Un
mundo propio de fantasía y belleza
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Lejos de ir el artista hacia la realidad, ha ido contra ella. Se ha propuesto denodadamente deformarla, romper su aspecto humano, deshumanizarla. El arte que propugnan las nuevas vanguardias es el arte más artístico posible, por cuanto se obceca más en sí mismo, que en la intimidad circundante.
José Ortega y Gasset (La deshumanización del arte, 1925)
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Es una
evidencia constatable que, en términos artísticos, la fabulosa filatelia
checoslovaca ha sido encauzada, de una manera muy
abrumadora, por sus grandes diseñadores, más que por sus magníficos grabadores,
salvando si acaso la década de los años treinta del siglo pasado, cuando, es
cierto, Seizinger y Heinz rivalizaron y dominaron con los buriles las emisiones del período.
Justo lo contrario de lo que acontece en la filatelia francesa, en la que,
exceptuando algún caso como el de Pierrette Lambert, generalmente
son los grabadores quienes imprimen su estilo en los sellos.
Y dentro del transcurso estilístico de la filatelia checoslovaca, siempre agitado y deliciosamente escarpado, Josef Liesler ocupa un lugar muy destacado. Pues no en vano fue durante las décadas de los años sesenta y setenta, tiempos de fragor estético en la filatelia, cuando Liesler dominó con su estilo vanguardista el panorama artístico del sello checoslovaco, escoltado, es innegable, por Jaroslav Lukavský y Jozef Baláž, y en paralelo al desarrollo divergente de Cyril Bouda y Karel Svolinský, pero en todo caso, avanzado y relevante en lo que se puede considerar la fresca y colorida primavera iniciada en aquellas décadas.
Y dentro del transcurso estilístico de la filatelia checoslovaca, siempre agitado y deliciosamente escarpado, Josef Liesler ocupa un lugar muy destacado. Pues no en vano fue durante las décadas de los años sesenta y setenta, tiempos de fragor estético en la filatelia, cuando Liesler dominó con su estilo vanguardista el panorama artístico del sello checoslovaco, escoltado, es innegable, por Jaroslav Lukavský y Jozef Baláž, y en paralelo al desarrollo divergente de Cyril Bouda y Karel Svolinský, pero en todo caso, avanzado y relevante en lo que se puede considerar la fresca y colorida primavera iniciada en aquellas décadas.
Checoslovaquia,
1971, Lucha mundial contra la discriminación racial. Diseño de Josef Liesler y
grabado de Ladislav Jirka. Calcografía y huecograbado
Checoslovaquia,
1971, 100 años de la Comuna de París. Diseño de Josef Liesler y grabado de
Jindra Schmidt; impresión mixta en calcografía y huecograbado. A la derecha, Josef Liesler en su estudio
Checoslovaquia,
1962, Congreso de la FIP. Diseño de Josef Liesler y grabado de Bedřich Housa; impresión en calcografía. A la derecha, Josef Liesler ya artista reconocido y peculiar
Un
artista en la vanguardia de su tiempo
Josef Liesler nació el 19 de
septiembre de 1912 en Vidolice, cerca de Kadan, en
la orilla izquierda del río Ohre, un importante centro cultural y turístico del
noroeste de Bohemia. Fue el segundo de los diez hijos de una familia modesta,
de los que sólo sobrevivieron cuatro durante los primeros años. Su padre, por
cierto, empleado primero en la sastrería familiar, llegó a ejercer de cartero
en Kadan durante unos años, cuando Josef era todavía un niño.
Ya adolescente, Josef estudió
en la escuela de Karlovy Vary, una localidad cercana, en la que empezó a dar
muestras de sus cualidades naturales para el dibujo y en la que fue muy
alentado por su profesor Alois Bohác, que lo
incitó a estudiar a los grandes artistas del Renacimiento italiano y que
también lo introdujo en el mundo entonces borboteante de las nuevas vanguardias
centroeuropeas, sobre todo las que se desarrollaban al otro lado de la frontera
cercana, en Alemania. El joven Josef llegó a hacer algún viaje de recreo a
Dresde y mostró un especial interés en la obra del artista alemán Otto Dix.
"Variaciones sobre
el tema de la creación", 1977. Óleo sobre panel
Unos años después, Josef Liesler pudo
matricularse en la prestigiosa Universidad Técnica Checa (CVUT) de Praga, en la
Escuela de Dibujo. En la capital del entonces floreciente y nuevo Estado
checoslovaco, Liesler no sólo entró en contacto con el mundillo
artístico local, sino que además tuvo un primer acercamiento ya muy intenso al hervidero
de las nuevas vanguardias europeas. Así, a través de revistas, conferencias y
exposiciones, empezó a familiarizarse con la obra en curso de Picasso, de Dalí, de Matisse y de otros puntales del arte más vanguardista,
y como es natural manifestó un gran interés por los textos incisivos y
relampagueantes de André Breton. Y a estas pasiones
del presente, se añadieron dos artistas indispensables de los que Liesler nunca abdicaría: Albrecht Dürer y Francisco de Goya.
Aunque tampoco tenemos una confirmación indubitable, parece ser que la intención primera de las autoridades postales de la entonces recién creada República Checa, estamos ahora a finales de 1992, era que el primer sello del nuevo estado fuese, como es lógico, una emisión muy especial.
Y con todos los primeros y extraordinarios grabadores
checoslovacos contendió Liesler. He aquí, sobre estas líneas y tras estas palabras, dos de sus
últimas fantasías incididas para el espacio filatélico por Josef Herčík.
En manos del artista capaz ningún tema
resiste el envite genial del estilo. Liesler deflagró su fantasía por doquier
en el cosmos filatélico.
Primera edición de "Praha pod křídly války" (1945), de Kamil
Bednář (1912-1972), ilustrada con litografías de Liesler. En el centro, sello
emitido por Checoslovaquia en 1964 (Castillo de Praga, en el distrito de Hradčany), diseñado por
Josef Liesler y grabado por Ladislav Jirka; huecograbado y calcografía. A la
derecha, hojita checoslovaca que en 1980
celebró el 35 aniversario de la ONU, diseñada por Josef Liesler y con grabados
de Miloš Ondráček, Ladislav
Jirka y Jan Mráček; calcografía
Liesler afianzó su estilo artístico, libre y
transgresor, cuando Europa empezaba a destruirse a sí misma, a finales de los
años treinta. Durante aquellos años negros y aterradores, además de participar
en muestras y exposiciones con otros artistas de su generación, Liesler conoció
a quien habría de ser enseguida su mujer y después madre de los dos hijos que
tuvo, Blaženka Málková, y también al editor Václav Petr,
que sería el cauce principal de una de sus facetas artísticas preferidas: la
ilustración de libros. En este sentido, es muy destacable la edición de 1945,
recién terminada la hecatombe bélica, de un libro de poesía del escritor Kamil
Bednář (Praha pod křídly války, ver imagen de la portada sobre
este párrafo), que Liesler ilustró con unas litografías
claramente inspiradas en las negruras más pavorosas y turbadoras de Goya.
Checoslovaquia, 1973, Día del Sello. Diseño de Josef Liesler y grabado de Josef Herčík.
Impresión mixta en calcografía y huecograbado
Después de los estragos de la guerra, a finales de los años
cuarenta, Liesler dio comienzo
a su trayectoria en la filatelia de Checoslovaquia, al tiempo que
continuaba desarrollando su total y variada obra artística en curso, cada vez
más apreciada en los círculos críticos de Praga. Una obra que
sería muy poco tiempo después conocida y bien valorada asimismo en Francia e
Italia, y en la que por cierto ocupaba también un lugar muy prominente la
creación de ex libris, ámbito que de alguna manera no deja de guardar cierta
relación artística con el terreno de la creación filatélica.
Sello dedicado al XVI Congreso Postal de la UPU, Tokio, año 1969.
Diseño de Josef Liesler y grabado de Jindra Schmidt; calcografía. A
la derecha, sello de la Exhibición Filatélica de Brno, 1974,
con diseño de J. Liesler y grabado de Josef Herčík; calcografía y huecograbado
A modo de curiosidad, apuntemos que Liesler fue aclamado y estuvo presente en el V Congreso Europeo de Ex libris que se celebró en Barcelona, allá por el verano de 1958.
Como otros grandes diseñadores y artistas del sello checoslovaco,
Josef Liesler fue un gran ilustrador de libros. A la izquierda, la sobrecubierta
de una edición de “Madame Bovary” (1961) ilustrada por Liesler. A la derecha,
un pintura de Liesler, “Mujer con flores” (1971); óleo sobre panel, 56 x
70 cm
En el ámbito estrictamente filatélico, la obra
de Josef Liesler es de la más
expresivas y significativas del decurso estético del sello checoslovaco. Lo es por el momento en que alcanzó su mayor
continuidad y también, y sobre todo, por su incuestionable y penetrante
vitalidad estilística.
Sello
de la hojita emitida por Checoslovaquia en 1962, con ocasión de la Exposición
Internacional de Sellos Praga 62. Diseño de Josef Liesler y grabado de Ladislav
Jirka; calcografía. Y a la derecha, "Dolor", carboncillo y plomo sobre papel de Josef Liesler, 16 x 12 cm
Tres años después de su último sello emitido,
fallecía Josef Liesler en Praga el 23 de agosto de 2005, superados con holgura los 90 años de vida. Su
maravillosa obra artística está a salvo del tiempo inclemente, y sólo moría el
hombre que unos años antes, en una entrevista, dejó constancia sincera de en
qué había consistido muy esencialmente su camino por este mundo de sombras y
apariencias: Me es muy molesta la vida, y sólo en el arte encuentro amparo y
sosiego, es en mi realidad fantástica donde únicamente me siento vivir de
verdad...
Sello checoslovaco de Jan Hus (1965), diseñado por Josef Liesler y
grabado por Jindra Schmidt; calcografía y huecograbado. Jan Hus
(1370-1415) fue un teólogo y filósofo, precursor de la Reforma
protestante, que murió en 1415 quemado en la hoguera, después de ser condenado
de herejía en el concilio de Constanza. A la derecha, sello
checoslovaco de 1976 que promovía la Lucha contra la droga y el tabaco. Diseño
díscolo y genial de Liesler, que grabó Miloš Ondráček; impresión en calcografía
Una ofrenda de parte de Josef Liesler
El año venturoso de 1962 fue muy opulento en términos filatélicos para Josef Liesler. Exponemos
tras estas palabras, una bella y espectacular serie que escoltó de la mejor
manera posible al sello antepuesto de la paloma.
Checoslovaquia,
1962, Exposición Mundial de Sellos Praga 62. Sellos diseñados por Josef Liesler
y grabados por Jindra Schmidt y Jan Mráček. Impresión en calcografía
Incidieron las inspiraciones reverberantes de Liesler, impresas
por Checoslovaquia en calcografía, cuatro grabadores de
excepción: Jindra Schmidt, Josef Herčík, Jiří Švengsbír y Jan Mráček.
Checoslovaquia,
1962, Exposición Mundial de Sellos Praga 62. Sellos diseñados por Josef Liesler
y grabados por Josef Herčík y Jiří
Švengsbír. Impresión en calcografía
En 1966 y con motivo de otro evento filatélico en Checoslovaquia, Josef Liesler
diseñó los tres sellos que esta vez grabó Jindra Schmidt.
Checoslovaquia, 1966. Exposición Filatélica Nacional de Brno. Sellos grabados por Jindra Schmidt. Calcografía y huecograbado
Destellos estridentes de Josef Liesler
Tranquila y placenteramente, admiremos algunas de las
maravillosas creaciones filatélicas de Josef Liesler, siempre sometidas de
inmediato en el acero por los mejores grabadores checoslovacos del momento.
Esta es una serie excepcional de 1964, dedicada a conmemorar un acontecimiento, los 500
años de los esfuerzos pacifistas del rey bohemio Jorge de Podiebrad, sello éste diseñado por el propio
grabador Jiří Švengsbír; y la muerte y los
natalicios de tres personalidades eminentes: Miguel Ángel, William Shakespeare y Galileo Galilei, en cuya viñeta Liesler escribe, en segundo
plano, una concisa y genial metáfora del nuevo cielo, con ese
ojo bello y reticente…
Y excepcional, ¡extraordinario realmente!, el evocador y meditado ensueño del sello de Miguel Ángel. Josef Liesler en plenitud, insólito y centelleante...
Checoslovaquia, 1964, 500 años de los
esfuerzos pacifistas de Jorge de Podiebrad, rey de Bohemia; y Galileo Galilei, cuarto centenario de su
nacimiento. Diseños de Jiří
Švengsbír y Josef Liesler, y grabados del propio Švengsbír y de Jindra Schmidt. Impresión mixta en calcografía y huecograbado
Checoslovaquia, 1964, 400 aniversario del
nacimiento de Shakespeare, “El sueño de una noche de verano”. Diseño de Josef
Liesler y grabado de Jiří Švengsbír; impresión mixta en calcografía y huecograbado. A la derecha, litografía coloreada de Liesler de otro gran poeta, Charles Baudelaire (1989; 31,7 x 48,4 cm)
Checoslovaquia, 1964, 400 aniversario de la muerte
de Miguel Ángel. Moisés, y la Noche (mujer) y el Día (hombre), de la tumba de
Giuliano de Médici. Diseño de Josef Liesler y grabado de Jindra Schmidt;
calcografía y huecograbado. A la izquierda, boceto preliminar de Liesler para
este sello de Miguel Ángel
Josef Liesler y su acuario filatélico
Proseguimos inmersos en la obra
vertiginosa y feliz de Josef Liesler. Y qué
mejor que recrearnos todavía más la vista en este su refulgente y maravilloso
acuario de 1975, con esos peces tropicales
grabados por Ladislav Jirka, Josef Herčík, Jindra Schmidt y Miloš Ondráček.
Checoslovaquia, 1975, Peces de acuario. Diseño de
Josef Liesler y grabados de Ladislav Jirka y Josef Herčík.
Calcografía y huecograbado
Un bálsamo filatélico muy tonificante y reparador,
en estos tiempos de color sin fiebre. Liesler delira y los grabadores realizan...
Checoslovaquia, 1975, Peces de acuario. Diseño de
Josef Liesler y grabados de Josef Herčík y
Jindra Schmidt. Calcografía y huecograbado
Y una imagen complementaria muy elocuente del genio inasible de Josef Liesler, con un diseño alternativo para uno de los sellos de esta impresionante serie del acuario.
Checoslovaquia, 1975, Peces de acuario. Diseño de
Josef Liesler y grabado de Miloš Ondráček; calcografía y huecograbado. A la izquierda, uno de los diseños alternativos de Liesler
Liesler historiador
del aire...
Esta de 1977 es una serie deliciosa
en la que este artista tan
sensitivo y repentino, concibe e insinúa una breve y personalísima
historia de la aviación. ¡Maravillosa historia esta, eventual y bella!
Checoslovaquia, 1977, Historia de la
aviación. Graf Zeppelin, 1909 y 1928; Clément Ader (1890), Igo Etrich
(1909) y John William Dunne (1914); y Jean Pierre Blanchard y John Jeffries,
1785, viaje en globo. Diseño de Josef Liesler y grabados de Miloš Ondráček, Ladislav Jirka y Jindra Schmidt. Calcografía y huecograbado
Graban los diseños ufanos de Josef Liesler cuatro
artistas del buril de primer rango: el gran Jindra Schmidt, Josef Herčík, Ladislav
Jirka, que incide dos sellos y, faltaría más, Miloš Ondráček.
Checoslovaquia, 1977, Historia de la aviación. El
ingeniero aeronáutico alemán Otto Lilienthal (1895); y
Jan Kašpar (1911). Diseño de Josef Liesler y grabados
de Ladislav Jirka y Josef
Herčík; impresión mixta en calcografía
y huecograbado. A la derecha, pintura sobre panel de Liesler, Velikonoční zátiší (1959, Bodegón de Pascua; 100 x 69 cm)
Gajes de la belleza excéntrica
Aunque tampoco tenemos una confirmación indubitable, parece ser que la intención primera de las autoridades postales de la entonces recién creada República Checa, estamos ahora a finales de 1992, era que el primer sello del nuevo estado fuese, como es lógico, una emisión muy especial.
Así que se dispuso que el diseño correría a cargo de
uno de los más grandes artistas filatélicos del momento, Josef Liesler, y el grabado del sello lo ejecutaría el
grabador más experimentado, que no era otro que Josef Herčík. Finalmente, la propuesta de Liesler,
verdaderamente maravillosa si es la que exponemos sobre estas palabras, fue
descartada por entender las autoridades postales que tal vez era un
diseño demasiado arriesgado para un momento tan
protocolario e histórico, y fue Herčík entonces
quien, aparte de grabar este simbólico primer sello del flamante Estado,
también lo pergeñó con una concepción más comedida y discreta. Herčík, pues, diseñó y grabó el primer sello de
la República Checa en 1993,
lo que por otra parte y en cierta manera, era muy de justicia.
A la izquierda, un bello homenaje a Josef Liesler en su setenta
cumpleaños, "Res Publica Liesleriana", en esta viñeta grabada por Josef Herčík. En el centro, hojita especial de la República Checa de 1998 con la propuesta
original de Liesler (1992) para el primer sello del nuevo Estado, que fue
descartada. Y a la derecha, una gran litografía de Josef Liesler, "Šok v Louvru" (40 x 32 cm, "Choque en el Louvre"; información proporcionada por Florián desde la República Checa)
En todo caso, y de haber sido así esta curiosa
contingencia, pues reiteramos que no hemos podido contrastar los pormenores debidamente, casi pudiéramos decir que incluso en la filatelia de los artistas
por antonomasia, la belleza más inesperada y sugestiva cedió por una vez su fuero a la discreción más elegante…
Tres
confesiones de Josef Liesler, “Muerte de un poeta” (1976, óleo sobre panel; 21 x 17.5 cm), “Nacimiento inusual” (óleo sobre madera contrachapada, 55 x 45 cm) y
“Minotaurus” (pintura al óleo)
Insistamos en que Josef Liesler fue uno de los
dos vectores principales, junto a Jaroslav Lukavský,
que intensificaron el devenir estético de los sellos checoslovacos en una senda
de activa y asumida libertad artística, muy propiciada con anterioridad, bien
es cierto, por Bouda, Svolinský y muy especialmente por el fundador Max Švabinský, que
no hizo sino desarrollar y alentar el fin propuesto por Alfons Mucha, creador del primer sello del nuevo Estado
(Vista de Hradčany, 1918).
República Checa, 1998, Europa, festivales nacionales. Carnavales tradicionales checos. Diseño de Josef Liesler y grabado de Josef Herčík; impresión combinada en calcografía y offset. A la derecha, litografía de Josef Liesler que homenajea a uno de sus mitos, Albrecht Dürer
República Checa, 1998, Europa, festivales nacionales. Cabalgata primaveral de los Reyes. Diseño de Josef Liesler y grabado de Josef Herčík. Impresión combinada en calcografía y offset
Otras
llamaradas crepitantes de Josef Liesler
Y es conveniente lucir algunas emisiones checoslovacas más
imaginadas y diseñadas por Liesler, así como una bonita viñeta filatélica.
Checoslovaquia, 1968. Juegos Olímpicos de México 68. Sellos diseñados por Josef Liesler y grabados por Bedřich Housa (2) y Josef Herčík.
Impresión combinada en calcografía y huecograbado
En esta serie olímpica, la exhibición de
estilo de Liesler no puede ser más despampanante y frenética.
Checoslovaquia, 1968. Juegos Olímpicos de México 68. Sellos diseñados por Josef Liesler y grabados por Jindra Schmidt, Jan Mráček y Josef Herčík. Impresión combinada en calcografía y huecograbado
Fuera una serie cultural, de personalidades,
histórica o simplemente deportiva, Josef Liesler siempre estampaba su mundo
imaginario y su estilo sulfuroso.
Checoslovaquia, 1971, 25 aniversario de Unicef. Sellos diseñados por
Josef Liesler y grabados por Ladislav Jirka y Josef Herčík. Calcografía
Qué gran suerte tiene la filatelia
checoslovaca, si la mayoría de sus primeros artistas nacionales toman los
sellos como una parte más de su obra.
Checoslovaquia, 1971, 25 aniversario de Unicef. Sellos diseñados por
Josef Liesler y grabados por Jindra Schmidt y
Bedřich Housa. Calcografía
La obra artística toda de Josef Liesler no es
deslindable, sino que todos sus destellos, como pequeñas teselas de un fastuoso
mosaico, desde los sellos hasta las litografías y los óleos, son espejos
iridiscentes y concatenados.
Tres obras de Josef Liesler. “Dante”
(1954, témpera sobre cartón; 84
x 75 cm), “Chica con una mariposa” (1968, témpera sobre papel; 60.5 x 44 cm) y “Monumento
a Dalí en la orilla del mar” (1977, litografía 64 x 48 cm)
Checoslovaquia, 1974, Década hidrológica internacional (Unesco). Sellos diseñados por Josef Liesler y grabados por Josef
Herčík y Ladislav Jirka; impresión en calcografía. A la derecha, Cita indirecta y burlona de un viejo maestro, dibujo en acuarela y tinta de Liesler de 1997 (56 x 42 cm)
Los grabadores llamados sólo fijan reciamente
el esplendor colorido de Liesler, incontenible y vigoroso.
Checoslovaquia, 1974, Década hidrológica
internacional (Unesco). Sellos diseñados por Josef Liesler y grabados por Jan Mráček, Josef Herčík y Jindra Schmidt. Impresión en calcografía
Josef Liesler fue, ¡y es!, un artista muy
profuso dentro y fuera de la filatelia. Y en todas las superficies y temblores
ha dejado obras admirables.
Dos
grandes pinturas de Josef Liesler, “Los que lloran” (óleo sobre madera
contrachapada, 38 x 30 cm) y “Vendetta” (1975,
óleo sobre lienzo, 60.5 x 60.5 cm)
Nadie, ni aún siquiera los artistas más
personales de la filatelia checoslovaca como Svolinský, Baláž o Kulhánek, es más
distinguible en el espacio exiguo del sello que Josef Liesler. Como mucho y si
acaso, igual, pero nunca más. Liesler acomete y predomina.
Checoslovaquia, 1988, Praga ’88, Museo
Nacional de Literatura en Praga. Sellos grabados por Josef Herčík.
Calcografía y huecograbado
A la vista de la fusión perfecta de los
diseños con los grabados fieles de los artistas implicados y la impresión
artesanal inmaculada, cabe preguntarse si un autor como Liesler, en el perímetro específico del sello, es consecuencia
del fragor de la filatelia checoslovaca, o si bien y sencillamente es uno de
los creadores de este estrépito jovial y vistoso.
Checoslovaquia, 1988, Praga ’88, Museo
Nacional de Literatura en Praga. Sellos grabados por Josef Herčík.
Calcografía y huecograbado
En 2012, coincidiendo con el centenario de su
natalicio, otros dos autores principales de la filatelia checoslovaca y
universal, Oldřich Kulhánek y Miloš Ondráček, rindieron un bello homenaje al maestro del pasado, Josef
Liesler, un artista grande del sello hoy como ayer.
Sello con que la República Checa conmemoró en 2012 el centenario del nacimiento
de Josef Liesler, con un gran diseño de Oldřich Kulhánek y grabado por Miloš
Ondráček; impresión combinada en calcografía y huecograbado. A la derecha, un tributo más de Liesler a Dürer, Píšu Ti Dürerku psaníčko, litografía coloreada de 1981, con un tamaño de 44.5 x 34.5 cm
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