primera de ellas, contaba Smillie que en la
fotografía enviada por el político, el líder republicano tenía ¡casi veinte
años menos!
Dos de los varios retratos que Smillie grabó de
Theodore Roosevelt. A la izquierda el primero en el tiempo, año 1900, y a la
derecha el último, realizado en 1921 y precedido por una prueba de estado
Retrato de Theodore Roosevelt grabado por George F.
C. Smillie en 1908
Woodrow Wilson fue otro de los Presidentes a los que Smillie
retrató en diferentes ocasiones, antes y cuando estaba en el cargo máximo, y alguno de esos grabados, como el iniciado
en 1912, terminó formando parte del facial de un billete.
En el grabado de Ulysses
S. Grant que Smillie comenzó durante 1916, el artista dio lo
mejor de sí mismo. La ocasión bien lo merecía. Grant había sido antes
grabado con mucho genio, sobre todo por Lorenzo J. Hatch tal y como
hemos visto en el reverso del billete educacional de 5 dólares, y Smillie
quiso dejar huella con un nuevo y último discernimiento. Las facciones duras y la barba tupida de Grant incitaron a Smillie tanto como a Hatch…
Retratos de Woodrow Wilson grabados por Smillie en 1912 y 1914, este último junto a una prueba de estado
Retrato del Presidente Ulysses S. Grant, obra de
George F. C. Smillie, que utilizó como punto de partida la fotografía expuesta en primer término. A la derecha, dos pruebas de estado de este retrato majestuoso, de unas medidas aproximadas de 13.9 x 11.17 cm
En 1917, Smillie
grabó otra vez a Washington desde el
retrato inacabado de Gilbert Stuart. Es un retrato excelente de Smillie, que como en 1899 grabó a Washington mirando hacia el lado
contrario de la pintura original de Stuart,
y que ha llegado hasta nuestros días impreso en el billete estadounidense de 1 dólar. Giramos el sentido original de la obra de Stuart para una mejor
comparación con la instigación a buril de Smillie.
El
Washington inacabado de Gilbert Stuart (1796) y la última recreación de George F. C. Smillie, utilizada a partir de 1918 en el billete de 1 dólar y que ha
llegado hasta el presente
En
1917, George F. C. Smillie grabó a la bella actriz Hazel Dawn a partir de la fotografía anexa. A la derecha,
una interpelación directa a Flora, diosa de las flores y de la primavera,
basándose en un dibujo de Zula Kenton
________________________________________________________________________________________________________