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miércoles, 29 de agosto de 2018

Karl Seizinger, uno de los mejores grabadores de la historia

El artista grabador Karl Seizinger
El grabador errante




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Un año antes de su fallecimiento en Haarlem (Holanda) a los 89 años, Rudolf Fischer tuvo ocasión de hablar unos minutos con Karl Seizinger, entonces una leyenda viva del grabado de sellos. Y a pesar de encontrarlo «sonriente y siempre fumando, sarcástico, a ratos breves sentimental e incluso alegre», Fischer presintió, por debajo de esa cordialidad feliz y tranquila, una llama inextinguible de soledad trágica y ensimismada. 
Karl Friedrich Wilhelm Seizinger nació el 23 de marzo de 1889 en Hildburghausen, un pequeño pueblo del sur de Turingia, en el corazón de Alemania, con una gran tradición en el arte del grabado. Enseguida demostró una capacidad natural para el dibujo y las artes plásticas en general, y a pesar de las intenciones de su padre Heinrich, que pretendía una dedicación exclusiva del hijo en el negocio de fotografía que acababa de emprender, el joven Karl tenía muy clara la determinación de consagrar su vida al arte del buril. 
Y es que, siendo apenas un adolescente, un grabador local que había empezado a escribir sus memorias, tenía tan mala caligrafía que solicitó al instituto de Hildburghausen que tuviera la amabilidad de enviarle un alumno con buena letra. El joven Karl fue el elegido, y seguramente estar con este grabador muchos días, oyendo sus experiencias y escribiendo su vida, inoculó en el futuro artista la pasión por el arte del grabado.

En 1983, Checoslovaquia dedicó la emisión del Día del Sello a uno de sus mejores artistas, Karl Seizinger. Cyril Bouda realizó el diseño y Miloš Ondráček grabó el sello. Impresión combinada en calcografía y huecograbado

Acudió entonces Karl al Instituto cartográfico de Metzeroth, en Hildburghausen, y probadas sus grandes cualidades,  pudo después desplazarse a Berlín y perfeccionar la técnica ardua del grabado a buril. En la capital, conoció enseguida a la que habría de ser pronto su mujer, Elisabeth.


Billete finlandés de 1000 marcos, año 1922, con diseño de Eliel Saarinen y grabado de la viñeta de Karl Seizinger. A la derecha, sello emitido por Checoslovaquia en 1926, Vista de Praga. Sello grabado por Karl Seizinger a partir de una obra de Tavík František Šimon. Impresión en calcografía; 2 valores emitidos

La Primera Guerra Mundial, sin embargo, frenó en seco una carrera que todo hacía indicar que sería fulgurante. Karl Seizinger fue llamado a filas y destinado a la cercana Francia, donde permaneció casi un año y medio. Después solicitó el traslado y fue enviado a Bagdad, en un viaje tortuoso de dos meses. Cuando la guerra acabó, Seizinger estaba en Mosul y fue hecho prisionero por las tropas inglesas allí destacadas. Permaneció retenido unos meses en Constantinopla, y finalmente fue liberado y pudo regresar a Berlín.


Checoslovaquia, 1926-27, Castillo de Karlštejn y Monasterio de Strahov (Praga). Sellos diseñados y grabados por Karl Seizinger, inspirándose en obras de Tavík František Šimon y Alois Kalvoda, respectivamente. Precediendo a cada sello emitido, bocetos de diseño en acuarela y lápiz del propio grabador, con medidas de 9.7 x 8.3 cm y 10.3 x 8.5 cm. Impresión de ambos sellos en calcografía


De vuelta a la Alemania derrotada, Seizinger se encontró con que su mejor habilidad, el grabado en acero, tenía escasa relevancia en la filatelia nacional de entonces, y esta circunstancia lo obligó a buscar otros horizontes donde poder desarrollar libremente su talento.


Checoslovaquia, 1926, Castillo de Pernštejn. Sello diseñado y grabado por Karl Seizinger, de quien exponemos un diseño preliminar en acuarela y lápiz. Seizinger partió para el diseño y grabado de este sello, de una obra del paisajista checo Alois Kalvoda (1875-1934). Impresión en calcografía

Así, a principios de la década de los veinte, se instaló, primero en Helsinki, donde trabajó en la confección y grabado de billetes y otros documentos del Estado finlandés, y a partir de 1924, en la vieja Praga, donde aceptó un buen puesto ofrecido por el Banco Nacional de Checoslovaquia.


Checoslovaquia, 1928, Edificio de Telecomunicaciones, Praga, X Aniversario de la República de Checoslovaquia. Sello diseñado y grabado por Karl Seizinger; impresión en calcografía. A la izquierda, acuarela previa al grabado del propio Seizinger. Imagen del sello procedente de engravedstamps.net

Durante los casi quince años siguientes, hasta que a finales de 1938 abandonó Praga, Karl Seizinger se convirtió en el principal artista de la filatelia checa, que cimentó entonces una aureola artística que llega hasta hoy mismo. Pues si bien es cierto que, analizando ahora esos tres lustros de grandes sellos, Bohumil Heinz nos parece tan grande como Seizinger, también es verdad que, al menos durante los diez primeros años de estancia en la capital, su hegemonía artística no admite discusión. Anteriormente hemos podido ver uno de sus primeros grandes sellos de Checoslovaquia, Vista de Praga, emitido en 1926 por primera vez en dos valores e inspirado en una obra de Tavík František Šimon (1877-1942). 


Checoslovaquia, 1928, X Aniversario de la República. Castillo Hradec nad Moravicí, en Opava. Sello diseñado y grabado por Karl Seizinger. Calcografía. A la izquierda, boceto preliminar del grabador, realizado el año anterior; lápiz sobre cartulina, 17.5 x 14.1 cm


SeizingerHeinz, como Delhom y Sánchez Toda en España, no hicieron nunca buenas migas, ni siquiera al principio. Pues además de la natural rivalidad de dos artistas tan orgullosos y concienciados de su valía, había que contar también con los recelos étnicos, entonces, en aquella vieja Europa de principios de los años treinta, hirvientes y a punto de estallar. Seizinger era alemán de pura cepa, a pesar del encantamiento que sentía en Praga, mientras que Bohumil Heinz era checo de nacimiento y se sentía plenamente identificado con su nacionalidad. 


Checoslovaquia, 1929, Emblema del Estado, obra de Alfons Mucha. Sello diseñado (izquierda, uno de los bocetos previos en acuarela y lápiz) y grabado por Karl Seizinger. Diversos valores emitidos. Impresión en calcografía

Los problemas surgieron enseguida, al poco de llegar Heinz al Banco Nacional. Entre 1932 y 1934, ambos grabadores rivalizaron en varias emisiones, siendo siempre el vencedor de estas justas inevitables, el artista de más prestigio entonces y con más experiencia, Karl Seizinger. Sucesivamente, se fueron rechazando los proyectos de Heinz, entre ellos los retratos de personalidades como Miroslav Tyrš (1932) y Bedřich Smetana (1934), y aceptando las propuestas alternativas de Seizinger, que contaba además con otra baza a su favor, aparte del talento, la experiencia y los contactos: una rapidez milagrosa para ejecutar cualquier grabado que habría de ser enseguida proverbial. Hasta se dice que trabajaba sólo y como máximo tres horas al día, incluso cuando más urgencia requería una emisión.

Karl Seizinger grabó los dos retratos (de frente y de perfil) de Miroslav Tyrš, fundador del movimiento Sokół ("Halcón"), para los 4 sellos emitidos en 1932, y sólo unos meses después volvió a grabar a Tyrš en el sello similar de 1933, que mostramos sobre estas líneas (60 haléřů) junto a dos de los bocetos preliminares utilizados por Seizinger en una y otra emisión


Esta contienda tuvo dos momentos álgidos: en 1934, cuando finalmente se asignó a Seizinger el grabado de la gran serie de la Legión, que por su relevancia abordaremos en un apartado especial, y en 1938, cuando parece ser que Bohumil Heinz había por fin ganado la batalla tras la asignación polémica del halcón diseñado por Cyril Bouda (Festival Sokol), siendo esta una de las razones que llevaron a aquél a abandonar Praga unos meses después rumbo a los Balcanes.


Checoslovaquia, 1929, Milenario de la muerte de San Wenceslao. Tres sellos diferentes emitidos en 5 valores, todos grabados por Karl Seizinger, a partir de obras de Mikoláš Aleš, Felix von Jenewein y Josef Mánes. Impresión en calcografía


Seizinger, por cierto, grabó antes que Heinz ese sello de 1938 diseñado por Bouda y hasta llegó a cobrarlo aunque no se emitió, y todavía hoy se discute si el joven artista checoslovaco pudo hacer uso del diseño de grabado del maestro alemán, pues el lenguaje lineal y entrecruzado es casi idéntico en uno y otro sello.


Sello checoslovaco de 1933 del compositor Bedřich Smetana, grabado por Karl Seizinger; impresión en calcografía. A la izquierda, el diseño dibujado sobre cartulina por el grabador. El marco del sello fue diseñado por Václav Fiala, que con gran delicadeza puso en su interior algunas notas de la ópera Libuše


Seizinger, en cualquier caso, desde 1935 se había convertido en un grabador independiente, que seguía trabajando para el Banco Nacional, así es, pero ya sin las ataduras anteriores de exclusividad y dedicación plenas. No obstante, la marcha a finales de 1938 hacia Belgrado, no fue tanto, o al menos tan sólo un enfado por la preeminencia artística que parecía tener entonces Heinz, sino quizá y muy principalmente, una huida hacia adelante por el inicio definitivo de la barbarie nazi.


Karl Seizinger diseñó y grabó este sello del Presidente Masaryk en 1928, en el centro y precedido por uno de los bocetos preliminares del propio artista, con ocasión del X Aniversario de la República de Checoslovaquia y cuyo retrato sería utilizado después en nuevas emisiones de diferentes valores con cambios en el marco facial; calcografía. A la derecha, uno de los valores regulares emitidos en 1930 con el mismo retrato de dos años antes. Imagen del sello de 1928 procedente de engravedstamps.net


De hecho, y aún a pesar de conservar la nacionalidad alemana, Seizinger escapó después, en 1941, desde Belgrado hasta la capital del entonces recién proclamado y efímero Estado de Croacia. Se instaló en Zagreb y allí llegó a grabar, en plena hecatombe mundial, uno de los sellos más bellos del mundo, y sin duda el más famoso de la filatelia de Croacia. Este sello de 1943, como la emisión de las legiones de 1934, merece asimismo un capítulo aparte. 


Checoslovaquia, 1928, X Aniversario de la República. Castillo de Hluboká. Diseño y grabado de Karl Seizinger; calcografía. A la izquierda, dibujo de diseño del propio grabador, acuarela y lápiz sobre cartulina, 12.3 x 10.2 cm

A propósito de los sellos antevistos del Presidente Masaryk, en ese mismo año, Seizinger sí grabó un nuevo retrato del político, que cumplía ochenta años a principios de marzo.

Checoslovaquia, 1930, Presidente Tomáš Garrigue Masaryk. Sello diseñado y grabado por Karl Seizinger, emitido en cuatro valores calcográficos; imagen procedente de la página tomfijala.cz. A la izquierda, uno de los cuatro sellos de correo aéreo que Seizinger grabó en 1930, con la viñeta de un Fokker F.VIII volando sobre Praga; 2 valores emitidos. Impresión en calcografía

En el año de 1930, y permítasenos estas leve digresión biográfica, Karl Seizinger fue especialmente prolífico, pues grabó diferentes sellos checoslovacos, entre ellos los cuatro de correo aéreo y de los que destacamos, aparte del antepuesto del Fokker F.VIII sobrevolando Praga, este otro del Šmolík Š 19.


Checoslovaquia, 1930, Correo aéreo; Šmolík Š 19. Sello diseñado y grabado por Karl Seizinger, del que adjuntamos uno boceto preliminar de diseño. Impresión en calcografía; 2 valores emitidos

Después de acabada la Segunda Guerra Mundial, Seizinger dejó la ya extinta Croacia y aceptó una oferta de la prestigiosa Casa holandesa de Enschedé, donde grabó, ahora anónimo, principalmente viñetas y retratos para billetes y aún algunos sellos. Allí permaneció, en Haarlem, una vez que dejó los buriles a principios de los años sesenta, y murió el 4 de mayo de 1978


Checoslovaquia, 1935, XX Aniversario de la batalla de Arras, en la I Guerra Mundial. Monumento erigido durante la década anterior en el cementerio de Neuville-Saint-Vaast, Francia, como homenaje a los voluntarios checoslovacos que murieron en la batalla de Arras. Sello diseñado y grabado por Karl Seizinger, a partir de la obra original de Jan Hruška. Calcografía; 2 valores

Seizinger, que participó en la primera contienda mundial, perdió a su hijo al principio de la segunda, cuando las tropas alemanas, en las que forzosamente fue reclutado, atacaban Polonia. Fue, como tantos otros europeos, una víctima de su tiempo, y legó a la filatelia unos cuantos sellos maravillosos y hoy ya míticos.


En 2005 y con ocasión del 120 aniversario de su fundación, el Club filatélico de Hildburghausen, localidad natal de Seizinger, honró la memoria del grabador en una extraordinaria medalla de plata. A la derecha, uno de los mejores sellos grabados por Seizinger en Checoslovaquia, a partir de una obra de Vladimír Silovský (1891-1974) y emitido en 1938, Vista de Pilsen (Plzeň); calcografía

Serie de las Legiones checoslovacas, 1934

Esta serie es sencillamente sublime, y una de las más grandes jamás realizadas desde el estricto punto de vista artístico. Y da fe, quizá como ninguna otra de las varias grabadas, de las mejores virtudes de este bohemio del buril, como fue conocido en sus mejores años de Praga. Un estilo vigorosamente clásico y a la vez, personal y doliente, sentido, y sutilmente denodado y pulcro.

Karl Seizinger siempre consideró dos de los sellos de esta serie de 1934, estos que se exponen de inmediato, como los más distinguidos de su obra filatélica, y 
en particular el primero mostradoincluso por encima del sello referido de Croacia (1943). «Tuve de espacio para cada fisonomía, más o menos el que ocupa la cabeza de un alfiler», reveló Seizinger años más tarde, «y los rasgos debían de ser reconocibles. Además había muchos personajes en cada sello, para complicar todavía más la tarea. Fueron unos grabados difíciles y arduos de los que quedé muy satisfecho y orgulloso».


A la izquierda, una de las fotografías utilizadas por Václav Fiala para el diseño del gran sello de "Rota Nazdar" que grabó Seizinger en la serie de las Legiones de 1934, del que a la derecha se muestra una captura ampliada de la viñeta

En este sello del juramento en Bayona, son distinguibles hasta más de 30 personas. No se equivocaba Seizinger cuando consideraba que este fue su mejor sello grabado.


Checoslovaquia, 1934, XX Aniversario de las Legiones checoslovacas, Juramento de la compañía "Rota Nazdar" en Bayona. Diseño de Václav Fiala y grabado de Karl Seizinger; impresión en calcografía. A la izquierda, dibujo del propio Seizinger de su sello (15.2 x 7.8 cm), se supone que realizado en la fase de diseño del grabado, aunque vista su perfección meliflua, igual que los de otros antepuestos, bien pudo haberlo hecho con posterioridad a la emisión, a modo de reclamo o simplemente como albedrío personal

 
En julio de 1934, el boletín Tribuna filatelistů anunciaba la emisión inminente de esta serie excepcional, y ofrecía los datos embrionarios de la misma, a partir de las fotografías utilizadas por Václav Fiala en la concepción que ya entonces habría grabado SeizingerFiala compuso el diseño definitivo haciendo todo tipo de rectificaciones, desde cambiar la posición de algunas de las personalidades, hasta modificar los fondos o incluso añadir algún personaje más, restando y eliminando a su vez otros.


Checoslovaquia, 1934, XX Aniversario de las Legiones checoslovacas, Solemne juramento en Kiev. Diseño de Václav Fiala y grabado de Karl Seizinger; calcografía. A la izquierda, diecisiete futuros legionarios hacen un solemne juramento en Kiev, a finales de septiembre de 1914; esta fotografía fue utilizada por Václav Fiala para conformar el diseño definitivo del sello anexo


En los otros dos sellos de la serie, igual y magistralmente grabados por Karl Seizinger, Václav Fiala no precisó de tanta compaginación meditada como en los sellos recién admirados, pero los diseños son también excepcionales.


A la izquierda, una de las fotografías usadas por Václav Fiala para el sello del patriota Jaroslav Heyduk, y al lado, el sello grabado por Seizinger (Checoslovaquia, 1934) del entrañable abanderado de la compañía “Družina”, creada en Rusia en 1914; impresión en calcografía. A la derecha, el artista checoslovaco Václav Fiala, diseñador de esta serie de las Legiones, en un autorretrato de 1926

Uno de estos dos sellos es una alegoría elegante y concisa, mientras que en el otro Fiala hace protagonista del mismo a Jaroslav Heyduk (1863-1918), abanderado de edad que merced a la arrogancia entrañable con que posó en algunas fotografías, simbolizaba muy bien el anhelo honroso de las Legiones checoslovacas, que no fue sino contribuir heroicamente a la creación del muy deseado nuevo Estado, real por fin en 1918.

Respecto a Václav Fiala, fue una artista de prestigio en su época y participó como diseñador durante varias décadas en la filatelia de Checoslovaquia. Había nacido en Praga, el 16 de julio de 1896, y a principios de los años veinte llegó a ser alumno de Max Švabinský, siempre y de algún modo, si no directo, sí recóndito, artífice egregio y leal del sello checoslovaco. 


Checoslovaquia, 1934, XX Aniversario de las Legiones checoslovacas, voluntarios uniformados en Francia, Rusia y Serbia. Diseño de Václav Fiala y grabado de Karl Seizinger; impresión en calcografía. En el centro y a la derecha, dos imágenes del artista Václav Fiala, un autorretrato de principios de los años setenta y una fotografía de 1976

Václav Fiala viajó mucho durante su juventud, recibió el influjo de varias culturas y terminó desarrollando una obra notable diseminada en litografías, pinturas y dibujos, y también, y aparte de su producción filatélica, en ilustraciones muy coloridas para todo tipo de libros, tanto de leyendas y cuentos populares como clásicos. Falleció Václav Fiala en su ciudad natal a principios del verano de 1980.


Checoslovaquia, sello de 1936 sobrecargado en 1937. Vista del centro de Banská Bystrica. Diseño propuesto por Karel Vik y grabado de Karl Seizinger. Impresión en calcografía. A la izquierda, boceto preliminar de diseño firmado por Karl Seizinger


Seizinger dejó una impronta indeleble en las dos primeras décadas de la filatelia checoslovaca, y sellos de las legiones al margen, los grabados más característicos de su obra en Praga, aún por encima de los retratos, son estas pequeñas vistas de paisajes y monumentos tan graníticas y acérrimas.


Checoslovaquia, 1937 y 1938, Iglesia de Santa Bárbara, en la ciudad de Kutná Hora, y Catedral de Santa Isabel, en Košice. Diseños de Karel Vik y Vladimír Silovský, y grabados de Karl Seizinger. Impresión en calcografía


Uno de los grandes sellos del mundo

El sello de la escena de Bayona (1934) es seguramente una cima insuperable, pero Karl Seizinger, en plena escapada por los Balcanes, grabó varios más de una gran e innegable categoría artística, pese a las circunstancias y la zozobra adversas, y aún desde Zagreb, para la tercera exposición de los filatelistas croatas de septiembre de 1943, incidió el que sin duda otro de los grandes sellos del mundo.


Yugoslavia, 1941, 2ª Exposición Filatélica Nacional en Croacia. Kamenita Vrata en Zagreb y Catedral de la ciudad. Diseños de Otto Antonini y grabados de Karl sezinger. Pruebas de color sin dentar; calcografía. A la derecha, el Rey Pedro II de Yugoslavia. Aunque únicamente se realizó una emisión en tipografía de esta serie básica de 1939 (15 valores), Karl Seizinger grabó a buril el retrato de Pedro II, con vistas a una versión calcográfica no emitida finalmente . Asimismo, en 1939 y con ocasión de celebrar el Cumpleaños del rey Pedro II de Yugoslavia, Karl Seizinger grabó cuatro sellos de barcos con el facial de Yugoslavia, todos impresos en Belgrado mediante calcografía


La concepción del sello referido de 1943 fue obra del artista Vladimir Kirin (1894-1963), que  no sólo proveyó la obra propia, sino que además se implicó en el diseño específico del sello, que Seizinger grabó en Zagreb en la primavera de ese año. La obra de Kirin que incidió Seizinger es una bella pintura al óleo de sólo unos años antes, concretamente de 1938, titulada Dolac, con la Iglesia de Santa María de Zagreb al fondo. Vladimir Kirin diseñó otros sellos croatas de la época, y también participó en la confección gráfica de algunos billetes. 

Este fue el grabado más grande de tamaño que Karl Seizinger había realizado hasta ese momento para un sello postal. Y Seizinger debía de estar muy satisfecho cuando lo grababa, pues por esos días, en una entrevista concedida a un boletín filatélico croata, prometió a los coleccionistas un gran sello que honraría espléndidamente su próxima Exposición. ¡Y a fe que fue así, ciertamente! Seizinger estaba creando uno de los más bonitos sellos del mundo, y afianzando su fama, hoy indiscutible, como uno de los primeros grabadores del siglo pasado.


Croacia, 1943, III Exposición Filatélica Nacional. Mercadillo de Dolac e iglesia de Santa María de Zagreb al fondo, según el óleo “Dolac” (1938), de Vladimir Kirin. Grabado de Karl Seizinger. Impresión en calcografía


La emisión fue impresa en la Staatsdruckerei de Viena y Seizinger, que siempre emboscaba sus iniciales en la viñeta, fueran las dos de “KS” o sólo la “S”, en esta ocasión sólo la incluyó en un sello por pliego, lo que hace de estas variedades las más esquivas y difíciles de conseguir para los coleccionistas. Hay dos variedades con la “S” del grabador, en diferentes lugares según se trate del sello suelto (color violeta, posición 22 en el pliego de 40 sellos) o bien del sello de la hojita (color marrón, posición 5 de 6 en cada pliego).



Las dos variedades difíciles para los coleccionistas, con la “S” del grabador en diferentes lugares. A la derecha, el croata Vladimir Kirin (Zagreb, 1894-1963), artista y también diseñador gráfico


La verdad es que, pese a los tiempos negros que se vivían en Europa, Seizinger tuvo una actividad como grabador en Zagreb muy intensa. Estos tres sellos fueron emitidos por Croacia en 1943, incidiendo Seizinger todos los diseños del artista Ivo Režek (1898-1979).


Croacia, 1943, Personajes. Katarina Zrinska, Fran Krsto Frankopan y Petar Zrinski. Diseños de Ivo Režek y grabados de Karl Seizinger. Impresión en calcografía


Unos meses después y diseñado igualmente por  Ivo Režek, Seizinger grabó un excelente sello del matemático y físico Rugjer Boscovich (1711-1787), emitido en diciembre de 1943 por Croacia en dos valores calcográficos. También diseñó y grabó Seizinger la emisión básica e impresa en litografía del dictador Ante Pavelić, emitida en 20 valores entre 1943 y 1944. 


Croacia, 1943, Rugjer Boscovich (1711-1787). Sello emitido en 2 valores, diseñado por Ivo Režek, y grabado por Karl Seizinger; calcografía. A la derecha, uno de los sellos de Ante Pavelić perteneciente a la serie básica emitida en 20 valores entre 1943 y 1944; diseño y grabado de Karl Seizinger, que utilizó la fotografía adjunta como punto de partida; impresión en litografía

Y ya en 1944, grabó Karl Seizinger una gran serie de cuatro sellos que rindió tributo al Servicio de trabajo estatal (DRS, Državna radna služba).


Croacia, 1944, Fuerza Laboral Estatal. Trabajadores desfilando, y trabajador con una pala. Diseños de Otto Antonini y grabados de Karl Seizinger. Impresión en calcografía

Esta serie de 1944, impresa en calcografía por la Staatsdruckerei de Viena como el sello de Dolac, fue diseñada por Otto Antonini (Zagreb, 1892 – 1959).


Croacia, 1944, Fuerza Laboral Estatal. Instrucción, y Ante Pavelić en un desfile. Diseños de Otto Antonini y grabados de Karl Seizinger. Impresión en calcografía

Unos sellos de Seizinger en la negra espalda de la filatelia

Karl Seizinger, alemán de nacimiento, fue huyendo durante los años críticos de la II Guerra Mundial por el viejo corazón de Europa, de Praga a Zagreb, pasando entre medias por Belgrado, y dejando en todas estas filatelias grandes sellos.

Y aunque Seizinger huyó de la vesania nazi, lo cierto es que estando en Zagreb y por vía de la Staatsdruckerei vienesa, llegó a grabar algunos sellos para el Generalgouvernement,  el Gobierno General alemán de los territorios polacos ocupados. Estos sellos, cuatro en total, no llegaron a entrar en circulación, y hoy día, si bien existen impresiones y pruebas de todo tipo, con y sin valor nominal, así como dentadas y sin perforar, tampoco es que sean del todo asequibles para la mayoría de coleccionistas. 


Iglesia de madera en Tatariv, en uno de los diseños que Seizinger trasladó al acero en 1944, a partir de obras del artista Erwin Puchinger (1875-1944). A la derecha, impresión calcográfica sin dentar del sello no emitido grabado por Seizinger

Los diseños, en los que quizá participó el propio Seizinger, se inspiran en obras de Erwin Puchinger (1875-1944), artista que unos años antes llegó a diseñar algunos sellos alemanes, entre ellos varios para el territorio anexionado de Polonia.


En el centro sobre estas líneas, prueba de punzón de Karl Seizinger a partir del diseño anexo, con fecha de mayo de 1944. A la derecha, impresión calcográfica de otro diseño grabado por Seizinger para esta emisión truncada del Generalgouvernement

Y una curiosidad más. Cuando terminó la guerra en 1945, Seizinger acabó retornando a su localidad natal de Hildburghausen, entonces en el área de dominio soviética, y entre las pocas pertenencias que pudo conservar, se encontraban algunas pruebas de estos sellos, que a su vez enviaría en 1947 a Enschedé como prueba de sus facultades. La Casa de Haarlem no se lo pensó mucho, pues andaba escasa de artistas tan cualificados, y allí terminó Seizinger su carrera.

Karl Seizinger y Sem Hartz, juntos en Enschedé 

A pesar de los muchos datos disponibles, tanto de Karl Seizinger como de Sem Hartz, lamentablemente no hay constancia alguna, ni siquiera barruntada, de qué tipo de relación tenían en Enschedé, ni tampoco sobre qué pensaban el uno del otro.

Ambos, además, vivían en Haarlem, el santuario de Enschedé, donde Seizinger terminó su carrera a principios de los años sesenta. 
Hartz era mucho más joven, y tenía apenas 35 años cuando Seizinger se incorporó a Enschedé a finales de la década de los cuarenta. En todo caso, sí que es fácil suponer con qué admiración desconfiada recibiría Hartz a quien entonces era un maestro absoluto del buril.


Diseño de Leon Helguera para el sello de la ONU d 1951; lápiz sobre papel vegetal, 23 x 20 cm. En el centro sobre estas palabras, uno de los dos valores (Oficina de Nueva York) de la emisión que grabó Karl Seizinger; calcografía. Y a la derecha, prueba de artista firmada por Karl Seizinger en 1953 de un soberbio grabado inspirado en una pintura de Jacques François Joseph Carabain, encargado por Enschedé al artista para una emisión de los Países Bajos que finalmente, y no trascendieron los motivos, no se llevó a cabo


Sobre estas palabras se muestra un sello de asignación segura grabado por Seizinger en sus años en Enschedé, el de Naciones Unidas de 1951 concebido por Leon Helguera, un artista prestigioso, nacido en México, y que incluso llegó a diseñar algunos sellos para Estados Unidos, entre otros países. 

Quién sabe, quizá Karl Seizinger y Sem Hartz compartieron respeto y amistad, y hasta muchas conversaciones en las que intercambiarían impresiones y experiencias sobre el arte modesto y recóndito de grabar un buen sello, tarea reservada y loable en la que ambos eran y son unos maestros absolutos.


Karl Seizinger en su estudio de Praga, durante los años treinta del siglo pasado

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Nota. Algunos de los textos de este artículo los escribí primero en el Foro Ágora de Filatelia (ramon1843, Los sellos más bonitos del mundo), y ahora están ensamblados aquí con algunas adiciones y rectificaciones.

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