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jueves, 11 de julio de 2019

Artistas de la filatelia argentina moderna

Pequeñas franjas de luz

El perfume embriagador de la mañana parecía emanar justo de aquella sombra húmeda en la tierra, salpicada de alargadas franjas de luz semejantes a los dedos de una muchacha
Borís Pasternak, El doctor Zhivago, I, 8

No pareciera sino que, en cuanto a sellos grabados se refiere, la filatelia argentina moderna hubiera asumido la concisión embriagadora de la prosa del más grande de sus escritores, es decir, Borges, innecesario casi es nombrarlo.

Y esta circunspección en las emisiones calcográficas modernas de Argentina tiene un foco inicial muy concreto en el tiempo, el año 1948, y unos inductores no menos específicos, los grabadores y diseñadores italianos que entonces llegaron a Buenos Aires.
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Hojita calcográfica sin dentar de la emisión argentina de 
1950, en el centenario de la muerte del General San Martín
El destacamento italiano


Giorgio Nicastro, que enseguida adoptó el nombre de Jorge al obtener la nacionalidad (1971) y que falleció en Buenos Aires en febrero de 2016, envuelto en un prestigio inmenso en las áreas numimática y filatélica, entró como aprendiz en la Casa de Moneda argentina en 1950

Dos años antes, había desembarcado en esta Casa de grabado nacional, hasta entonces bajo influencia francesa y anglosajona, un grupo de artistas italianos dirigidos por Mario Baiardi y entre los que se encontraba Pietro Nicastro, padre de Jorge y hermano mayor del hoy ya mítico grabador Vittorio Nicastro. Además de Baiardi y Nicastro, venían con ellos otros artistas de gran talento como el grabador Volumnio Cerichelli o el dibujante y diseñador Renato Garrasi.

Algunos de ellos, como Baiardi o Cerichelli, regresaron a su país durante los años siguientes, en tanto que otros, como los Nicastro, Pietro y Jorge, permanecieron en Argentina el resto de su vida. A propósito de la modernización que implantaron y del talento que exhibieron en sus creaciones, hay una historia deliciosa acerca de un billete con el perfil de Eva Perón, acuarelado por Garrasi y que debía grabar Baiardi, pero que al final, por razones primero económicas y después políticas, no llegó a concretarse. También la numismática tiene maravillas truncadas que sobreviven, inertes en proyectos y bocetos, en la negra espalda del tiempo.

Y de esa negrura pesarosa, por cierto, fue recuperado ese proyecto de Garrasi hace muy pocos años para el billete reciente de Eva Perón, confeccionado finalmente por Sergio Pilosio.

Pero ceñidos al espectro filatélico, donde, bien que en menor medida que en el numismático, pero también de un modo apreciable, estos artistas italianos crearon una tradición de belleza autóctona y libre, sobre todo en los sellos argentinos que cayeron dentro de la impresión calcográfica. Cierto es que no son tantos como fueran deseables, pero sí los suficientes para inocular una admiración apasionada y sin reservas.

Y si hay una serie emblemática de esta aurora artística en la filatelia argentina moderna, y acotando este período entre el final de la II Guerra Mundial y el presente, esta es sin duda la emisión de 1950 dedicada al libertador José de San Martín. En ella participan como grabadores Mario Baiardi, Volumnio Cerichelli y Pietro Nicastro, este último con dos de los cuatro retratos calcográficos que, junto a otros tres sellos impresos en huecograbado, conforman esta serie imprescindible.


Argentina, 1950, Centenario de la muerte del General José de San Martín. Sello grabado por Pietro Nicastro; calcografía. En el centro y a la derecha, sello calcográfico (cifra en offset) de 1981 grabado por Juan Domingo Castillo y la emisión de 2000 que, impresa en offset, reproduce el retrato original de San Martín de autoría anónima


En el valor de 75 centavos, sobre estas líneas, la fuente es el retrato del General de autoría anónima de la que, asimismo, partiría Juan Domingo Castillo para el sello de 1981 expuesto junto al de Pietro Nicastro. De esta manera se ve un mismo retrato grabado en talla dulce partiendo de concepciones muy diferentes: disperso y puntuado el sello de 1981, lineal y apurado el sello de 1950. Y ambos incididos con una intensidad genial. A ambos sellos y con la sola intención de la curiosidad estética, se suma la emisión de 2000 impresa en offset con el mismo retrato del General. 


Argentina, 1950, Centenario de la muerte del General José de San Martín. Sello grabado por Pietro Nicastro; impresión en calcografía. A la derecha, sello calcográfico de 1978 (Argentina) grabado por Adelma Cabrera (2 valores emitidos)


El otro retrato de San Martín que graba Pietro Nicastro está impreso en el valor de 50 centavos. Y se inspira en la última imagen que hay del General (1848), un daguerrotipo que muestra a San Martín ya entrado en años, con un aire señorial de caballerosidad férrea y noble, y embargado de una aflicción melancólica y desconfiada. Esta fotografía, aparte de ser la fuente de todo tipo de obras precedentes y posteriores, ha sido grabada más de una vez tanto en el ámbito filatélico, donde hay otro sello magnífico de Adelma Cabrera de 1978 (a la derecha sobre este párrafo), como en el espacio numismático, en el que, sin ir más lejos, lo grabaría precisamente su hijo Jorge (Giorgio), primero en un billete argentino de 1964 de quinientos pesos, y posteriormente lo volvería a incidir para los billetes que circularon desde principios de la década de los setenta. Y también, por cierto, grabó Jorge Nicastro el retrato del sello mostrado primero (75 centavos) y grabado por su padre, cuarenta años después para un billete de principios de los años noventa.


Anverso del billete argentino de 500 pesos (1972-84) cuyo retrato de San Martín grabó Jorge Nicastro


En los otros dos sellos calcográficos de esta emisión capital de 1950, los grabadores encargados de explorar en el acero al gran General son Mario Baiardi, el jefe del destacamento italiano recién llegado, y Volumnio Cerichelli. El primero graba a San Martín a partir de una de las litografías realizadas por el artista belga Jean-Baptiste Madou (1796-1877), y datadas entre 1827 y 1829. De estas láminas, lógicamente, se han hecho muchas copias y versiones con posterioridad, con lo que resulta imposible precisar si Baiardi trabajó sobre la obra original o acaso con una interpretación posterior. 


Argentina, 1950, Centenario de la muerte del General José de San Martín. Sellos grabados por Volumnio Cerichelli y Mario Baiardi; impresión en calcografía. A la izquierda, la pintura de José Gil de Castro (1818) que inspira el diseño del retrato grabado por Cerichelli


Cerichelli, por su parte, incide uno de las imágenes más populares del General, y el primer retrato en el tiempo del que se tiene constancia segura, a punto de cumplir los 40 años: el óleo que en 1818 pintó José Gil de Castro. Este mismo retrato de Cerichelli sería usado en un sello calcográfico de 1955, diferente en faciales y marco.

Y los dos grabadores, Baiardi y Cerichelli, no parece sino que cumpliesen, como Pietro Nicastro, un propósito inflexible acordado antes de la ejecución artística de esta serie emitida por Argentina en 1950: el máximo rigor técnico dentro de una elevada concepción artística. ¡Qué maravilla también estos dos retratos! Ahondado y minucioso el San Martín de Cerichelli, pudoroso y estricto el General de Baiardi, que exhibe una técnica exquisita. ¡Perfectos!

El San Martín de Baiardi tuvo antes y tendría después otras interpelaciones filatélicas, siendo la más destacada esta de Adelma Cabrera de 1983, emitida también al año siguiente con otro valor facial.


Argentina, 1982, General José de San Martín. Sello grabado por Adelma Cabrera; impresión mixta en offset (sólo cifra) y calcografía. A la izquierda, imagen digitalizada de una copia de la litografía realizada en el siglo XIX por Jean-Baptiste Madou


Los tres sellos impresos en huecograbado que completan esta emisión histórica muestran una imagen romántica y ensoñadora de un San Martín viejo y solitario; la casa donde murió el libertador el 17 de agosto de 1850, en Boulogne-sur-Mer, Francia; y por último el mausoleo dedicado a su egregia figura, situado en la capilla de Nuestra Señora de La Paz, en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires.


      Argentina, 1950, Centenario de la muerte del General José de San Martín. Impresión en huecograbado

Mario Baiardi (1909-1972) y Pietro Nicastro (1907-1976)

Juan Domingo Castillo, que llegó a ser jefe de grabado de la Casa de Moneda argentina y que grabó algunos sellos a finales de los setenta y principios de los ochenta, dejó hace unos años un testimonio cordial y admirado de Mario Baiardi.

«Pietro Nicastro», significaba Castillo, «un grabador extremadamente exigente, sobrio y que no regalaba ningún elogio de compromiso, decía de su colega Baiardi que "¡es un fenómeno!". Hablaba con gran fascinación de él y me mostraba sus trabajos, pretendiendo inculcarme su técnica para ver si yo podría incorporar algo de eso. Baiardi , para lograr los mejores efectos usaba el buril más delgado de todos. Dejó una  impronta indeleble de escultor en su paso por Buenos Aires. En la avenida Costanera, frente al muelle del Club de Pescadores, hay una obra suya, que evoca a las víctimas de un accidente de aviación en misión oficial, ocurrido en Castilla en 1949. La maqueta original de esta obra aún se conserva en Casa de Moneda, donde fue realizada».

Baiardi volvió a Italia en 1952, después de rescindir en mayo su contrato con la Casa de Moneda, pero le dio tiempo a grabar algunas joyas más para la filatelia argentina, y no sólo el sello antevisto de San Martín. Así y muy principalmente, tres sellos excepcionales, entre los que está el retrato de perfil de Eva Perón, en uno de los dos sellos grabados de la emisión de 1952. El otro retrato grabado a buril e impreso en calcografía también en dos valores (5 y 20 pesos), fue obra de Pietro Nicastro.


Argentina, 1952, Eva Perón. Sellos grabados por Mario Baiardi y Pietro Nicastro, respectivamente, ambos impresos en calcografía, siendo el sello de la derecha, de autor desconocido, impreso mediante procedimiento litográfico. Varios valores emitidos de cada sello


Tres años antes, en 1949, Mario Baiardi grabó espléndidamente dos grandes diseños originales trazados por Renato Garrasi (Roma, 1898-1954). Incluso llegó a incidir después, en 1950 y para la serie del Plan quinquenal, un perfil de Juan Domingo Perón con el mismo diseño del sello de la Jura de la Constitución, dentro del óvalo de la alegoría de la libertad, sólo que al parecer el Presidente argentino no dio su beneplácito al retrato y el sello previsto no se emitió.


Argentina, 1949, Jura de la Constitución. Sello diseñado por Renato Garrasi y grabado por Mario Baiardi; calcografía. A la derecha, sello no emitido, diseñado por Renato Garrasi y grabado a buril por Mario Baiardi


Renato Garrasi, que estando en Buenos Aires cayó enfermo y viajó de inmediato a Roma en 1954, donde murió con sólo 56 años, recreó, para el bello perfil de la efigie alegórica de la Libertad y de la República, el busto que cinceló el escultor y grabador francés Eugène-André Oudinè en 1881 y que sería acuñado en muchas monedas argentinas posteriores. En el billete argentino de 50 centavos que entró en circulación en 1950Garrasi hizo uso en el diseño del anverso de este mismo perfil simbólico.


A la izquierda, billete argentino de finales de los años cuarenta, con el perfil simbólico de la República, obra de Renato Garrasi. Y a la derecha, comparación entre el perfil de la efigie republicana de Andre Oudinè y la diseñada por Garrasi en el sello argentino de 1949 que grabó Mario Baiardi


Aunque Jorge Nicastro grabó esta alegoría en 1958 como fondo de su primera estampilla, el sello grabado más sometido al diseño original de Oudinè fue sin duda el incidido por el artista suizo Wilhelm Gottfried Nüesch (1863-1926) en 1901 (Servicio Oficial), emitido en 6 valores distintos. Nüesch emigró a Argentina a finales del siglo XIX, concretamente en 1889, y llegó a grabar varios de los más artísticos sellos argentinos del período en la Compañía Sudamericana de Billetes de Banco (Buenos Aires). Jorge Nicastro, además, talló la efigie de Oudinè en la moneda de 50 pesos de 1985.


A la izquierda, uno de los 6 valores del sello argentino de 1901 (Servicio Oficial; impresión en calcografía) que grabó Wilhelm Gottfried Nüesch, y en el centro sobre estas palabras, primer sello argentino grabado por Jorge Nicastro (1958; 3 valores; diseño de Miguel José Bordino; impresión mixta en calcografía y huecograbado). A la derecha, moneda argentina de 1985 para la que Jorge Nicastro talló el perfil simbólico de Eugène-André Oudinè


Y he aquí un devaneo irresistible y vertiginoso sólo por enseñar uno de los más grandes sellos que grabó Wilhelm Gottfried Nüesch en Argentina, este de 1902 del Puerto de Rosario. Espléndido e inolvidable sello.


Argentina, 1902, Puerto de Rosario. Sello grabado por Wilhelm Gottfried Nüesch. Impresión en calcografía


No menos espectacular que el sello alegórico de la jura constitucional, es el que celebró ese mismo año de 1949 el 75 aniversario de la Unión Postal Universal (UPU), con otro diseño inspirado de Garrasi y un grabado concluyente de Baiardi.


Argentina, 1949, 75 aniversario de la Unión Postal Universal. Sello diseñado por Renato Garrasi y grabado por Mario Baiardi. Calcografía


Tras retornar a Italia y todavía antes de retirarse, Mario Baiardi pudo grabar los retratos de algunos de los billetes italianos más populares del período, entre ellos los de Miguel Ángel (10.000) y Leonardo da Vinci (50.000 liras), ambos diseñados por Florenzo Masino Bessi, así como participar con sus buriles en circulantes de otros países como Colombia o Israel.


Billetes italianos para los que Mario Baiardi grabó los retratos de Miguel Ángel y Leonardo da Vinci


En las décadas de los años treinta y cuarenta, además, Mario Baiardi ya había grabado viñetas y retratos para billetes italianos, sobresaliendo el perfil del rey Vittorio Emanuele III en el circulante de 10 liras puesto en circulación entre 1935 y 1944. 


A la izquierda, billete italiano de 10 liras perteneciente la serie puesta en circulación entre 1935 y 1944, y para el que Mario Baiardi grabó un perfil muy concentrado del rey Vittorio Emanuele III. Y a la derecha, billete italiano de los años sesenta (1964) con un gran retrato de Colón grabado por Baiardi, tras el diseño de Florenzo Masino Bessi


Como Endre Horváth o Hans Ranzoni, Mario Baiardi fue un grabador muy fino y quedo, de una sensibilidad tan penetrante en el fondo como paradójicamente tenue en las formas. Nació el 19 de agosto de 1909 en Valenza, en la provincia de Alessandria (Italia), y en su juventud estudió Bellas Artes, afianzando entonces sus dos grandes pasiones artísticas, la  escultura y el grabado. Falleció en Italia a los 63 años.


A la izquierda, retrato de Mario Baiardi realizado por el mexicano Jorge Peral, colega y admirador del maestro italiano. En el centro, prueba de estado del sello emitido por Portugal en 1954 (Cuarto Centenario de la fundación de São Paulo, 4 valores; impresión en calcografía por Joh. Enschedé), diseñado por Jaime Martins Barata (1899-1970) y grabado por Mario Baiardi. En 1961, y con diseño de Alvaro Duarte de Almeida (1909-1972), Baiardi también grabó el sello portugués que celebró el Centenario de la Facultad de Letras de la Universidad de Lisboa, impreso igualmente por Joh. Enschedé en calcografía. Y a la derecha, Laura, retrato de Baiardi firmado en 1954 y que muy probablemente sea Laura Cretara (Roma, 1939), alumna entonces del artista y que en 1961 entró en el Istituto Poligrafico e Zecca dello Stato, desarrollando una gran carrera como medallista y grabadora


Estos son algunos grabados extrafilatélicos de Mario Baiardi, y en los que este gran artista tan delicado impone su estilo terso y sutil.


Grabados a buril de Mario Baiardi. De izquierda a derecha, retratos de Franz Liszt (1950), Antonello de Mesina (1951) y Richard Wagner (1955)


Quien sí permaneció en Argentina fue Pietro Nicastro, y con su hijo entonces adolescente, Giorgio, que con el tiempo habría de relevar a su padre en la Casa de Moneda.

Jorge Nicastro (1935-2016)

Antes de ese relevo artístico y profesional, Jorge Nicastro, nacido el 27 de mayo de 1935 en Roma, debutó en la filatelia argentina en 1958, con el sello de Libertad y Democracia, y ya en la siguiente década dio comienzo su verdadero magisterio, asentado sólidamente en el retrato del General San Martín para el billete de 500 pesos de 1964, del que su padre Pietro grabó el reverso, y en dos sellos majestuosos, especialmente el del Abrazo de Maipú (1968), a partir de la pintura de Pedro Subercaseaux de 1908. 

Mientras estaba de aprendiz bajo la mirada atenta de su padre en la Casa de Moneda, a principios de los años cincuenta del siglo pasado, Jorge Nicastro estudió además Bellas Artes en las escuelas Manuel Belgrano y Prilidiano Pueyrredón.

El propio Jorge Nicastro se sentía especialmente contento y orgulloso de este sello del Abrazo de Maipú, que grabó en estado de gracia y que prefería incluso por encima de los varios retratos incididos para billetes.


Argentina, 1968, Abrazo de Maipú. Sello grabado por Jorge Nicastro tomando como base del diseño la pintura de Pedro Subercaseaux (1908), a la izquierda sobre estas líneas. Impresión en calcografía 


Robert Savage (1868-1943) grabó, desde la compañía neoyorquina American Bank Note, la obra de Subercaseaux para la emisión del centenario de la independencia de Chile (1910), pero sin duda el otro gran sello grabado de esta pintura fue el que incidió José Moreno Benavente (1905-1981) en la emisión del mismo país de 1945, con objeto de homenajear a Bernardo O’Higgins.


Chile, 1945, Centenario de Bernardo O’Higgins; Abrazo de Maipú. Sello grabado por José Moreno Benavente sobre la pintura de Pedro Subercaseaux (1908); impresión en calcografía. A la derecha, sello emitido por Chile en 1910, perteneciente a la gran serie del Centenario de la Independencia; Rovert Savage grabó la viñeta, encargándose George H. Seymour de incidir las letras y el marco; impresión en calcografía (imagen procedente del blog bigblue1840-1940.blogspot.com)


Imprescindible es, antes de continuar con la obra filatélica de Jorge Nicastro, añadir el anverso y el reverso de ese billete argentino de 1964 (500 pesos), por la curiosidad natural y elocuente de haber sido grabado por padre (reverso, casa Grand Bourg en Buenos Aires) e hijo (retrato de San Martín anciano).


Billete argentino de 1964 para el que Pietro Nicastro grabó la viñeta del reverso, a la izquierda, y su hijo Jorge Nicastro incidió el retrato de San Martín anciano del anverso


En 1966, Jorge Nicastro había grabado su primer retrato para un sello postal, concretamente del general Juan Gualberto Gregorio de Las Heras.


Argentina, 1966, Juan Gualberto Gregorio de Las Heras. Sello grabado por Jorge Nicastro; impresión en calcografía. A la derecha, el artista italoargentino Jorge Nicastro


Era sólo, este retrato de De Las Heras, un presagio elegante del retrato que grabaría más de una década después, en 1979, y que es sin duda uno de los grandes sellos del mundo, al igual que el antepuesto del Abrazo de Maipú. Qué perfil del Papa Juan Pablo I de Jorge Nicastro. Un grabado preciso y equilibrado, de una rotundidad artística muy voluptuosa y absorbente. Magistral Nicastro.


Argentina, 1979, Juan Pablo I. Sello grabado por Jorge Nicastro, que utilizó como base del diseño la fotografía adjunta; impresión en calcografía. A la derecha, uno de los 3 valores del primer sello grabado por Jorge Nicastro, tras el diseño de Miguel José Bordino y que fue emitido por Argentina en 1958 (Libertad y democracia); impresión mixta en calcografía y huecograbado


Entre la carestía calcográfica de la filatelia argentina y las responsabilidades crecientes en la Casa de MonedaJorge Nicastro grabó en realidad muy pocos sellos, pero todos sublimes.

 
Argentina, 1958 y 1979, Décimo aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y General Enrique Mosconi. Sellos grabado por Jorge Nicastro, el de la izquierda previo diseño de Héctor Viola. Impresión en calcografía y offset (1958), y sólo en calcografía (1979)

Adelma Cabrera (Buenos Aires, 1939)

María Adelma Cabrerade madre española de Badajoz y que nació el 14 de febrero de 1939 en Buenos Aires, es junto a Jorge Nicastro la más destacada grabadora del último medio siglo de la filatelia argentina, en la que debutó a mitad de los años sesenta

Muy joven y durante cuatro años y medio, entre 1951 y 1955, Adelma se formó en la ya entonces prestigiosa Escuela Técnica Raggio de la capital. Y apenas dos años después, en septiembre de 1957, la artista ingresó en la Casa de Moneda argentina, donde habría de permanecer hasta enero de 2000

Admiradora sin límites de Van Gogh, «porque yo soy muy figurativa», Adelma Cabrera tiene dos grandes pasiones, «las flores y el grabado».


Adelma Cabrera muy joven como alumna en la Escuela Técnica Raggio, la quinta en la primera fila inferior, a principios de los años cincuenta del siglo pasado. A la derecha, Adelma Cabrera en sus primeros tiempos en la Casa de Moneda argentina, junto a otros compañeros; el primero por la derecha es Jorge Nicastro, y su padre, Pietro Nicastro, está en el centro de la imagen, vestido con traje oscuro


A los pocos meses de su debut en la filatelia argentina, tras incidir la viñeta de un ciervo, Adelma Cabrera grabó un sello descomunal, de idéntico linaje artístico y diseño al posterior de Nicastro del Abrazo de Maipú. Es el sello de la Batalla de Chacabuco, que recrea asimismo una pintura de Pedro Subercaseaux de 1910. ¡Y qué sello de Cabrera! Qué grabado tan prodigioso, suntuoso y deslumbrante. 

En junio de 2019, el autor de este blog tuvo la ocasión de hacer unas preguntas a la artista, y Adelma Cabrera relató una anécdota jocosa de este grabado fastuoso de 1967. «Del sello de Chacabuco recuerdo como si fuera ayer una cosa muy curiosa, y es que ya había grabado el primer plano del terreno, cuando uno de los jefes del departamento gráfico me dijo que aquello debía de ser un campo de batalla y no un jardín, pero ya estaba grabado y así quedó…».


Argentina, 1967, Batalla de Chacabuco. Sello grabado por Adelma Cabrera. Impresión en calcografía


Sólo un año después, en 1968, Cabrera grabó un sello similar al del ciervo, en este caso una viñeta con una trucha, y en el que la artista, como siempre hizo, emboscó sus hoy muy conocidas iniciales, AC, sobre la parte inferior derecha, disimuladas entre el follaje.


Argentina, 1968, Pesca deportiva en los parques nacionales. Sello grabado por Adelma Cabrera a partir de un dibujo de H. Guimarans; impresión en calcografía. A la izquierda, imagen de la artista Adelma Cabrera


La verdad es que, luego de ver el sello de 1967, no sorprende cómo fueron los primeros retratos grabados por Adelma Cabrera en sellos postales. Sencillamente impresionantes, y no es exagerado, tal como en el sello de Jorge Nicastro del Papa (1979), proyectar la misma admiración sin reservas en estos de Cabrera, especialmente el retrato de 1972 del polifacético intelectual Bartolomé MitreAdelma Cabrera empleó dos meses en grabar este sello descollante.


Argentina, 1972, Bartolomé Mitre, que fue Presidente de la nación entre 1862 y 1868. Sello grabado por Adelma Cabrera a partir la fotografía añadida, y en el que las iniciales de la artista (AC) están escondidas en el cabello, a la derecha y cerca de la parte inferior de la oreja; impresión en calcografía


En cuanto al sello de Louis Braille (1975-76), no es menos exquisito y primoroso, y hasta impregnado de un lirismo afligido y hondo. 


Argentina, 1975, Louis Braille. Sello grabado por Adelma Cabrera, partiendo del retrato de Lucienne Filippi, a la izquierda. Impresión en calcografía


En estos años últimos de la década de los setenta, y en los primeros de los ochenta, hubo en la filatelia argentina un florecimiento otoñal de las emisiones calcográficas. Y Adelma Cabrera fue la artista más implicada en los sellos grabados a que dio lugar ese feliz y efímero renacimiento. Grabó Cabrera, junto a los sellos de San Martín de 1978 y 1982, tres retratos más de próceres suramericanos, los de Guillermo Brown (dos valores, 1983 y 1985), Simón Bolívar (1983) y Manuel Belgrano (1984).


Sellos argentinos para los que Adelma Cabrera grabó los retratos de Guillermo Brown (dos valores, 1983 y 1985), Simón Bolívar (1983) y Manuel Belgrano (1984). Impresión mixta en calcografía (retrato y letras) y offset (cifra)


Anterior y posterior a estos sellos de los libertadores, son los retratos de Pablo VI (1979) y Juan Pablo II (1987), ambos igualmente dos grabados excelsos de Adelma Cabrera, que al margen de su actividad filatélica, colaboró estrechamente con Jorge Nicastro en la confección de los billetes nacionales.


Argentina, 1979 y 1987, Papas Pablo VI y Juan Pablo II. Sellos grabados por Adelma Cabrera; impresión en calcografía. A la izquierda, postal que reproduce el perfil fotográfico que sirvió de base a Cabrera para grabar a buril el retrato del sello emitido en 1979

Sergio Pilosio

Sergio Gustavo Pilosio (Buenos Aires, 29-05-1960) es un grabador argentino que estaba llamado a tomar el relevo de los dos últimos grandes maestros de la Casa de Moneda, Jorge Nicastro y Adelma Cabrera. Se incorporó a la Casa impresora de Argentina a finales de los años setenta, tras pasar por la 
Escuela Técnica Raggio, y llegó a grabar un par de sellos, los de José Hernández (1984) y el Papa Juan Pablo II (1987), y hasta un gran retrato de Manuel Quintana para el billete de quinientos mil australes (1990). «El ambiente entonces en la Casa era inmejorable. Había ilusión y unos grandes maestros», contaba Pilosio hace unos años.


Argentina, 1984 y 1987, José Hernández y Juan Pablo II. Sellos grabados por Sergio Pilosio; impresión mixta en calcografía (retrato y letras) y offset (cifra). A la derecha, el artista grabador Sergio Pilosio


Pero a principios de la década de los noventa aceptó una oferta de Giori y desde entonces vive en Suiza, integrado después en el departamento gráfico de KBA-NotaSys. Allí vio llegar la innovación estruendosa y desconcertante del grabado digital y, como Peral o Hipschen, con quienes ha participado además en unos talleres de Urbino (Italia) que pretenden congraciar el arte tradicional del buril con las nuevas tecnologías y establecer una ética irrenunciable, no deja de mostrar ciertas reservas sobre el futuro del grabado manual. «El grabado es el arte de interpretar líneas, trazos y puntos», decía Sergio Pilosio hace muy pocos años en una entrevista. «Cuando grabo manualmente, sé instintivamente qué profundidad es necesaria en cada momento, me lo dice la mano, entre mi sensibilidad y el trazo no hay intermediario alguno, el buril soy yo. En el grabado digital, sin embargo, una máquina transforma el diseño en algoritmos, y por más que en realidad sigamos tomando decisiones artísticas, admito que cambiar de una técnica a otra para mí ha sido muy traumático…».


Ensayos de diseño de Renato Garrasi en 1952 para un billete proyectado de Eva Perón


Sergio Pilosio fue el encargado de grabar digitalmente el perfil de Eva Perón para el billete argentino de 2012, en un diseño que afianzó el artista suizo Roger Pfund. En la creación de este billete, se partió del diseño original de Renato Garrasi de 1952 que al final no cuajó en papel moneda en su momento. Baiardi iba a grabar este billete de Eva Perón, entre otros que tampoco incidió, aunque sí que llegó a grabar el retrato del General San Martín viejo y la viñeta del reverso de un billete de 10 pesos que finalmente no fue emitido.


A la izquierda, reverso del billete proyectado de 10 pesos (1950-1952) que finalmente no se concretó, aunque Baiardi grabó esta viñeta de atrás y el retrato del General San Martín en el anverso. A la derecha, anverso del billete argentino de Eva Perón (2012), confeccionado, sobre el proyecto original de Renato Garrasi en 1952, por el artista Roger Pfund y el grabador Sergio Pilosio


Sergio Pilosio, no obstante y haber participado en el grabado digital de muchos billetes para varios países del mundo, no deja de lado el grabado más personal y tradicional a buril.


Autorretrato de Rafael (1506) grabado a buril por Sergio Pilosio, junto a la pintura original del artista de Urbino. Este mismo retrato lo grabó Trento Cionini en su último billete italiano (1997). A la derecha, grabado de Salvador Dalí, obra de Sergio Pilosio

Borges y Cortázar

Los sellos que Argentina ha dedicado de momento a su primer escritor no son pocos, teniendo en cuenta la relativa cercanía de su muerte (1986), si bien ninguno ha sido calcográfico, algo por otra parte muy normal, dado que en los tiempos recientes apenas se hacen ya sellos grabados.

El sello impreso en offset de 1987 fue el primer homenaje filatélico nacional a Borges, sólo un año después de su fallecimiento en Ginebra. Argentina es un ejemplo a seguir, desde siempre, a la hora de resaltar al artista que concibe y ejecuta el sello. El dibujante de este primer sello de Borges fue Néstor Martín.


Argentina, 1987 y 2000, Jorge Luis Borges. Sello diseñado por Néstor Martín, y hojita diseñada por el estudio M80 Grupo de Diseño, sobre una ilustración de Hermenegildo Sabat. Impresión en offset

Desde entonces, ha tenido Borges varios sellos más: en 1997, con un sello de Julio Cortázar; dos años después (1999), la excelente hojita impresa en offset, confeccionada a partir de una obra de Hermenegildo Sabat; y uno de los últimos sellos, en una emisión conjunta de 2010 con Alemania, de diseño tan inesperado como quizá discreto.

El gato negro de Ana Gauna. Julio Cortázar... ¡y Poe!

No espero ni pido que alguien crea en el extraño aunque simple relato que me dispongo a escribir 

Edgar Allan Poe, El gato negro. Traducción de Julio Cortázar


La serie de 2014 dedicada a Julio Cortázar, conmemorativa del centenario del nacimiento de este escritor grande, consta de cuatro sellos, impresos en offset, y fue emitida por Argentina después de seleccionar los mejores dibujos en un concurso nacional.

A la vista de las obras escogidas, sólo queda rendir culto y admiración, tanto a los artistas vencedores, como a los jurados del Correo argentino que eligieron las cuatro obras filatelizadas. ¡Qué fabulosa serie!


Sellos de Cortázar emitidos por Argentina en 2014, diseñados por Anaga Gauna y José Rivadulla, e impresos en offset


Y con ser tarea ingrata y difícil destacar a alguno de los sellos por encima del resto, acaso los dos mejores sean el de José Rivadulla, como sobre todo y en primer lugar la intuición genial de Ana Gauna, que con sólo poner al gato negro las gafas y la mirada de Cortázar, da también a Edgar Allan Poe, autor de un cuento magistral así titulado (El gato negro, 1843), y a quien el escritor argentino admiraba más que a nadie y al que incluso tradujo por entero a la lengua española. ¡Insólito y extraordinario sello!


A la izquierda, el gran sello de Ana Gauna tal como fue emitido por Argentina en 2014, y al lado, el mismo sello sin la leyenda impertinente. A la derecha, la diseñadora gráfica Ana Gauna

No obstante, y por no relajar la exigencia crítica, es evidente que el pegote de concurso sobraba, tal y como se puede comprobar uniendo el sello emitido y el sello que sin duda hubiera sido preferible, con sólo sobreimpresionar discretamente el nombre del escritor por alguna esquina. Lo más oportuno era emitir estos cuatro sellos en hojita, y aquí sí, alrededor de los sellos, poner la leyenda aclaratoria. Intromisión facial desafortunada, pues, ajena por otra parte a la autora de la soberbia iluminación, Ana Gauna.


Argentina, 2014, Julio Cortázar. Sellos diseñados por Lucía Valentina Piuzzi y Gastón Martino. Impresión en offset


Los artistas autores de los otros dos sellos, igualmente magníficos y muy estimables, son Lucía Valentina Piuzzi y Gastón Martino.

Baudelaire por Gandon, en el sello
calcográfico emitido por Mónaco en 1971
Más gatos negros...

…gato seráfico,
extraño,
tan sutil y armonioso como un ángel… 

(Charles BaudelaireLas flores del mal)

...los gatos viven en la casa mejor que los hombres. Incluso en los espacios más horriblemente cuadrados, saben encontrar los rincones propios    (Georges Perec)


El maravilloso hallazgo artístico de Ana Gauna incita a indagar, ya extramuros de la filatelia argentina, otros gatos negros que, si no directa, sí cuando menos alusivamente, son de Poe.


A Poe lo introdujo en la gran literatura europea del siglo XIX Charles Baudelaire, al parecer después de leer un cuento traducido del escritor de Boston en una revista parisina, La Démocratie Pacifique. ¿Es necesario decir qué cuento fue? En efecto, El gato negro. A Poe, como Cortázar al español, también lo tradujo con idéntico fervor Baudelaire a la lengua francesa.

No cuesta nada de esfuerzo imaginar el deslumbramiento de Baudelaire, huésped habitual de los infiernos más creativos como Poe, cuando leyese por primera vez este cuento tan oscuro y bello. A esta hermandad temperamental y literaria, además, Baudelaire ataba una ya de por sí pasión enfermiza por los gatos en general, a los que dedicó varios poemas y a los que se sabe que adoraba y reverenciaba. 

Pierre Gandon diseñó y grabó un sello maravilloso de Charles Baudelaire, emitido por Mónaco en 1971, en el que se puede encontrar, allí en una esquina, una pareja de gatos, uno de ellos negro y esbelto... ¿Casualidad y sólo pensado por Gandon para ensalzar la sola y genial obra de Baudelaire, o acaso también un homenaje solapado y merecido a Allan Poe, cuyo primer exégeta de importancia en Europa fue el gran poeta francés? 

Edgar Allan Poe, su gato negro y este inesperado devenir filatélico a través de unos sellos enigmáticos y geniales, estos de Cortázar y Baudelaire, creaciones magistrales de Ana Gauna y Pierre Gandon. Simplemente filatelia...

Y aunque ya no está tan directamente relacionado con el gato negro de Poe, como los sellos de Baudelaire y de Cortázar, es muy notable el emitido en 2002 por Francia como tributo al escritor Georges Perec, amante también de este bello y misterioso animal. El diseño fue obra del artista Marc Taraskoff (1955-2015), a partir de una fotografía de Anne de Bruhnoff, y del grabado, peculiar y entreverado, se ocupó Pierre Albuisson.


Francia, 2002, Georges Perec. Sello diseñado por Marc Taraskoff, utilizando la fotografía de Anne de Bruhnoff de la izquierda, y grabado por Pierre Albuisson. Impresión en calcografía

Galería complementaria

Y tras esta digresión filatélica a cuenta del gato negro de Poe, Cortázar y Ana Gauna, es conveniente retornar al ámbito estrictamente argentino con el fin de sumar algunas imágenes más de sellos y billetes creados por varios de los artistas citados, así como de otros autores.

Amadeo Dell’Acqua (1905-1987) estuvo colaborando con el Correo argentino durante mucho tiempo, antes de crear en 1950 una bella hojita, impresa en huecograbado, que celebró la Exposición Filatélica Internacional que ese año tuvo lugar en Argentina (EFIRA). La hojita que es una variedad impresa en colores diferentes a la emisión oficial, que en tres sellos mostraba otros tantos momentos culminantes de la creación de una estampilla grabada: dibujo, grabado y prueba. Estos sellos se emitieron por separado, junto a dos más alusivos a la impresión y al uso en carta de un sello postal, y con un último sello que homenajeaba al General San Martín, impreso, como los otros cinco, en huecograbado.


Argentina, 1950 y 1954, Exposición Filatélica Internacional y Centenario de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Hojita y sellos diseñados por Amadeo Dell’Acqua; impresión en huecograbado. A la derecha, el artista Amadeo Dell’Acqua


Amadeo Dell’Acqua (1905-1987), muralista y artista gráfico de gran prestigio, diseñó y participó en varios sellos de Argentina desde los años treinta, siempre dejando constancia de una imaginación perspicaz y gentil. Para este sello de 1954 de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, impreso en huecograbado, Dell’Acqua hizo uso de una bella alegoría que unos años antes (1948) fue portada de la Revista de Correos y Telecomunicaciones, en la que el artista fue un ilustrador muy habitual.


Argentina, 1951 y 1954 (2), Derechos políticos de la mujer, Segundo aniversario de la muerte de Eva Perón y 50 Aniversario de la primera oficina de correos nacional en las Orcadas del Sur. Sellos diseñados por Amadeo Dell’Acqua. Impresión en huecograbado los sellos de 1951 y Eva Perón, y en calcografía el otro sello de 1954 tras el grabado a buril de Volumnio Cerichelli, a la derecha sobre estas palabras


Otro artista no reseñado en los párrafos precedentes, y que diseñó muchos sellos argentinos durante más de veinte años,  es Horacio Álvarez Boero, entre ellos uno muy conseguido, el  del cóndor de 1960, impreso a través de procedimiento litográfico y sobretasado a favor de causas sociales. Tras Dell’Acqua y junto a Eduardo Miliavaca y Héctor Viola, Álvarez Boero fue el diseñador más alabado de la segunda mitad del siglo XX en la filatelia argentina. Estdiante de Bellas Artes, Álvarez Boero fue trompetista de jazz en los años cuarenta y un gran apasionado del cine norteamericano. 


Argentina, 1960, Cóndor y 100 años de la muerte de Abraham Lincoln. Sello diseñado por Horacio Álvarez Boero; impresiones en offset y en huecograbado, respectivamente. A la derecha, uno de los sellos de escritores emitidos por Argentina en 1982, dedicado a Francisco Luis Bernardez, igualmente diseñado por Álvarez Boero; impresión en offset


Además de sellos de aves y en menor medida de otros motivos, Álvarez Boero diseñó varias series de escritores y de personalidades diversas, como actores, científicos o músicos, y valga como tal vez mejor ejemplo esta de 1982, impresa en offset y formada por 4 sellos dedicados a Francisco Luis Bernardez, Lucio V. Mansilla, Conrado Nale Roxlo y Victoria Ocampo.


Argentina, 1982, Escritores. Lucio V. Mansilla, Conrado Nale Roxlo y Victoria Ocampo. Sellos diseñados por Horacio Álvarez Boero. Impresión en offset


Hay unos sellos muy meritorios, emitidos por Argentina en 1959 y 1964, en los que, al menos en dos de ellos, no constan nombres ni señales algunas de los grabadores y diseñadores que pudieron participar en su confección. Sólo en uno de estos sellos, claramente el de mejor factura artística, aparece a la derecha la rúbrica de Włodzimierz Vacek, grabador del retrato de Pío XII (1959). Las letras que anteceden el apellido del grabador, D. L. R., son en realidad las iniciales de la Casa inglesa De La Rue, en la que trabajaba desde los años de la II Guerra Mundial el artista polaco Vacek.


Argentina, 1959 y 1964 (2), Pío XII, John F. Kennedy y Juan XXIII. Sellos calcográficos en los que no consta el nombre del grabador, excepto en el de Pío XII, que está rubricado por Włodzimierz Vacek; la letras que preceden al apellido de este artista, D. L. R., son las iniciales de la Casa inglesa De La Rue, para la que entonces trabajaba el artista polaco


Adelma Cabrera y Jorge Nicastro no sólo grabaron los mejores sellos argentinos del último medio siglo, sino que también incidieron casi todos los billetes argentinos del período. 


Anverso del billete de 5 pesos del General Belgrano puesto en circulación en 1971; grabado del retrato obra de Jorge Nicastro. A la derecha, billete de Uruguay (1974) cuyo retrato de José Gervasio Artigas Arnal  grabó igualmente Jorge Nicastro desde la Casa de Moneda argentina


Entre todos los billetes de uno y otra, Jorge y Adelma, están algunos de los más atractivos retratos y viñetas grabados nunca en los billetes nacionales.


A la izquierda, anverso del billete de 5 pesos de 1992 con el retrato de San Martín grabado por Jorge Nicastro. Y a la derecha, La creación de la bandera argentina, obra de Eugenio Álvarez Dumont grabada por Adelma Cabrera en el reverso de este billete argentino de 1985


Desde finales de los años sesenta y durante los lustros siguientes, Adelma Cabrera grabó varias de las más lucidas viñetas de los billetes argentinos de la época.


A la izquierda, reverso del billete argentino de 5 pesos de principios de los años setenta; Adelma Cabrera grabó la viñeta. Y a la derecha, El cabildo abierto del 22 de mayo de 1810, un óleo de Pedro Subercaseaux grabado por Cabrera para el reverso del billete argentino de 500 pesos


Apuntar, en todo caso y aunque no se inserten imágenes de sus obras, que en algunos billetes de principios de los años noventa participaron como grabadores dos de los más grandes artistas del buril entonces en activo, Czeslaw Slania y Trento Cionini.


Adelma Cabrera también grabó los retratos de Luis Sáenz Peña y Miguel S. Celman en estos billetes argentinos de los años ochenta del siglo pasado


En 1997, el Banco Central argentino lanzó dos monedas de 50 centavos y 1 peso que conmemoraban la ley que medio siglo antes reconoció en el país la igualdad de derechos políticos entre hombres y mujeres, alentada por Eva Perón. Jorge Nicastro había actualizado y retocado los cuños originales que en 1952 dejase casi acabados el gran maestro Mario Baiardi, y así constan los nombres de ambos artistas debajo del perfil esculpido de Eva Duarte de Perón (Baiardi y J. N.).


Moneda para la que Jorge Nicastro terminó el perfil de Eva Perón iniciado varias décadas antes por Mario Baiardi. A la derecha, fotografía en la que aparece, junto a colegas y amigos, Jorge Nicastro, el primero de pie a la izquierda, y sentada en la misma posición, Adelma Cabrera


Aparte de los ya admirados de Adelma Cabrera, Sergio Pilosio y Juan Domingo Castillo, cabe destacar dos sellos más de este último grabador, los de Guillermo Brown (1979) y Vicente López y Planes (1984), así como el retrato de Ángel Carranza (1984) incidido por Juan Carlos Moyano.


Argentina, 1979 y 1984 (2), Guillermo Brown, Vicente López y Planes y Ángel Carranza. Sellos grabados por Juan Domingo Castillo (2) y Juan Carlos Moyano. Impresión mixta en calcografía (retrato y letras) y offset (cifra)

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Artículo publicado por primera vez en este Blog el 3 de agosto de 2018 y actualizado y ampliado, con algunas modificaciones, el 7 de junio de 2019.

Nota. Algunos textos y comentarios de este artículo los escribí primero en el Foro Ágora de Filatelia (ramon1843, Los sellos más bonitos del mundo), y ahora están ensamblados aquí con algunas adiciones y rectificaciones.

Nueva actualización del 11 de julio de 2019. Devolvemos esta entrada al primer plano en vista de la nueva información aportada de la artista Adelma Cabrera, autora de algunos de los más bellos sellos jamás grabados.

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