La vida es una sombra que camina... Una historia contada por un
necio, llena de ruido y furia, que nada significa
Si se exceptúa la de Checoslovaquia, en ninguna otra filatelia como en la francesa
los autores han gozado de una mayor libertad de exposición de su yo artístico, manifestación superior de
la personalidad en la creación.
No es extraño. Al fin y al cabo, Francia, alma mater de todas las vanguardias artísticas, alienta esa visibilidad del artista en su obra como parte esencial de la misma obra de arte. Flaubert es la excepción; Decaris, una de las pequeñas cumbres de este egotismo emancipado y genial.
No es extraño. Al fin y al cabo, Francia, alma mater de todas las vanguardias artísticas, alienta esa visibilidad del artista en su obra como parte esencial de la misma obra de arte. Flaubert es la excepción; Decaris, una de las pequeñas cumbres de este egotismo emancipado y genial.
Albert Decaris nació en Sotteville el 6 de
mayo de 1901 y falleció en París el 1 de enero
de 1988. Su ingente obra incluye, aparte de más de
setecientos grabados para sellos postales emitidos, todo tipo de grabados y
diseños para publicaciones públicas y privadas, así como ilustraciones para
grandes clásicos de la literatura, desde Shakespeare hasta Cervantes, pasando por muchos de los grandes escritores
franceses.
Son muy populares, por no decir icónicos, los grabados a buril de Decaris de las calles y arquitecturas más aclamadas de la ciudad de la luz. Un París oscuro y neblinoso en el acero de Decaris, que diseñó y grabó en este sello mítico de 1950 la que quizá sea la vista filatélica más famosa de la bella capital francesa.
Son muy populares, por no decir icónicos, los grabados a buril de Decaris de las calles y arquitecturas más aclamadas de la ciudad de la luz. Un París oscuro y neblinoso en el acero de Decaris, que diseñó y grabó en este sello mítico de 1950 la que quizá sea la vista filatélica más famosa de la bella capital francesa.
Francia, 1950, Vista de París.
Decaris diseñó y grabó la viñeta, mientras que un joven Jacques Combet (1920-1993)
grabó el espectacular marco, en cuyo diseño asimismo intervino; impresión en calcografía. A la derecha, París en una de las innumerables láminas que Decaris grabó de su ciudad
Con
sólo 14 años, Albert Decaris ya tenía muy clara su vocación artística, pero aún
no tenía decidido en qué área pensaba especializarse. «Siendo adolescente», reveló
Decaris muchos años después, «me sentía ya artista, pero entonces todavía no
tenía claro si sería pintor, escultor o grabador».
A la izquierda y en el centro, Alfred Janniot en la Villa Médici (1922), boceto (aguada con tinta y carboncillo, 48 x 34 cm) y grabado final (43 x 30 cm) de Albert Decaris. El grabador conoció al escultor Alfred Janniot en Roma y se hicieron grandes amigos. A la derecha, imagen de Albert Decaris joven
Formado en artes gráficas en la École Estienne de París, Albert Decaris acudió durante sus años
de aprendizaje al taller de Antoine
Dezarrois, maestro asimismo de Jean Pheulpin y que también llegó a incidir algunos sellos, entre ellos uno magnífico de la Catedral de Reims en los
años treinta.
Francia, 1978, III
Centenario de la construcción del Pont Neuf, el puente más antiguo de los que
cruzan el Sena a su paso por París. Diseño y grabado de Albert Decaris; calcografía. A la derecha, una gran acuarela de Decaris, Vista de Venecia, 63 x 47 cm
Con apenas 18 años, Decaris ganó el Primer Premio de
Grabado de Roma en 1919 por una obra
titulada Ève avant le péché (Eva
antes del pecado), permaneciendo en la Villa
Médici de la capital italiana desde 1924 hasta 1926.
Albert Decaris sin buriles. Acrópolis de Atenas con el Partenón (47.5 x 63 cm), a la izquierda, y Vista de París (46 x 30 cm), la ciudad del artista. Acuarela y gouache
Y a su vuelta a Francia, Decaris fue progresivamente encaminando
su obra y su prestigio creciente en las tres direcciones principales por las
que transitaría el resto de su vida: los grabados privados, las ilustraciones
de libros clásicos y contemporáneos... y los sellos.
Francia, 1961, Pierre Fauchard. Sello diseñado y grabado por Albert Decaris; impresión en calcografía. A la izquierda, el diseño original del propio Decaris para este sello de Fauchard. A la derecha, una de la varias y bellas filatelistas que grabó Decaris
No pocos de sus retratos de grandes personalidades son confesiones de una religiosidad insomne y angustiada: esos grandes hombres y mujeres, y Decaris a través de ellos, no parece sino que suplican piedad tras la heroicidad. La redención última y liberadora después del sacrificio de la obra esforzada.
En el centro y a la derecha, sellos alegóricos, emitidos
por Francia en 1946 y 1954 para conmemorar sendas
conferencias internacionales, una sobre la Paz (Paris, 1946) y la
otra sobre el Sistema Métrico (1954); diseño y grabado de Albert
Decaris; calcografía. A la izquierda, sello alegórico de Túnez, emitido en
tres valores en 1956 para celebrar la autonomía del país y que tiene una gran
similitud de diseño con el francés expuesto de 1946; calcografía
Diseños alternativos para el
sello anterior del Sistema Métrico (1954), todos obra de Decaris. A la derecha, el diseño
adoptado que grabó Decaris
Literatura y filatelia
La razón principal por la que grabo sellos es por el gran aprecio que tengo a los filatelistas (Albert Decaris)
Albert Decaris entró en el mundo
de la filatelia mediada la década de los años treinta del siglo pasado. Su
primer sello es de 1935 (Claustro de la Iglesia de San Trófimo, Arlés).
A la izquierda, sello emitido en 1935 por Francia, primero metropolitano de Decaris, que recrea, con un gran diseño, dos
arcos del interior de la Catedral románica de Saint-Trophime d'Arles. En el centro y a la derecha sobre estas líneas, dos de los retratos metropolitanos de Decaris grabados en los años cuarenta, los del poeta medieval François Villon y el de la heroína nacional francesa Juana de Arco. Impresión en calcografía
Fue un escritor, Jean Mistler
(1897-1988), quien, al poco de hacerse cargo
del Ministerio de Comunicaciones francés en 1933 (entonces Ministère
des Postes, Télégraphes et Téléphones), animó y convenció a Decaris de diseñar y grabar algunos sellos
para una filatelia nacional que entonces se había propuesto estar a tono,
artística y técnicamente, con el resto de grandes filatelias.
Y lo que en un principio pudo ser no más que una
aventura modesta y breve, acabó cuajando en una larga y fructífera trayectoria
filatélica de medio siglo. Durante esos cincuenta años de incansable quehacer
filatélico, Decaris no se dio nunca un respiro, y hoy su obra artística
en los sellos refulge con un brillo propio y singular como pocos.
La Catedral de Notre Dame de París, sombría y desafiante en este espectacular grabado de Decaris. A la izquierda, dibujo preparatorio de Decaris
para el grabado posterior, y a la derecha, autorretrato a buril del artista
Decaris alcanzó, o mejor dicho, llegó a la filatelia cuando su estilo
ya estaba muy meditado y depurado. Y provisto de un lenguaje y de un discurso
muy literarios.
Edición infolio de Macbeth de 1931 (Editions du Fuseau Chargé de Laine, París; 250 ejemplares numerados), ilustrada por Albert Decaris con 112
láminas grabadas
En 1931 se publicó en París una
bella edición de Macbeth, engrandecida por Decaris con 112
láminas; dieciséis años después, ilustraría asimismo Hamlet, en otra edición suntuosa.
Hamlet ilustrado
por Albert Decaris, con prólogo y traducción de André Gide (Les Bibliophiles
Franco-Suisses, 1947). A la derecha, una de las ilustraciones de Decaris en esta edición soñada de la obra inmortal de Shakespeare. Es Ofelia, dormida para siempre en el agua…
Decaris era, pues, un artista ya muy conocido entre los bibliófilos
franceses de la época, y del mundo cultural de París en general.
Por eso no es extraño que fuese un escritor quien pensara en él para dar lustre
y prestigio a la filatelia francesa.
Aparte de diseñar y grabar unos 700
sellos, Decaris ilustró con
los buriles cerca de 200 libros, muchos de ellos auténticas ediciones de lujo
con tiradas muy bajas y numeradas. Clásicos franceses, grandes libros de la
literatura universal, autores coetáneos…
A la izquierda, estampa grabada por Albert Decaris para una gran edición de la Ilíada, y a la
derecha, un grabado especial del artista realizado en 1952, El
correo a mitad del siglo XX
Y por
cierto que, nada más terminar de ilustrar una edición colosal de Don Quijote (1951-54),
Decaris compuso varios grabados para
El Greco o El secreto de Toledo, una obra de Maurice Barrès,
escritor admirado por Ortega y Azorín.
Albert
Decaris ilustró en 1955 una edición para amantes de los libros bellos de
Maurice Barrès, El Greco o El secreto de
Toledo (París, Les Bibliophiles du Faubourg et du Papier), con una
tirada limitada de sólo 175 ejemplares, a la izquierda sobre estas palabras. En el centro, uno de los grabados
especiales que Decaris realizó en 1939 para una edición de tirada muy reducida
de Samson Agonistes (1671), drama poético de
John Milton (Paris, Le Fuseau Chargé de Laine). Y a la derecha, Abril, título de uno de los miles de grabados que Decaris realizó a lo largo de su vida
Pensar y no mirar
El grabado es un arte muy exigente porque, aparte de las naturales y básicas cualidades artísticas, requiere mucha disciplina, una gran tenacidad y no poca paciencia
Albert Decaris
La mirada es quien crea
Luis Cernuda
De sus dedos sólo podían nacer fantasmas
Georges Perec, El Condotiero
La mirada es quien crea
Luis Cernuda
De sus dedos sólo podían nacer fantasmas
Georges Perec, El Condotiero
El primo Randolph, el personaje más incierto de Otras voces, otros
ámbitos, la ópera prima de Truman Capote, le dice al
protagonista de la novela, Joel Knox, que siempre pinto lo que pienso,
no lo que miro.
Es un buen y mundano ensayo de definición del estilo. Mundano y modesto, pero con visos de verdad sencilla y cercana. Pensar y no mirar. Decaris no hizo nunca otra cosa que esto. Ante todo el estilo, fuera ideando una pintura, roturando una lámina de cobre, o confeccionando un sello, pues ni siquiera en el ámbito de la filatelia cejó el gran artista francés de incidir en sí mismo, ajeno a convenciones y tradiciones, abstraído de la realidad circundante y forzosa.
Es un buen y mundano ensayo de definición del estilo. Mundano y modesto, pero con visos de verdad sencilla y cercana. Pensar y no mirar. Decaris no hizo nunca otra cosa que esto. Ante todo el estilo, fuera ideando una pintura, roturando una lámina de cobre, o confeccionando un sello, pues ni siquiera en el ámbito de la filatelia cejó el gran artista francés de incidir en sí mismo, ajeno a convenciones y tradiciones, abstraído de la realidad circundante y forzosa.
Dos de los cuatro sellos franceses de 1949 de la serie Métiers, minero y agricultor, ambos diseñados y grabados por Albert Decaris; impresión en calcografía. Pierre Gandon (soldador) y Henry Cheffer (marino) diseñaron y grabaron los dos otros dos. Imagen del sello del agricultor, a la izquierda, procedente de Wikitimbres.fr. Y a la derecha, ilustración de Decaris del XII Congreso de la UPU celebrado en París en 1947 (acuarela, 22.5 x 17 cm), y que no está claro si fue el boceto inicial de un proyecto de sello; Pierre Gandon, Jules Piel, Henry Cheffer, Achille Ouvré y René Cottet diseñaron y grabaron los sellos conmemorativos que a tal efecto emitió Francia ese año
Veamos ahora la primera gran serie de Decaris
emitida por Francia, año 1949. Son cuatro
sellos, todos diseñados y grabados por este artista, que, más que recrear, crean unas vistas de los centros históricos de
cuatro ciudades francesas: Lille, Burdeos, Lyon y Marsella.
En
esta emisión de 1949 está el germen
del grandioso sello de la vista de París,
pues Decaris presentó varios
proyectos para añadir un sello más en la serie de las vistas de ciudades
francesas dedicado a la capital, pero a pesar de haber grabado incluso dos de
ellos, fueron desestimados. Finalmente y aunque con un tamaño mayor del
inicialmente previsto, la famosa vista de París fue emitida en enero de 1950, y es el primer sello de Decaris exhibido al principio
de este perfil biográfico.
Albert Decaris fue el encargado de diseñar y grabar los sellos con que Francia conmemoró el Día del Sello en 1950 y 1951, efeméride grata para cualquier filatélico. Los motivos elegidos por el artista son un cartero y una oficina postal. En otras manos y otro talento, los sellos resultantes quizá recrearían una escena postal de época, tal vez un cartero del presente... ¿Qué hace Decaris?
Pues Decaris, como no podía ser de otro modo, modela un cartero y una oficina postal de su universo, de su mundo, y los crea de acuerdo a su genio y a su sensibilidad. Y son personajes de otro mundo, inmersos en una tiniebla de ensueño, ligeramente deformados, angulosos, reales sólo en tanto que actores felices de una pesadilla. No sólo evocan a las figuras alargadas de El Greco, ¡también a los personajes inocentes y temerosos de Kafka!
Decía, precisamente, el gran escritor checo que hay un punto a partir del cual ya no es posible retornar: ese es el punto al que hay que llegar. En su trayectoria artística, y quizá vital, Decaris encontró ese momento y esa perspectiva muy pronto, y ahora, analizada su vasta obra en conjunto, bien cabe aseverar que jamás retornó, ni lo pretendió: permaneció allí, ejecutando su tarea artística con ambición sin desmayo, fiel a las sombras misteriosas de la creación y, por qué no, del conocimiento profundo y verdadero de la realidad más real, es decir, de su realidad.
François Rabelais, el gran ogro de las letras, fue uno de las muchos mitos
literarios que Decaris deformó en sus espejos
kafkianos (Francia, 1950), y también en otro grabado a mayor tamaño.
Como era de esperar, la imagen secular de Rabelais (óleo
anónimo) es sólo la referencia convencional de la obra de Decaris,
que crea al retratado como una proyección natural de su conciencia artística
atormentada y afanosa. ¡Como no podía ser de otro modo! La amargura irónica y
mordaz del literato en el retrato original, se convierte sobre la talla recia
de Decaris en audacia cándida y suplicante. La ironía y el
realismo no forman parte de la sensibilidad artística de Decaris:
la piedad anhelada y la irrealidad entrevista con pavor rigen su ideario y
uniforman su obra.
Por
simple curiosidad, y también para apreciar y admirar en su justa medida la
ambición estilística de Decaris, a la derecha de estas líneas se puede ver un
soberbio retrato a buril de Rabelais a partir del mismo óleo
anónimo. Es un retrato más académico que el de Decaris, obra
de Pieter Tanjé sobre 1739, y con mucho más espacio disponible
para el grabado del ínfimo que dispuso aquél para el sello.
Comenzando la década de los años cincuenta, Albert Decaris, ya muy diestro y preclaro, diseñó y
grabó dos grandes sellos del compositor
Vincent d'Indy, sobre estas palabras, y de Leonardo da Vinci, tras estas líneas.
Sello de Lille (Francia, 1949; impresión en calcografía) junto al diseño original de Albert Decaris
Es curioso cómo presentan los catálogos franceses esta serie. Después de dar cuenta de su autor, la describen como Vues stylisées de grandes villes... Una redundancia innecesaria. ¡Como si Decaris fuese capaz de hacer otra cosa que no sea estilizar!
Sello de Burdeos (Francia, 1949; impresión en calcografía) a la derecha del diseño propuesto
por Decaris
Que ese verbo ufano y equívoco, estilizar, sobreviva renqueante y lastrado por connotaciones
peyorativas, no implica que no se pueda y se deba usar sin esos cascabeles insidiosos que
le ha colgado el uso común. Estilizar es hacer
que el estilo sea a la vez el fondo y la
forma. Pues este es el designio perenne de Decaris: fondo y forma son lo mismo, si yo, artista
superior, así lo expreso. ¡Privilegios del artista soberano! Es la
prerrogativa del genio: crear nuevos modos de mirar y hasta de pensar.
Sellos de Lyon y
Marsella, Francia, 1949. Diseño y grabado de Albert Decaris. Impresión en calcografía
Dos de los proyectos
desestimados que Decaris llegó a grabar para la serie de 1949 de las vistas de
ciudades francesas y que son el germen del sello de 1000 francos emitido en
enero de 1950. Imágenes procedentes de la página dieproofs.it
Son tan elocuentes de la genialidad exaltada de Decaris muchos de los diseños
propuestos para este sello de París,
que vale la pena mostrar otros bocetos.
Dos de los diseños no
adoptados de Decaris para el sello de París que terminó emitiéndose en enero de
1950, uno de ellos una versión en acuarela de color y con más perspectiva de la propuesta que llegó a
grabar el artista
Albert Decaris fue el encargado de diseñar y grabar los sellos con que Francia conmemoró el Día del Sello en 1950 y 1951, efeméride grata para cualquier filatélico. Los motivos elegidos por el artista son un cartero y una oficina postal. En otras manos y otro talento, los sellos resultantes quizá recrearían una escena postal de época, tal vez un cartero del presente... ¿Qué hace Decaris?
Pues Decaris, como no podía ser de otro modo, modela un cartero y una oficina postal de su universo, de su mundo, y los crea de acuerdo a su genio y a su sensibilidad. Y son personajes de otro mundo, inmersos en una tiniebla de ensueño, ligeramente deformados, angulosos, reales sólo en tanto que actores felices de una pesadilla. No sólo evocan a las figuras alargadas de El Greco, ¡también a los personajes inocentes y temerosos de Kafka!
Decía, precisamente, el gran escritor checo que hay un punto a partir del cual ya no es posible retornar: ese es el punto al que hay que llegar. En su trayectoria artística, y quizá vital, Decaris encontró ese momento y esa perspectiva muy pronto, y ahora, analizada su vasta obra en conjunto, bien cabe aseverar que jamás retornó, ni lo pretendió: permaneció allí, ejecutando su tarea artística con ambición sin desmayo, fiel a las sombras misteriosas de la creación y, por qué no, del conocimiento profundo y verdadero de la realidad más real, es decir, de su realidad.
Francia, 1950 y 1951, Día del Sello. Sellos
diseñados y grabados por Albert Decaris; impresión en calcografía. A la derecha, la primavera grabada por Decaris en este suspiro titulado Mayo
La transformación de Georges Clemenceau en este sello francés de 1951 es evidente. El político
apasionado y el hombre adusto y sabio, es al salir del acero de Decaris un hombre angustiado y apesadumbrado, anheloso,
rodeado de una atmósfera agobiante y opresiva, amenazante.
Francia, 1950, François Rabelais. Sello diseñado y
grabado por Albert Decaris, tomando como referencia la pintura de autor anónimo adjunta; impresión en calcografía. A la derecha, aguafuerte coloreado de Asclepio, dios griego de la medicina y la curación, obra de Albert Decaris
Retrato de Rabelais grabado por Pieter Tanjé en 1739 |
Como hostigador incansable de la tenue bruma de
irrealidad angustiosa percibida en el mundo aparente, Albert Decaris hace de sus personajes retratados exploradores
medrosos de su propio anhelo de comprensión profunda y verdadera. Es así que en
su retratos el hombre nunca mira de frente al observador: la mirada de aquél es
de un ensimismamiento receloso y febril, al tiempo que revela una esperanza temerosa
de no recibir el perdón ansiado y contemplar la verdad por fin desvelada. A Decaris le perturbaba, casi aún más que la condición
misma del hombre, la naturaleza verdadera y última de la realidad aparente.
Francia, 1951, Vincent d'Indy. Sello diseñado y grabado por Albert Decaris; impresión en calcografía. A la derecha, tarjeta especial para la emisión del Día del Sello de 1951 con una ilustración genuina de Albert Decaris
Francia, 1952, Leonardo da Vinci. Sello diseñado y grabado por Albert Decaris; impresión en calcografía.
A la derecha, dibujo preliminar de Decaris para el diseño de este sello de Da Vinci
Y excepcional es el segundo plano de este sello del
químico Henri Étienne Sainte-Claire Deville (Francia, 1955), cuya atmósfera
opresiva y formas distorsionadas acaban por apoderarse de la atención del
observador. Es allí donde Decaris concentra
sus demonios y cuestiona el punto de vista corriente del espectador: ejercicio delicioso
de manipulación de las emociones.
Francia, 1955, Henri Étienne Sainte-Claire Deville. Sello diseñado y grabado por Albert Decaris; calcografía. A la derecha, sello francés que en abril de 1955 recordó a las víctimas de los campos de deportación durante la II Guerra Mundial, en el décimo aniversario de la Liberación. Sello diseñado y grabado por Albert Decaris; impresión en calcografía
Del mismo año (1955) es este otro retrato del escritor
y diplomático Louis de Rouvroy,
Duque de Saint-Simon, acosado por Decaris
en el acero. Veinte años después, otro de los grandes artistas del sello
francés, Pierre Gandon, diseñó y grabó otro Saint-Simon (Mónaco, 1975), bien que en las
antípodas estilísticas de Decaris. Melancólico y turbado el hombre que retrata Decaris,
sereno y feliz el escritor que
retrata Gandon.
Francia, 1955, Louis
de Rouvroy, Duque de Saint-Simon. Sello diseñado y grabado por Albert Decaris; calcografía.
Al lado, el sello calcográfico emitido por Mónaco en 1975 y grabado por
Pierre Gandon, cuyo retrato de Louis
de Rouvroy está en las antípodas estilísticas del creado por Decaris. A la derecha, grabado de Decaris alusivo al mes de diciembre con una bella iluminación de la Navidad
Hasta qué punto la libertad del artista en la filatelia francesa sobrepasa
cualquier limitación, es fácilmente constatable con sólo mirar hacia quien
quizá sea, es cierto, el más personal e individualista de sus
autores, Decaris, siempre ensimismado y tempestuoso.
El propio Albert Decaris muchas veces, si es que no siempre e indefectiblemente, se
vislumbra en sus retratos, trémulo y perspicaz.
La obcecación consigo mismo de Albert Decaris era tal, que
incluso en las notas de compromiso y en dedicatorias de libros, las palabras se
cerraban con un dibujo rápido que devenía autorretrato peculiar y fugaz.
Retratos de Albert Decaris en sellos
de Francia, Champlain (1956), Franklin (1956) y Le Verrier (1958); impresión en calcografía.
Imágenes de los tres sellos procedentes de la página Wikitimbres.fr
En la majestuosa serie de Mónaco de 1958, dedicada al centenario de la aparición de la Virgen María en
Lourdes , Albert Decaris diseñó y
grabó uno de los dos sellos de correo aéreo. A Jean Jaurès, político socialista francés, lo enfebrece Decaris sin mayores problemas.
En este sello francés de 1959 dedicado al escultor David
D'Angers, Decaris no precisa de grandes
alharacas para dar enseguida con el diseño general, que raudo graba febrilmente con su trazo vertiginoso y sañudo.
De ese
mismo año de 1959 es este otro sello
que Decaris sólo diseña,
encargándose del grabado Jean Pheulpin,
sumiso a las escarpaduras del maestro del estilo.
El sentido de esta emisión de Francia (1959) no
sería otro, en buena lógica, que promover las donaciones de sangre. El sello
debiera concienciar y alentar. ¿Qué sucede? Que Decaris no entiende
de fines sociales dentro del
ámbito sagrado del arte. El arte no es social. Lo puede ser el sello, pero no
el arte. La manifestación artística, si lo es de verdad, es individual. Su posible
relevancia social es secundaria y postiza.
Ni tan
siquiera, pues, las grandes obras de otros artistas, así fueran esculturas como
en este caso o el anterior de Bartholdi, se libraron del estilo enajenado y
volcánico de Decaris.
Decaris no sólo dejó su impronta en
cientos de sellos, sino también en todo tipo de documentos fialatélicos, como
en tarjetas, documentos especiales y sobres de primer día de circulación. Precisamente de Aristide Maillol dispuso Decaris un grabado sublime en 1974 para un cuadernillo especial.
Mónaco, 1958, Basílica de Lourdes; y Francia, 1959, Jean Jaurès. Sellos diseñados y grabados por Albert Decaris; impresión en calcografía. A la
derecha, diseño descartado de Decaris para el sello de Jaurès. Imagen del sello francés procedente de Wikitimbres.fr
Francia, 1959, David D'Angers. Diseño y grabado
de Albert Decaris; impresión en calcografía. Imagen del sello procedente de Wikitimbres.fr
Francia, 1959, Frédéric Bartholdi y sus dos obras más famosas,
la Estatua de la libertad y el León de Belfort. Diseño de Albert Decaris y
grabado de Jean Pheulpin; calcografía. Y a la derecha, otro disfraz de Albert Decaris, ahora transformado en Geoffroy de Villehardouin, historiador y noble francés, en este sello diseñado por el artista y que grabó René Cottet; calcografía. Imagen de este último sello procedente de Wikitimbres.fr
Francia, 1959, Donaciones de sangre. Sello diseñado
y grabado por Albert Decaris; impresión en calcografía. A la derecha, grabado especial de Decaris en una de las tarjetas de Primer Día de Circulación del sello que en 1960 homenajeó a los refugiados (Año Mundial del Refugiado; ver sello más abajo en esta entrada), diseñado y grabado asimismo por el artista
En el centro, sello emitido por Francia en 1961 y que rinde tributo al escultor
Aristide Maillol (1861-1944) a través de una de
sus esculturas más conocidas, La Pensée o La Méditerranéenne (El
pensamiento o El Mediterráneo). Diseño y grabado de
Albert Decaris. A la izquierda, versión en bronce de esta famosa obra de Maillol,
de la que, cuando fue presentada en 1905 con el título entonces de Mujer,
André Gide dijo que “es bella, no significa nada…”. A la derecha, un diseño alternativo de Decaris descartado
en beneficio del elegido para este sello calcogáfico de Aristide Maillol
Grabado especial de 1974 de Aristide Maillol, para un cuadernillo del Correo francés, y Tarjeta de 1960 con un grabado de Europa, ambos obra de Decaris. A la derecha, sello del Año Mundial del Refugiado (Francia, 1960), diseñado y grabado por Albert Decaris; impresión en calcografía. Imagen del sello procedente de Wikitimbres.fr
Grabara o no el diseño propio, Decaris
siempre imponía su estilo. Así en estos sellos de 1963, dedicados al poeta y dramaturgo Alfred de Vigny y al
compositor romántico Étienne Nicolas Méhul. Decaris concibe y
dispone, y Hertenberger y Mazelin, como Pheulpin en el sello de
Bartholdi, roturan sumisa y cabalmente el estilo impuesto.
Muy probablemente, la inspiración para el sello del dramaturgo y novelista Pierre de Marivaux no fue otra que el retrato de Louis-Michel van Loo (1743). Decaris no precisaba de más, ni por supuesto buscaba fidelidad alguna, como no fuera consigo mismo.
Decaris no se
parecía ni se parece a nadie. Prácticamente nunca grabó otros sellos que no fuesen los
concebidos y diseñados por su temperamento atribulado, y si acaso la mayor
transigencia que toleró fue diseñar algunas emisiones para otros grabadores, a
los que naturalmente impuso su estilo jadeante y pantagruélico.
En 1969,
Decaris realizó un magnífico retrato de André Gide para la tarjeta de Primer
Día del sello del escritor, que grabó Georges Bétemps a partir del diseño de Clément Serveau.
En la obra de Decaris, la línea del tiempo es
circular, es decir, periférica y secundaria. En 1984, Francia emitió un bello sello dedicado a La
gravure, con un maravilloso grabado de Decaris
que unos años después entusiasmó a Elsa Catelin.
Francia,
1963, Alfred de Vigny y E. N. Méhul. Sellos diseñados por Albert Decaris y
grabados por Claude Hertenberger y Charles Mazelin; impresión en calcografía. Imágenes de los sellos procedentes de Wikitimbres.fr
Muy probablemente, la inspiración para el sello del dramaturgo y novelista Pierre de Marivaux no fue otra que el retrato de Louis-Michel van Loo (1743). Decaris no precisaba de más, ni por supuesto buscaba fidelidad alguna, como no fuera consigo mismo.
Francia, 1963, Pierre de Marivaux. Sello diseñado y grabado por Albert
Decaris; calcografía (imagen del sello procedente de Wikitimbres.fr). A la derecha, sello emitido por Francia en 1959 y que conmemoró el 150 aniversario de la Orden de las Palmas Académicas que se cumplió el año anterior. Sello diseñado y grabado por Albert Decaris; impresión en calcografía
Francia, 1965,
Campaña de la hospitalidad y la amabilidad. Diseño y grabado de Albert Decaris; impresión en calcografía. A la izquierda del sello emitido, el diseño original de Decaris, y a la derecha, una concepción descartada
de Pierrette Lambert
Slania era un obseso del buril, pero su estilo es claro y sereno. Decaris
también fue un maniático del grabado, sólo que a diferencia del maestro
polaco, se confesó radicalmente a través de un estilo apesadumbrado y turbio.
Francia, 1982, Santa Teresa de
Ávila. Diseño y grabado de Albert Decaris, que realizó asimismo una acuarela
para una de las tarjetas de Primer Día de Circulación de este sello calcográfico. A la derecha, el maître Decaris en su estudio
Decaris y la II Guerra
Mundial
Esta serie fue una emisión calcográfica que Francia distribuyó a varias de sus dependencias postales, entre ellas el archipiélago caribe de Guadalupe. Impresa en 1946 por el Institut de Gravure de París, Decaris diseñó y grabó los seis sellos, grandes y lustrosos, que la componen.
Tallas afiladas y muy expansivas, conformes con el estilo resuelto y fulminante que Decaris imprime a esta serie avasalladora y jubilosa. ¡Excepcional Decaris, siempre reconocible, siempre único!
Esta serie fue una emisión calcográfica que Francia distribuyó a varias de sus dependencias postales, entre ellas el archipiélago caribe de Guadalupe. Impresa en 1946 por el Institut de Gravure de París, Decaris diseñó y grabó los seis sellos, grandes y lustrosos, que la componen.
Guadalupe, 1946, II
Guerra Mundial, De Chad al Rin. Sellos diseñados y grabados por Albert Decaris. Impresión en calcografía
La serie, rotulada De Chad al Rin, narra a través de seis
momentos cruciales, y de un modo secuencial que ordena en el tiempo el valor de
cada sello, el avance inexorable de las tropas francesas, durante la II
Guerra Mundial, desde el centro de África hasta el corazón en llamas
de la vieja Europa.
La personalidad que relaciona los sellos de la serie
es el ya mítico General Leclerc, que aparece en el primer valor a lomos
de un camello y encabezando la expedición que, tras partir de Chad en
enero de 1941 y pasar por Koufra, Mareth (Túnez), Normandía,
adonde el militar llegó desde las costas británicas, París y finalmente Estrasburgo
(1944), entró en abril de 1945 en tierras alemanas en busca del
cuartel de Hitler en Berchtesgaden. ¡Qué odisea heroica y salvadora!
Tallas afiladas y muy expansivas, conformes con el estilo resuelto y fulminante que Decaris imprime a esta serie avasalladora y jubilosa. ¡Excepcional Decaris, siempre reconocible, siempre único!
Guadalupe, 1946, II
Guerra Mundial, De Chad al Rin. Sellos diseñados y grabados por Albert Decaris.
Impresión en calcografía
Albert Decaris también incidió su
estilo agitado en los sellos de Saar. Y ello de un modo rotundo, como
todo cuanto hizo este artista genial.
Saar, 1948, Reconstrucción
del país. Sellos diseñados y grabados por Albert Decaris; calcografía. Imágenes
de los sellos procedentes de Wikipedia.
Albert Decaris no tenía territorios ni ámbitos en los que su estilo nervudo y arrollador se contuviera ni aún menos se mitigase.
Saar, 1948, Minero (2
valores calcográficos emitidos). De izquierda a derecha, propuesta alternativa; fotografía inspiradora
del diseño definitivo; y sello emitido, diseñado por Albert Decaris y grabado
por René Cottet
Es
curioso que esta de Saar fuera una serie concebida para esperanzar, y el
autor elegido para dirigirla fuese el artista filatélico más recóndito y hosco.
El talante de Decaris, incoercible y perturbado, aflora de la manera más
exigente y genial a través de una obra penetrante e interminable, de la que
estos sellos, delirantes y bellos, son parte necesaria y principal.
Saar, 1948, Trabajador (2 valores calcográficos emitidos). A la
izquierda, fotografía escogida y utilizada por Decaris para el diseño de este
sello del obrero que grabó Jules Piel. A la derecha, otro de los sellos de esta
serie, joven campesina, diseñado por Decaris y grabado por Charles Mazelin.
Imágenes de los sellos procedentes de Wikipedia
La Marianne de Decaris
Antaño como hoy, rara vez las ocurrencias comerciales consiguen
otra cosa que no sea estupidez y miseria. En 1960, con el diseño ya
aprobado y con todo listo para iniciar el grabado en talla dulce del sello, el
máximo responsable administrativo de la emisión de la nueva Marianne, Michel
Maurice-Bokanowski, decidió que en esta ocasión, como en la anterior de 1955,
el sello no sería calcográfico. Había que ahorrar costes de producción y no hubo manera de convencerlo. Y entonces se entregó el
diseño de Albert Decaris a Jules Piel, que grabó dos punzones tipográficos para el marco y el perfil.
En el centro sobre estas líneas, sello de la Marianne de Decaris emitido por Francia en 1960, precedido por uno de los diseños originales del artista; la concepción adoptada fue grabada en relieve por Jules Piel; impresión en tipografía. A la derecha, autorretrato a buril de Albert Decaris
Y es curioso, porque Decaris, aunque no haya pruebas ni declaraciones concretas, seguro que se llevó un buen
disgusto. No hay más que ver que ya unos años antes, para la Marianne de 1955, finalmente
diseñada por Louis-Charles Muller y grabada en relieve asimismo por Jules Piel,
Decaris había presentado al concurso (1954) un atractivo y bello
proyecto para que fuese considerado.
Diferentes proyectos descartados de Marianne realizados por Decaris durante los años cincuenta y hasta 1960
En fin, ya que la confección e impresión
tipográficas de su Marianne
limitan inevitablemente su plenitud artística, he aquí dos Mariannes extrafilatélicas más libres y
desinhibidas, muy de Decaris.
Dos bellas Mariannes extrafilatélicas de Albert Decaris, a la izquierda y en el centro. A la derecha, el astuto Scapin de Molière, hábil obrero de enredos e intrigas, sondeado por los buriles de Decaris
Un año después, sin embargo, Decaris, grabó la nueva y en su momento sorprendente alegoría de la República diseñada
por el artista Jean Cocteau (1961).
Francia, 1961, Marianne
de Cocteau. Sello diseñado por Jean Cocteau y grabado por Albert Decaris; impresión en calcografía. A la izquierda y en el centro sobre estas palabras, diseños alternativo y definitivo del polifacético artista Jean Cocteau (1889-1963)
Teatro francés, 1961
La expansividad colorida de las nuevas impresiones calcográficas
francesas, emergente a finales de la década de los cincuenta y en plenitud
durante los sesenta, de alguna manera incidió en los grabados filatélicos de Decaris, hasta entonces fantasmales y
angustiados, y ahora cada vez más simbólicos y llameantes. Esta emisión de 1961 es una de sus últimas diseminaciones filatélicas de personajes, en sentido general y al menos dentro del área metropolitana francesa. Durante ese mismo año de 1961 aparecería otra serie, también de cinco sellos de personalidades relevantes, concebida y diseñada por su inspiración frenética, si bien sólo grabó los retratos de Marivaux y Amyot, encargándose del resto Mazelin y Hertenberger. Y a partir de este momento, los sellos franceses de Decaris se centraron más en los grabados simbólicos, especialmente de episodios señalados de la historia nacional, con algunas excepciones en cuanto a caracteres, claro es, tales como fueron los sellos de Richelieu o Luis XIV (1970).
Muchos de los
grabados e ilustraciones que Decaris realizó para las tarjetas de Primer Día, a veces son tanto o más artísticos que los propios sellos, así a la izquierda. Al lado, la bella Celimena de Molière (El misántropo) imaginada y grabada por Decaris, y a la derecha, una acuarela del artista sobre la comedia del arte, Arlequín y Colombina (58 x 46 cm)
Francia, 1961, Teatro. Marie Champmeslé
(1642-1698), interpretando a la Roxane
de una obra de Racine (Bayaceto), y Jules Auguste Muraire, Raimu (1883-1946), en
una comedia de Marcel Pagnol,
César. Sellos diseñados por
Albert Decaris y grabados por Claude Durrens; impresión en calcografía. A la derecha, acuarela y gouache de Decaris, Mujer joven con palomas, 55 x 46 cm
Albert Decaris, por su parte, graba los tres sellos restantes: los retratos de la actriz Rachel Félix (1821-1858),
en el papel melancólico y concupiscente de Fedra, en la tragedia
clásica del mismo nombre, obra de Jean Racine; y de los actores François-Joseph Talma (1763-1826), interpretando a Orestes en Andrómaca,
también de Racine, y Gérard Philipe (1922-1959),
en El Cid de Corneille.
Francia, 1961, Teatro. Rachel Félix (1821-1858) en Fedra, la tragedia clásica de Jean
Racine; François-Joseph Talma (1763-1826),
interpretando a Orestes en Andrómaca, también de Racine; y
Gérard Philipe (1922-1959), en El Cid de Corneille. Sellos diseñados y grabados por Albert
Decaris. Impresión en calcografía
El gallo de Decaris
El gallo de Decaris es sin duda uno de los sellos franceses básicos más famosos y apreciados en el mundo entero. En un recordatorio especial emitido por Francia en 2012, una frase que se cita del propio Decaris sintetiza muy bien sus intenciones artísticas y sentimentales al crearlo: Yo quería un gallo bello, representativo, musculoso y fuerte… Un gallo galo, el gallo nacional con un sol naciente.
Diseño adoptado y
sello emitido en 1962, ambos, concepción y grabado, obra de Albert Decaris; impresión en calcografía. A la derecha, Decaris absorto
Hay imágenes muy
ilustrativas de algunos de los tanteos de Albert Decaris para crear este
pequeño y bello sello, del que en 1965 se emitiría otro valor. Decaris
tenía una gran facilidad de trazo inmediato y fulgurante, y rara vez se
conformaba con la primera intuición. Siempre, antes del grabado, contrastaba
todas las ideas que tenía.
A la izquierda, dos
diseños casi definitivos, en acuarela y lápiz, y al lado cuatro propuestas
descartadas. A la derecha, Decaris cortando su gallo
Si son muchos los sellos del área francesa que Decaris diseñó y grabó, no menos son los bocetos alternativos y
descartados que proyectó, así como todo tipo de otros espejismos y fábulas. Decaris es
por sí solo una filatelia…
A la izquierda y en el centro,
propuestas de Decaris descartadas para el sello de Blaise Pascal (1623-1662) emitido por Francia en 1962,
finalmente diseñado por Roger Schardner y grabado por Charles
Mazelin, y para un sello de Mónaco que en 1963 habría de conmemorar los quince primeros años transcurridos desde la Declaración Universal de los Derechos Humanos, emitido al año siguiente con otra elucubración del artista. A la derecha, una bella metáfora grabada por Albert Decaris del Correo y del coleccionismo de sellos
Decaris en Philatec 64
Al año siguiente de emitirse este gallo, Albert Decaris lo metió en el grabado que realizó para la tarjeta de Primer Día de uno de los primeros sellos, grabado por Pierre Gandon, que a finales de 1963 promocionaba la Exposición Filatélica Internacional que durante el año siguiente se celebraría en París (Philatec 64).
A la izquierda, Albert Decaris en su estudio. A la derecha, tarjeta con un grabado de Decaris para celebrar Philatec (1963, París)
Ya en 1964, Decaris, aparte de
diseñar y confeccionar otros grabados para sobres de Primer Día y demás
documentos filatélicos, diseñó y grabó dos emisiones individuales para este
evento de Philatec 64. Los sellos, emitidos por Francia y Mónaco,
tienen una hechura artística muy similar, tanto en su diseño relampagueante y
osado, como en su grabado pujante y curtido.
Philatec 64. Sellos diseñados y grabados por Decaris para las emisiones de
Mónaco y Francia. Impresión en calcografía
Apuntar, además, que viendo otras alternativas de diseño ensayadas
por Decaris en esta emisión de Philatec 64, bien se puede argüir que el artista
pensaba y concebía como la mayoría respira, incesante y naturalmente.
Dos diseños
alternativos de Albert Decaris para el sello francés de Philatec 64
Decaris en África
Por
simple lógica de amplitud del perímetro, la mayoría de grandes artistas del sello francés
encontraron en las emisiones coloniales un espacio de expresión sin límites.
África Ecuatorial
Francesa, 1939, Exposición Internacional de Nueva York (2 valores); y Argelia,
1949, 75 Aniversario de la Unión Postal Universal (3 valores). Sellos diseñados
y grabados por Albert Decaris; calcografía. Imágenes de ambos sellos procedentes de Wikitimbres.fr
Argelia, 1954, San Agustín; y África Ecuatorial Francesa, 1956,
Producción de algodón en Chad. Sellos diseñados y grabados por Albert
Decaris; impresión en calcografía. A la izquierda, uno de los bocetos de diseño del artista
para este sello del santo
más filósofo y genial, brumoso y turbio en el acero de Albert Decaris
El estilo diferenciado e inconfundible de Albert
Decaris en esta emisión de Marruecos
de 1960, con ocasión de celebrar el Año Mundial del Refugiado
Gabón, 1960, V
Congreso Forestal Mundial; y Mauritania, 1962, Primer aniversario del
Congreso de la Unidad. Sellos diseñados y
grabados por Albert Decaris. Impresión en calcografía
Mali (1961) y Senegal (1964), Primer aniversario de la independencia de Mali y Congreso de Ciudades hermanadas celebrado en Dakar. Diseño y grabado de Albert Decaris. Impresión en calcografía
Siempre es un pequeño placer ver juntos el diseño finalmente adoptado y el sello impreso, y sólo queda imaginar las manos de Decaris antes y entre medias.
Camerún, 1964, Rinoceronte. Sello diseñado y grabado por Albert Decaris. Impresión en calcografía
Para un país de África, Níger, imprimió Francia en 1965 esta gran serie dedicada a la promoción humana con Albert Decaris al mando.
República de Níger, 1965,
Promoción humana. Sellos diseñados y grabados por Albert Decaris. Impresión en calcografía
República de Níger, 1965,
Promoción humana. Sellos diseñados y grabados por Albert Decaris. Impresión en calcografía
Decaris jamás relajó su estilo extraviado y
cáustico, y todavía menos en los sellos que concibió y grabó para el África
francesa. Las intuiciones siempre son plenamente simbólicas y de inmediato mordazmente
incididas.
Durante los
años sesenta y principios de los setenta, Decaris
confeccionó muchos sellos de grandes edificaciones turísticas de África. Sirvan como ejemplos estos dos
sellos emitidos por Camerún.
Aunque es imposible, de tantos y extraordinarios sellos que diseñó
y grabó para emisiones africanas, hacer una antología siquiera aceptable,
quede aquí una perla más de Decaris,
ufana y bella.
Camerún, 1965, Piragüismo, Carrera de
canoas en el río Sanaga, en Édéa; y Costa de Marfil, 1966, Escuela Nacional de
Administración. Sellos diseñados y
grabados por Albert Decaris. Impresión en calcografía
Camerún, 1966, Hotel
Akwa Palace, Douala; y 1970, Hotel du Mont Febe, Yaounde. Sellos diseñados y grabados por Albert Decaris. Impresión en calcografía
Mauritania, 1971, Año Internacional de la Lucha contra el racismo. Sello diseñado
y grabado por Albert Decaris; impresión en calcografía. A la izquierda, el diseño original y adoptado del propio Decaris
Breve historia de Francia
Se estima que fueron algo más de 170 los sellos
confeccionados por Albert Decaris para la Francia metropolitana,
la mayoría de ellos de autoría total, es decir, asumiendo el diseño e
incidiendo el grabado. A este respecto, pocos
artistas filatélicos ha habido tan individualistas y afanosos como Decaris.
Su estilo personalísimo e inimitable impone de manera natural este dominio
artístico abrumador.
Francia, 1966, Historia nacional. Vercingétorix (80-46 a. de C.) y Alesia; y Bautismo de Clodoveo I
(465-511) en Reims, año 498. Sellos diseñados y grabados por Albert Decaris. Impresión en calcografía
De estos casi dos centenares de sellos
metropolitanos, 24 de ellos pertenecen a una ciclo filatélico emitido
equitativamente durante ocho años, entre 1966 y 1973, a razón de
tres anuales. Estos sellos, grandes y coloridos, recrean momentos críticos de
la historia de Francia, generalmente a través de grandes personalidades
históricas, desde Vercingétorix (80-46 a. J. C.) o Carlomagno,
hasta los tiempos modernos de Napoleón I, pasando por el Cardenal
Richelieu o por el Rey Sol, Luis XIV.
Francia, 1966 y 1967, Historia nacional. Carlomagno (742-814), rey de los francos y emperador de Occidente; Capeto (940-996) elegido rey de los francos;
y Felipe
II de Francia (1165-1223), llamado Augusto, y la Batalla de Bouvines. Sellos diseñados y grabados por Albert Decaris. Impresión en calcografía
Al igual que en el arte en general, y también en la literatura, es muy
común entre los filatélicos preguntarse si el estilo inconfundible de Decaris
es consecuencia de ciertas insuficiencias técnicas, o bien el fruto buscado a través de decisiones artísticas meditadas y sutiles.
Francia, 1967 y 1968, Historia nacional. Luis IX de Francia (1214-1270); y Felipe IV de Francia,
llamado el Hermoso (1268-1314), y el nacimiento de los Estados Generales de
Francia (1302). Sellos diseñados y grabados por Albert Decaris. Impresión de ambos sellos en calcografía
Esa es una cuestión inevitable y acuciosa, pero
también es una interpelación abocada a quedar sin respuesta, o si acaso y mejor
dicho, a sobrevivir animada y jugosamente dentro del feudo sagrado del
espectador.
Francia, 1968 y 1969, Historia nacional. Muerte de Bertrand du Guesclin (1320-1380) ante el castillo de Randan; la
heroína Juana de Arco (1412-1431), y a la derecha, Luis XI de Francia (1423-1483), el Prudente, y Carlos I de Valois (1433-1477), el Temerario, firman el Tratado de Picquigny. Sellos diseñados y grabados por Albert Decaris. Impresión de los 3 sellos en calcografía
En tratándose de Albert Decaris, es
irrelevante buscar las fuentes artísticas de estos 24 sellos. Pues
instantáneamente palidecen primero y enseguida refulgen, barnizadas y
exaltadas, en los confines misteriosos de su estilo impulsivo y atribulado.
Francia, 1970, Historia nacional. El Cardenal Richelieu (1585-1642) y el asedio de La Rochelle (1627); y Luis XIV de Francia (1638-1715), el Rey Sol. Sellos diseñados y grabados por Albert Decaris. Impresión en calcografía
Y allí
termina y empieza estruendosamente todo, parece recalcar esta bella epopeya
filatélica de la que Albert Decaris fue su vate aplicado y colérico.
Albert Decaris grabó a lo largo de su trayectoria artística varias y repetidas veces a Napoleón I, ya fuera en el ámbito filatélico, en la ilustración de libros o sencillamente a título personal y privado.
Francia, 1970 y 1971, Historia nacional. Victoria francesa en la
batalla de Fontenoy (Bélgica), el 11 de mayo de 1745; y Apertura de los Estados
Generales, 5 mayo de 1789. Sellos diseñados y grabados por Albert Decaris. Impresión en calcografía
Francia, 1971, Historia nacional. Toma de la Bastilla,
14 de julio de 1789; y La batalla de Valmy en 1792, Guerras Revolucionarias
francesas. Sellos diseñados y grabados por Albert Decaris. Impresión en calcografía
Quién sabe, pero acaso o quizá Albert Decaris debió de sentir una fascinación oscura e ineluctable hacia el gran mito de Francia.
Francia, 1972, Historia nacional. Lujo y disipación durante el Directorio (1795-1799); Napoleón y la Batalla del puente de Arcole; y Napoleón, Expedición de Egipto (1798-1801). Sellos diseñados y grabados por Albert Decaris. Impresión en calcografía
El mismo tópico que suele
cundir entre los filatelistas, acerca de que Czesaw Slania sea el más
grande grabador de sellos del siglo pasado, amplía su radio de acción cuando de
pensar en el primer grabador artístico del siglo XX se trata. Y en este ámbito
más ilimitado, pocos dudan de a quién conceder este mérito. A Albert Decaris,
inabarcable y remoto.
Francia, 1973, Historia nacional. Elaboración del Código
Civil napoleónico (1800-1804); La coronación de Napoleón (1804); y Año 1806, Francia orgullosa y triunfal. Sellos diseñados y grabados por Albert Decaris. Impresión en calcografía
La condenación de Fausto
No quiero ser curado, pues entonces sería
tan vulgar como los demás… (Fausto, en Fausto (I), de Goethe)
El
Principado de Mónaco honró a Hector Berlioz en 1969, con
ocasión del centenario de su muerte, con una lujosa serie filatélica de diez
sellos, nueve de ellos de correo ordinario y el último de correo aéreo. En este
último sello se recrea el monumento auspiciado por Alberto I e
inaugurado en Montecarlo en 1903, realizado por el escultor Léopold
Bernhard Bernstamm al cumplirse cien años del natalicio de Berlioz
(1803-1869).
Mónaco, 1969, Monumento de Hector Berlioz. Sello diseñado y grabado por Albert Decaris; calcografía. A la derecha, autorretrato de Decaris
La
noche del mismo día en que se descubría este elegante busto de Berlioz, Raoul
Gunsbourg (1860-1955), como hiciera por primera vez diez años antes,
escenificaba en el fastuoso Teatro de Montecarlo una de las obras más
conocidas del músico, La condenación de Fausto (1846). A esta obra,
inspirada en la primera parte del Fausto de Goethe (1806), están
dedicados los nueve sellos de correo ordinario.
La Marcha Rakoczy... Y Fausto y Mefistófeles
La
concepción y el grabado de todos los sellos recayeron en Albert Decaris,
que crea para esta emisión una de sus series filatélicas más bellas y
atractivas. Y es que la proyección artística en el tiempo no pudo ser más
afortunada y consecuente. Berlioz, que siempre creaba sus obras sumido
en grandes parajes literarios, entra en el Fausto de Goethe y
escoge algunas partes esenciales para inspirar y orientar su confesión. Decaris,
por su parte, licencioso y muy atormentado en sus meditaciones artísticas,
abruma a Berlioz y revive con un brío lóbrego y fantasmal la flaqueza
angustiosa y feliz de Fausto.
En la taberna de Auerbach... A la derecha, Decaris pensativo
En
realidad, Hector Berlioz modifica sustancialmente la interpretación de Goethe
de la leyenda de Fausto. En la obra literaria del gran escritor alemán,
el protagonista pacta libremente con el diablo, mientras que en la
composición de Berlioz, Mefistófeles tiende una trampa a Fausto.
Albert
Decaris se ciñe en su narración filatélica a la obra
idealista y noble de Berlioz, como es preceptivo, pero esto no impide poder sentir en algunas de sus indagaciones artísticas al Fausto
más incierto, que no es otro que el hombre astuto y turbio de Goethe.
...y Fausto sueña con Margarita. A la izquierda,
boceto preliminar de diseño de Decaris para este sello
Albert Decaris debió de sentirse como pez en el agua al aceptar filatelizar
esta leyenda tan intensa y ambigua de Fausto, y ello aún a pesar de que,
acaso por afinidades naturales, tal vez hubiese preferido, de haber podido
elegir, la obra tenebrosa de Goethe, más oscura y enigmática que la
idealización musical de Berlioz, diáfana y pudorosa.
Los nueve sellos (Mónaco, 1969), grandes y de una impecable factura
calcográfica, están ordenados narrativamente por su facial, de manera que
situándolos en orden creciente, se puede ver, ¡y leer!, un maravilloso relato artístico del Fausto de Berlioz, a través del
temperamento inquieto y apesadumbrado del más individualista de los artistas
filatélicos: Albert Decaris. Un artista de ordinario intratable y
lúcido, y no obstante y como el Jim de Conrad, siempre envuelto en
sombras…
Mefistófeles y Fausto cabalgando sobre corceles negros, camino del
Infierno. Y salvación de Margarita, que es
acogida en el Paraíso...
Intuición rápida y directa
La expresividad indómita de Decaris, su sola intuición genial, rápida y fácilmente plasmada sobre el papel, da lugar a varios bocetos de los que sólo uno, el elegido por el propio artista, será el cañamazo del sello definitivo. Las ideas finalmente descartadas, bien acababan en la papelera, bien eran preservadas como curiosidad de museo de la historia del proceso creativo, en tanto que otras se destinaban a ilustrar las tarjetas y sobres de primer día de circulación de la emisión, para los que también hacía dibujos expresos, ¡su baúl daba para todo!
Tres
diseños alternativos y no adoptados de Albert Decaris para el sello francés que
en 1970 recordó el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer
Francia,
1970, Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer. Diseño y grabado de Albert
Decaris; impresión en calcografía. En el centro y a la derecha, tarjetas de primer día de
circulación ilustradas por el propio Decaris
El maravilloso Circo de Decaris
Allí donde hay estilo, hay manifestación artística. Albert Decaris personaliza como nadie esta gran verdad en el ámbito vasto de la creatividad filatélica. Sus sellos son únicos y diferentes a cualesquiera otros. Son muy distinguibles a simple vista, sin lupa siquiera y hasta de lejos.
Decaris apenas contendió nunca con nadie cuando de crear un sello se trataba, y sólo transigió a confiar algunos diseños propios a otros grabadores. Y rara vez grabó nada que no fuese concebido y planeado por su mismo genio inaccesible y recóndito.
Mónaco, 1974, Primer Festival Internacional del Circo en Montecarlo. Sellos diseñados y grabados por Albert Decaris. Impresión en calcografía
Todos los sellos de Decaris, incluso los pocos que no grabó y sólo
diseñó, no son sino confesiones y manifiestos francos y directos de su
temperamento atribulado y exhibicionista. También lo es, pues, este su
maravilloso y esplendente circo, diseñado y procurado con una alacridad muy
libertina, y desarrollado en las dos emisiones de Mónaco más
espectaculares que sobre este evento anual ha emitido el Principado: las
series de 1974, con ocasión del estreno de este Festival
Internacional de Montecarlo creado entonces por Rainiero III, y de 1978,
que conmemoraba la quinta celebración del mismo.
Mónaco, 1974, Primer Festival Internacional del Circo en Montecarlo. Sellos diseñados y grabados por Albert Decaris. Impresión en calcografía
La serie de 1974 constó de siete sellos, todos muy coloridos y ávidos,
al igual que los cinco sellos de la serie posterior de 1978.
Mónaco, 1974, Primer Festival Internacional del Circo en Montecarlo. Sellos diseñados y grabados por Albert Decaris; impresión en calcografía
Decaris levanta admiraciones entre los propios colegas, tanto o más que
entre los mismos aficionados filatélicos. Y ello quizá tenga su explicación más
inmediata en que Decaris es el estilo, máxima aspiración de
cualquier artista ambicioso. Tener mundo y lenguaje propios, ahí es nada,
porque en eso consiste el estilo bien entendido.
Mónaco, 1978, V Festival Internacional del Circo en Montecarlo. Sellos diseñados y grabados por Albert Decaris. Impresión en calcografía
En la serie de 1978, formada por cinco sellos, Decaris sólo
continúa la propulsión artística y estética de unos años antes. Sólo y nada
menos, aunque sin mayores esfuerzos, por lo demás. Con casi ochenta años que
entonces tenía Decaris, más de cincuenta de ellos en trato íntimo y sin
pausa con los sellos, el estilo estaba más que definido.
Mónaco, 1978, V Festival Internacional del Circo en Montecarlo. Sellos diseñados y grabados por Albert Decaris. Impresión en calcografía
Decaris con Carmen
Conocida su tensión narrativa, pues, es posible imaginar la facilidad y, vale decir, la alegría artística con la que Albert Decaris asumiría concebir series como esta de Mónaco de 1975, emitida por el Principado con ocasión de cumplirse el centenario del estreno de la ópera Carmen, con música del compositor Georges Bizet (1838-1875) y libreto de Ludovic Halévy y Henri Meilhac, basado en la novela de unos años antes de Prosper Mérimée (1845).
La bella y seductora
Carmen, en Sevilla cortejada y deseada... Y Carmen en la taberna
El destino toma las riendas... A la derecha, Albert Decaris
La Francia metropolitana sólo ha dedicado
de momento un sello a Bizet. Fue en 1960, formando parte de una
bella serie de personalidades, tallado por Jacques Combet a partir del diseño de otro grabador de excepción, Charles Mazelin.
En la plaza de toros, la
ira espera, a la izquierda... Y a la derecha, Albert Decaris en otro recital muy diferente, con una acuarela sencilla y vivaz del Moulin Rouge (1950)
No hubo
motivo ni tema que Decaris no
tratase a cada instante y mediante los más variados métodos técnicos, fueran acuarelas, litografías, aguafuertes, pinturas al óleo o simplemente dibujos urgentes.
A la izquierda y en el centro, Carmen grabada y en
acuarela por Albert Decaris. Y a la derecha, un personaje de Molière grabado por Decaris, el ávaro Harpagón, en quien Goethe veía lo trágico de la vida
Impresionismo excitado
Unas arengas filatélicas más de Decaris enraizadas en un impresionismo vehemente y flagelador, empezando por estos tres sellos emitidos por Mónaco en 1974 con ocasión del centenario de la creación de la UPU (Unión Postal Universal).
Mónaco, 1974, Centenario
de la Unión Postal Universal. Sellos diseñados y grabados por Albert Decaris; impresión en calcografía
Mónaco, 1960, 50 aniversario del Museo Oceanográfico del
Principado. Serie de 5 sellos, de los que Decaris diseñó y grabó este que
aparece sobre estas palabras. Mazelin (2), Munier, Durrens y Jules Piel
grabaron los cuatro restantes. A la derecha, sello francés de 1981 del Castillo
de Sully, diseñado y grabado por Albert Decaris. Imagen del sello francés procedente de Wikitimbres.fr
Este sello alegórico emitido por Francia en noviembre de 1985
fue el último sello metropolitano de Decaris. Y este sello postrero, como el primero y como todos, es incisivo y severo.
Una obra vasta y armónica
La obra extrafilatélica de Decaris es inmensa, y a día de hoy muy seguramente sin inventariar. Pues además de todo tipo de grabados al aguafuerte y buril realizados por encargos privados, o por la simple y sencilla necesidad personal, Decaris también ilustró muchos libros y otros lujos afines, tales como estuches especiales con láminas de los más variados y diversos temas.
Tres grabados excepcionales
de Albert Decaris. Una bella y extravagante filatelista, atareada con la lupa y
con esos libritos acaso llenos de sellos; una ensoñación
del amor platónico; y a la derecha, un gran retrato de Mozart
Si
la producción filatélica de Decaris ronda los 700 sellos, su obra grabada
al margen de la filatelia es difícil de precisar, aunque se estima entre seis y siete mil grabados.
Esa
cantidad ingente, sólo aproximada e imposible de fijar con exactitud, y su
estilo logrado,
tan personal y distinguible, tal vez convierten a Decaris en
el grabador más importante del siglo pasado.
Y en todos estos grabados, el estilo portentoso, como en su
misma y maravillosa obra filatélica, nunca cede, jamás se relaja ni se
extravía.
Los ángeles músicos y La Orquesta, grabados por Albert Decaris, al igual que la impresionante estampa (57.8 x 43.4 cm) del Puente Rialto de Venecia
Albert Decaris ilustró a fondo, en la primera mitad de los cincuenta, el libro de los libros españoles, el Quijote. Y quizá no sea muy arriesgado aventurar
que esa edición tan limitada e inaccesible (135 ejemplares), acaso es una de
las mejores versiones ilustradas de las muchas que ha merecido Alonso
Quijano… ¿O quizá simplemente es la mejor?
A la izquierda, hoja
de título de uno de los tomos de la edición de Don Quijote impresa entre 1951 y 1954 por Les
Bibliophiles Franco-suisses (4 volúmenes), con una tirada muy limitada y con 267
fabulosas ilustraciones grabadas por Albert Decaris. En el centro y a la
derecha, otros grabados de Decaris; así, una de las láminas que ilustró La reina muerta (La Reine Morte, 1942), obra de teatro de Henry de Montherlant (Les Presses de la Cité, 1949; tirada de sólo 250
ejemplares), y su visión del mito
griego de Leda y el cisne
El artista de los artistas
Un lenguaje distinguible y un mundo propio. O lo que es lo mismo, si de manifestación artística se habla: un estilo. Esto es Decaris. Lenguaje y mundo. Mundo y lenguaje diferenciados e irrenunciables. La conquista soñada. Estilo.
Un lenguaje distinguible y un mundo propio. O lo que es lo mismo, si de manifestación artística se habla: un estilo. Esto es Decaris. Lenguaje y mundo. Mundo y lenguaje diferenciados e irrenunciables. La conquista soñada. Estilo.
Micheline e Isabelle, mujer e hija de Albert Decaris, en un grabado del
propio artista; la mujer de Decaris falleció en 1974. En el centro y a la derecha, otros dos grabados espléndidos de Decaris, Mujer parisiense en la ventana ante Notre Dame y Juana de Arco en la hoguera
Albert Decaris era y es muy
esencialmente, y esto al margen de su amplia obra filatélica, un grabador,
aunque no por eso dejó de hacer incursiones artísticas por medio de otras
técnicas de expresión.
A la izquierda pintura al fresco de Decaris, en la
escalera principal del Ayuntamiento de Vesoul, y en el centro y a la derecha sobre estas líneas, un retrato al óleo, Retrato de mujer con blusa blanca (55 x 46 cm), y una acuarela, Venecia
Pero, no obstante y a pesar de las excepciones normales, y entre
las que cabe señalar además su gran dominio de las acuarelas, el espacio
predilecto y obsesivo de Decaris es la superficie límpida del metal,
siempre bruñida de infinitud. Y preferentemente del acero, que Decaris
anteponía al cobre, más fácilmente maleable pero menos abismal.
Dos pasiones recurrentes de Albert Decaris, París y Napoleón
París y
especialmente la catedral de Notre Dame
fueron obsesiones permanentes de Decaris, que las grabó, dibujó y pintó
mediante todo tipo de técnicas para obras propias, ilustraciones y sellos.
Albert Decaris es y será siempre en la filatelia francesa, de suyo egotista y libre, el artista de los artistas.
París y Notre Dame
en un grabado y dos pinturas de Albert Decaris, realizadas estas últimas en acuarela y gouache
Albert Decaris es y será siempre en la filatelia francesa, de suyo egotista y libre, el artista de los artistas.
Tres grandes personalidades del mundo antiguo vistas por Albert Decaris. Pericles y Julio César,
los más grandes políticos de Grecia y Roma, grabados por Decaris en 1967 para una edición ilustrada de Plutarco, y a la derecha, retrato de Jesucristo
Estos
grabados anteriores de Pericles y Julio César, pertenecen a uno de los últimos
grandes libros ilustrados por Decaris, que en 1967 puso todo su
talento en una edición babilónica de las Vidas
de los hombres ilustres de Plutarco.
En 2001, Francia
emitió un gran sello como homenaje a Albert
Decaris en el centenario de su nacimiento. Claude Jumelet grabó una bella fantasía de Decaris, de su París, claro...
Ilustraciones grabadas
por Allbert Decaris para dar esplendor a una gran edición de Vidas de los
hombres ilustres de Grecia y Roma de Plutarco (1967; editor Philippe
Lebaud). Imagen idealizada de la Grecia clásica; Teseo y el Minotauro; y Rómulo y
Remo
Obra original de
Decaris, y al lado, el sello emitido por Francia en 2001 grabado por Claude Jumelet; impresión en calcografía. A la derecha, retrato de Albert Decaris realizado en 1958 por André Aaron Bilis (1893-1971)
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Nota. Artículo biográfico publicado por primera vez en este
blog el 30 de junio de 2018, y actualizado con imágenes renovadas y algunos
textos más, el 3 de mayo de 2019.
Partes del texto de este perfil de Albert Decaris las escribí primero en el Foro Ágora de Filatelia (ramon1843, Los sellos más bonitos del mundo), y ahora están ensambladas aquí con algunas adiciones y rectificaciones.
Partes del texto de este perfil de Albert Decaris las escribí primero en el Foro Ágora de Filatelia (ramon1843, Los sellos más bonitos del mundo), y ahora están ensambladas aquí con algunas adiciones y rectificaciones.
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