Un buen sello grabado debe tener dos vidas: una que se ve a
simple vista y otra que sólo se ve debajo de la lupa
Sverre Morken
Después de cuarenta y cinco años grabando sellos, Sverre Morken anunció en agosto de 2018 que cerraba su trayectoria artística en la filatelia de Noruega. El artista puso fin a su carrera en el mundo del sello grabando una última emisión que celebraba las bodas de oro de los reyes noruegos.
Sin discusión alguna, Sverre Morken fue durante sus años postreros de actividad el mejor grabador del mundo, e incluso cabe enjuiciar los sellos concedidos por el maestro noruego en las últimas dos décadas, como quizá los más bellos sellos jamás grabados.
En el
avance de emisiones de cada temporada, el mismo Posten noruego, consciente de la relevancia artística segura,
recalcaba especialmente los sellos previstos que Sverre Morken grabaría. Cuando en septiembre de 2017 se anunciaron
los sellos del año siguiente, no se dio noticia de que fueran a ser los últimos
de Morken, por lo que se deduce que la decisión del grabador fue posterior, acaso al tiempo que terminaba de diseñar
y grabar la emisión citada de los reyes.
La emisión del verano de 2018 celebró casi tantos años de matrimonio real, como décadas ha estado Sverre Morken comprometido y afanado en la tarea modesta y devota de crear un sello memorable.
Y el gran artista noruego nunca cedió un ápice a la convención, y ni tan siquiera y en los últimos tiempos, al oficio. Muy al contrario, todos sus sellos, desde el primero hasta el último, son obras únicas y especiales, dilectas y muy consideradas.
La emisión del verano de 2018 celebró casi tantos años de matrimonio real, como décadas ha estado Sverre Morken comprometido y afanado en la tarea modesta y devota de crear un sello memorable.
Y el gran artista noruego nunca cedió un ápice a la convención, y ni tan siquiera y en los últimos tiempos, al oficio. Muy al contrario, todos sus sellos, desde el primero hasta el último, son obras únicas y especiales, dilectas y muy consideradas.
Imagen del último sello diseñado y grabado por Sverre Morken, en la emisión
del 29 de agosto de 2018 (Bodas de Oro de los reyes de Noruega, Harald V y Sonia, 1968-2018); impresión en calcografía y offset de Joh. Enschedé. Morken utilizó, como punto de partida para el diseño de la viñeta después grabada, la
fotografía de 1968 obra de Vidar Knai, a la izquierda. Este sello se emitió en el centro de una hojita austera y elegante
Sverre Morken dispensó en estos años pasados belleza
y verdad en todos sus sellos. Desligado nominalmente del Norges Bank
desde 2004, el grabador, no
obstante ocuparse asimismo de otras facetas de su obra artística, así como
moderada y llanamente de vivir, regaló cada seis meses unos sellos que son mucho más que unos simples sellos. Son, en realidad, ofrendas afables y
generosas, reveladoras de una plenitud sosegada y genial.
¿Pues qué otra
verdad cabe decir de este león de piedra, tan inexpugnable en su belleza yacente y
fiera? La justa perspectiva adoptada por Morken en el grabado del león acrecienta el relieve impetuoso y deslumbrante de las garras. Y ni una sola línea de la melena del león es igual a otra. Esto no es ninguna casualidad, sino que es un fin predeterminado. Si la naturaleza, creadora omnipotente, no repite nada, ¿por qué habría de hacerlo el artista?
Noruega, 2014; Bicentenario de la Constitución. Uno de los dos leones de granito que custodian el Parlamento de Noruega en Oslo (Stortingsbygningen), obra del escultor Christopher Borch (1866). Sello diseñado por
Enzo Finger y grabado por Sverre Morken, que además fija el escorzo exacto y preciso del león para conseguir el efecto buscado. Impresión mixta de Enschedé en
calcografía y offset
Y con
razón dijo Sverre Morken que de este retrato del
escritor Knut Hamsun (Noruega, 2009), es quizá del que más
podía enorgullecerse. ¡Sublime retrato! No hay adjetivos acordes a esta
maravilla de las maravillas. ¿Es este el mejor retrato jamás grabado para un
sello postal? Si no lo es, ciertamente lo parece.
Noruega, 2009; 150 aniversario del nacimiento del escritor Knut Hamsun.
Retrato grabado a buril por Sverre Morken; impresión mixta en calcografía y
offset. A la izquierda, fotografía de 1932 utilizada por Sverre Morken para diseñar y
grabar este sello impresionante
Sólo un año después del sello imponente del
león, Sverre Morken diseñó y grabó otra obra delicada y primorosa, con ocasión
de celebrar los 200 años de la Corte Suprema de Noruega. Sólo resta admirar sin
complejos ni remilgos a este artista impertérrito.
Noruega, 2015; Bicentenario de la la Corte Suprema (Høyesterett). Sello diseñado y
grabado por Sverre Morken; impresión combinada en calcografía y offset de Enschedé. A la izquierda, la
fotografía exacta (Estudio Sturlason) utilizada por Morken en el proceso de diseño de este gran sello
Cierto es, además, que los grabados de Sverre Morken últimos recibieron la
más sobria y esmerada confección de Enschedé, que empezó a imprimir los
sellos de Noruega en 2001.
Noruega, 2016; Tor Jonsson (1916-1951), escritor y periodista, y Johan
Sverdrup (1816-1892), político. Sellos diseñados y grabados por Sverre Morken. Impresión combinada en calcografía y offset por parte de Joh. Enschedé
Nunca nadie perfeccionó tanto su técnica y su estilo de grabado sobre el espacio de un
sello, ni siquiera Slania. El artista noruego literalmente
no dejó lugar para las objeciones. ¡Más que perfecto! Sverre Morken utilizó una
pintura de Knud Larsen Bergslien (1870) como fuente primigenia del grabado de Eliert Sundt, y siempre el
retratado emergía otro.
Noruega, 2017; Eilert
Sundt (1817-1875). Sello diseñado y grabado por Sverre Morken; impresión mixta en calcografía y
offset en Haarlem por Joh. Enschedé. Para el retrato del sociólogo Eilert Sundt, Sverre Morken eligió el
óleo de Knud Larsen Bergslien (1870), a la izquierda (fragmento)
En el otro sello de esta emisión de personalidades de 2017, la exigencia fue la misma,
y también los principios artísticos, expresados de inmediato con una técnica
depurada y fría.
Noruega, 2017; Marcus
Thrane (1817-1890). Sello diseñado y grabado por Sverre Morken; impresión mixta en calcografía y offset. A la izquierda, litografía de J. Wittmach utilizada por Sverre Morken para plantear el diseño general del sello, antes de grabar a buril el retrato de Thrane
Comparando
la fotografía exacta que utilizó Sverre Morken en el
proceso de diseño junto al sello finalmente emitido de Sønsteby (Nouega, 2018), se observa nítidamente cómo la
perfección formal de Morken cuajó en un intenso proceso
de idealización del personaje retratado. Morken no hace uso
de puntos ni de espacios vacíos, tampoco de arrebatos estridentes para
conseguir los efectos deseados en los rasgos faciales. Todos los efectos se
fían a la línea sencilla y sin embargo eficaz y escrutadora.
Sello diseñado y
grabado por Sverre Morken en 2018 dedicado a Gunnar Sønsteby (1918-2012), uno
de los miembros más destacados de la resistencia noruega durante la ocupación
nazi en los tiempos de la Segunda Guerra Mundial; impresión mixta en calcografía y
offset. A la izquierda, fotografía de mayo de 1945 usada por Morken
para el diseño del sello y posterior grabado a buril del retrato, que terminó en algo menos de un mes
En el espejo del
mar
«En estas
páginas hago una confesión completa, no de mis pecados, sino de mis emociones»
Joseph
Conrad,
prólogo a El espejo del mar, 1919
Hijo de un tallador de madera, Herman, Serre Morken nació el 19 de abril de 1945 en Folldal,
una pequeña localidad del noroeste de Noruega. Situado en el valle de Østerdalen, a más de setecientos metros sobre el nivel del mar y rodeado de grandes zonas montañosas, el pueblo de Folldal alcanzó prosperidad con la minería desde el siglo XVIII.
Con sólo 15 años, Sverre Morken se embarcó en el buque escuela
noruego Christian Radich y recorrió medio mundo en una aventura peligrosa y emocionante. Y muchos años después, precisamente,
grabó Morken un sello excepcional del Christian Radich que
Noruega emitió en 1981.
Noruega, 1981; Buque escuela Christian Radich
y marinos escalando en la arboladura
de un barco. Sellos diseñados y grabados por Sverre Morken; impresión en calcografía. Sverre Morken se inspiró en fotografías del Museo Marítimo Noruego (Norsk Sjøfartsmuséet) para el diseño de ambos sellos, y aunque llegó a considerar autorretratarse en el valor de 1.50, finalmente desechó la idea. Knut Løkke-Sørensen diseñó y grabó el otro sello calcográfico de la emisión
A su
vuelta a Noruega, el joven Morken valoró las diversas opciones
que se abrían en un horizonte confuso, y se decantó por ampliar sus inquietudes
artísticas, que entonces estaban acotadas en el área del dibujo y de la talla
en madera. Trabajó primero en algunas empresas de diseño, también como grabador
principiante en la artesanía del cristal, y acabó matriculándose en la Escuela
de Arte de Oslo, donde pudo graduarse con una desenvoltura muy
prometedora.
Helga-Karin Kraml (1946-2017), mujer de Sverre Morken |
Unos años después, en 1977, el grabador se habilitó un estudio en la cercana localidad de Nittedal, un lugar acogedor en el que pulió con tranquilidad sus aceros y donde se encontró muy cómodo, solo y feliz.
En el departamento gráfico del Norges Bank, coincidió en esos tiempos aurorales con los hasta entonces dos únicos grabadores de la filatelia nacional, el veterano Henry Welde y el díscolo y genial Knut Løkke-Sørensen. Con ambos, pero sobre todo con este último, Morken confeccionaría varias series de sellos en los años siguientes, así como también participó, ya en la década de los ochenta, en la creación de algunos billetes, y particularmente en los de 500 y 1000 coronas, que entraron en circulación a principios de los noventa y para los que grabó unos excelentes retratos de Edvard Grieg y Christian Magnus Falsen, respectivamente.
En 1997 y para un serial de la revista Norsk Filatelistisk Tidsskrift, Sverre Morken contó al detalle los secretos de sus primeros sellos emitidos por Noruega en 1973. «Esta fue mi primera asignación de sellos. Fueron los asesores artísticos del Posten noruego, Chrix Dahl y Ottar Helge Johannessen, quienes me recomendaron. Ambos habían sido mis maestros en la Escuela de Artes y Oficios de Oslo. Estaba muy feliz cuando recibí la asignación. El tema me fue propuesto, pero todo lo demás dependía de mí. En muchos archivos, busqué hermosos mapas antiguos grabados a mano y rápidamente decidí que era un motivo que quería poner en uno de los sellos. Por otro lado, también quería un técnico en plena faena, y fue en los archivos del Estudio Geográfico de Noruega donde encontré la foto de un topógrafo que estaba trabajando en Sørfold en 1907, al norte de Gukkesjavrre. Reconstruí la fotografía cuanto consideré necesario y di con un buen diseño. Ahora sólo faltaba, ¡y nada menos!, el grabado de los sellos. Al final quedé muy contento, pero fue una sorpresa algo desagradable cuando el Posten, justo después de que se emitió el sello, me dijo que la persona de la viñeta aún vivía. La regla en ese momento era que las personas vivas no debían representarse en sellos, y estaba bastante seguro de que una fotografía con un adulto en 1907 no representaba ningún problema en 1973. Pero me equivoqué, pues el coronel Otto Munthe-Kaas tenía 90 años y seguía muy bien de salud. El hombre estaba tan sorprendido como yo cuando se vio a sí mismo en el sello, y enseguida se prestó para una amplia entrevista sobre su vida. Y contó, entre otras cosas, que el mapa que había hecho en 1907 fue muy útil cuando muchos años después dirigió una campaña regular en el norte de Noruega durante la Segunda Guerra Mundial…».
Noruega, 1973; Bicentenario de la Sociedad Geográfica de Medición de Noruega. Antiguo mapa de las montañas del sur. Sello diseñado y grabado por Sverre Morken; impresión en calcografía. A la derecha, sello noruego de 1982 (Granja principal de Damsgård, en Bergen) grabado por Sverre Morken tras un dibujo de su colega y amigo Henry Welde; impresión en calcografía. «Por muy pequeño que fuera el espacio para grabar, y este lo era en extremo», dijo Morken de este sello de 1982, «había que ser muy preciso en toda la fachada del edifico, y es por eso que recuerdo haber pasado un día entero de tarea con los cristales de las ventanas»
La reconstrucción que recordaba Sverre Morken de la fotografía de Otto Munthe-Kaas fue mucho más que eso. La figura quedó a la izquierda y el paisaje se volcó sobre la derecha, en una especie de espejo inconcluso y paradójico y que bien puede leerse hoy como una invocación pudorosa y fortuita a Borges.
Noruega, 1973; Bicentenario de la Sociedad Geográfica de Medición de Noruega. Topógrafo en el norte de Noruega. Sello diseñado y grabado por Sverre Morken; impresión en calcografía. A la izquierda, la fotografía de 1907 utilizada por Morken en el diseño de este sello que después grabó con reciedumbre
Primera obra
maestra
A la izquierda y en el centro, Sverre Morken en dos fotografías de 1973, año en que grabó sus primeros sellos. Y a la derecha, los hijos de Morken a mitad de los años setenta, cuando los grabó en el sello emitido en 1975 de la emigración y para cuyo diseño se inspiró en la fotografía de John McCarthy
Esta fotografía de finales del siglo XIX, realizada por McCarthy en Dakota del Norte, se hizo famosa a principios de los años sesenta en Estados Unidos con ocasión de emitirse en 1962 un sello que celebraba los cien años de la Homestead Act, la Ley de Asentamientos Rurales promulgada en mayo de 1862 a instancias del presidente Lincoln. Buscando inspiración para la emisión, el diseñador de este sello norteamericano, Charles R. Chickering (1891-1970), había encontrado en un viejo libro de 1926 la fotografía coloreada unos años antes por Thelma Wick. Curiosamente, previendo que al menos alguno de los niños pudiera estar vivo, Chickering colocó una montaña de heno en su diseño definitivo para cumplir con la costumbre de no representar en un sello a persona viva alguna, sin contar con que el hombre de la fotografía, John Bakken, todavía vivía, y de hecho murió tres años después de la emisión. La viñeta de este sello norteamericano fue grabada por Matthew Daniel Fenton, encargándose de las letras Kenneth C. Wiram.
John y Marget Bakken con sus hijos Tilda y
Eddie, en Dakota del Norte; fotografía de John McCarthy tomada en 1898. A la derecha, el sello emitido por Estados Unidos en 1962, con ocasión de los 100 años de la Homestead Act. Este sello fue diseñado por Charles R. Chickering sobre la fotografía original de McCarthy, a la izquierda; grabado de la viñeta de Matthew Daniel Fenton; impresión en calcografía
Así que, trece años después, cuando Sverre Morken usó la misma
fotografía para diseñar uno de los dos sellos con los que Noruega
conmemoraba el siglo y medio transcurrido desde los primeros grandes flujos
migratorios de noruegos hacia América, la instantánea de John
McCarthy ya era de dominio público en el mundo entero.
Como Chickering, también Morken modifica la composición, si bien en este caso, libre de las formalidades del diseñador norteamericano, no sólo desplazó a los actores en función de las demandas faciales del sello, sino que incluso retrató a sus dos hijos haciendo unas leves variaciones en los rasgos de los niños (revista Norsk Filatelistisk Tidsskrift, 1997, Nr.3). Respecto al grabado posterior, sólo cabe constatar que es una primera obra maestra de Morken, que empezaba a afianzar su estilo colmado y frío.
Como Chickering, también Morken modifica la composición, si bien en este caso, libre de las formalidades del diseñador norteamericano, no sólo desplazó a los actores en función de las demandas faciales del sello, sino que incluso retrató a sus dos hijos haciendo unas leves variaciones en los rasgos de los niños (revista Norsk Filatelistisk Tidsskrift, 1997, Nr.3). Respecto al grabado posterior, sólo cabe constatar que es una primera obra maestra de Morken, que empezaba a afianzar su estilo colmado y frío.
A la izquierda, diseño original de Sverre Morken, inspirado en
la fotografía de John McCarthy; acuarela y lápiz sobre papel. Y a la derecha, el sello emitido por Noruega en 1975, tras el grabado a buril del propio Morken; impresión en calcografía
En el otro sello de la emisión de Noruega, Sverre
Morken dividió el diseño entre una imagen del pionero Cleng Peerson
(1782-1865), trazada a partir de un retrato de Herbjørn Gaustad, y una
carta de 1874 enviada desde América, cuyas primeras palabras son Querida
mamá…
Noruega, 1975; Retrato del pionero Cleng Peerson (1782-1865) y al lado una
carta enviada desde América en 1874. Sello diseñado y grabado por Sverre Morken, que para el retrato de Cleng Peerson hizo uso en el boceto inicial de un dibujo de Herbjørn Gaustad, mientras que para la carta se inspiró en una misiva típica de la época (1874) y en la que se hablaba sobre todo de salud y cultivos; impresión en calcografía. Imagen del diseño original de Morken, a la izquierda, procedente de la página digitalmuseum.no
Estilo decantado
Ese sello de Sverre Morken de 1975 inducido por la fotografía de John McCarthy, analizado ahora en
el conjunto de su obra filatélica terminada, no avanza ni promete,
sino que más bien sólo anuncia el desarrollo concienzudo de un estilo ya
depurado y preciso.
Noruega, 1978; Iglesias de madera de Heddal y Borgund. Sellos diseñados y grabados por Sverre Morken; impresión en calcografía. Para determinar qué iglesias seleccionar y grabar después, Sverre Morken rebuscó en el archivo fotográfico de la Riksantikvarens en Oslo (Junta del Patrimonio Nacional), eligiendo finalmente imágenes de la más grande (Heddal) y de la más popular (Borgund)
Así, y
en los años siguientes, Morken, bien en solitario, bien colaborando con
otros artistas, no hace sino recalcar y perfeccionar esa su conquista temprana.
Y curiosamente, durante esos primeros tiempos, Morken grabó muy pocos retratos,
que terminaron por ser la faceta que sin duda prefirió, lo que no obsta para
que su estilo gélido, y aun así afablemente introspectivo, imperase entonces
como en sus últimos grabados, más directos y cercanos.
En el
diseño del pequeño sello de la vieja Catedral de Hamar, Sverre Morken hizo innumerables
fotografías de las ruinas históricas y probó diversos enfoques, tratando de encontrar
el ángulo propicio que afirmara una majestuosidad menesterosa pero sempiterna.
Noruega,
1978, Instrumentos musicales. Violín noruego y cítara noruega. Sellos diseñados por Fredrik Matheson y
grabados por Sverre Morken. Impresión en calcografía. Estos dos sellos
formaron parte de una serie de cuatro, grabando Knut Løkke-Sørensen los otros dos
En
cuanto a personalidades, Morken sólo
grabó en sus primeros años, aparte del retrato de Fridtjof Nansen de 1982,
uno de Johan Falkberget en 1979, a partir de una pintura de Harald
Dal (1902-1972) y emitido junto a otro sello exquisito.
Retrato del novelista Johan Falkberget (1879-1967), obra de Harald Dal, y que
Morken grabó en el sello noruego de 1979. En el otro sello de la emisión, a la derecha, Sverre Morken
grabó la estatua An-Magritt og Hovistuten, escultura del artista Kristofer
Leirdal (1915-2010) situada en Trondheim e inspirada en la obra de ficción de
Falkberget. Impresión de ambos sellos en calcografía
Ascensión imparable
Durante la
década de los ochenta, Sverre Morken consolidó su prestigio en el Banco
Nacional, y en cuanto Løkke-Sørensen se desligó formalmente de la
entidad en 1985, fue ascendido a jefe del Departamento artístico. Enseguida llegaría Arild Yttri, joven y
talentoso, mientras Henry Welde ya hacía unos años que se había retirado. Morken,
pues, y aún a pesar de que Løkke-Sørensen prosiguió colaborando en el
grabado de sellos con el Correo noruego hasta mitad de los años noventa,
terminó de afianzar su supremacía artística en la filatelia nacional.
Noruega, 1977; Fortaleza de Akershus. Sello diseñado y grabado por Sverre Morken; impresión en calcografía. Para este sello de Akershus, Sverre Morken tomó él mismo varias fotografías entre las que después seleccionó algunas para confeccionar dos diseños, de los que enseguida grabó a buril el adoptado en un espacio muy reducido. Y a la derecha, un sello que Morken grabó ese mismo año de 1977, a partir de una obra (Árboles noruegos) del artista gráfico Ørnulf Ranheimsæter (1919-2007), amigo y viejo maestro; impresión en calcografía
Esos años ochenta fueron para Morken muy
suculentos en términos filatélicos. En estas emisiones de 1982 y 1984 diseñadas por Fredrik Matheson, Morken, siempre inexorable, responde con unos grabados muy enérgicos y al
mismo tiempo glaciales y rotundos.
Noruega, 1982 y 1984; Desembarco del Rey Haakon VII en el puerto de Oslo (1905), y Cien años de parlamentarismo noruego. Sellos diseñados por Fredrik Matheson y
grabados por Sverre Morken; impresión en calcografía. Sverre Morken, además, grabó parte del otro sello de la emisión de 1982 junto a Løkke-Sørensen, aunque sólo constara la firma de este último. Del sello de 1984, a la derecha sobre este pie de imágenes, Sverre Morken dijo
que «el
grabado original perdió algo de finura en la transferencia intermedia con la
moleta, pero a pesar de eso, es un buen sello. Hay muchos pequeños detalles en el
sello. Incluso Matheson me trajo una vieja xilografía de las sillas del pasillo
para que yo viera bien los detalles, y luego pude grabar perfectamente todos los
personajes de la viñeta, hasta un total de 20, cada uno con sus rasgos. Técnicamente, por lo demás, este sello lo grabé desde afuera hacia dentro, dejando las caras para el final» (revista Norsk Filatelistisk Tidsskrift, 1997, Nr.7)
El viejo y terco
maestro, Fredrik Matheson, dispuso en esos mismos años otros diseños verdaderamente
rigurosos y exigentes para Sverre Morken, que los abordó y endureció con
una solvencia magistral.
Fredrik Matheson, que nació el 26 de marzo de 1908 en Trondheim y falleció en Oslo a los
91 años, en 1999, fue un prestigioso artista gráfico noruego. Artesano, pintor, dibujante, ilustrador, diseñador y profesor, Matheson era un hombre
polifacético y severo, concupiscente en todas sus actividades y áspero en el
trato cercano.
En el sello de 1987 de las leyes de administración local, Morken recibió a última hora la ayuda salvadora de Løkke-Sørensen en la parte superior derecha del grabado, debido a problemas materiales que hubo en la calidad de la placa de acero y que llevaron al artista a repetir todo cuando ya estaba casi terminado (revista Norsk Filatelistisk Tidsskrift, 1998, Nr.1).
El sello de 1988, por cierto, formó parte de una serie de tres en la que debutó como grabador un jovencísimo Arild Yttri, encargándose Løkke-Sørensen de incidir el valor intermedio. Morken, de todas maneras, desveló dos lustros después que en esa emisión de 1988, los tres grabadores participaron en todos los sellos, y que cabalmente, nadie grabó por sí solo y por completo ninguno.
Noruega,
1981; Transporte de lago; barco Victoria. Sello diseñado por Fredrik Matheson y grabado
por Sverre Morken; impresión en calcografía. A la izquierda, el diseño original de Fredrik Matheson para este sello
A la
izquierda, Sverre Morken firmando autógrafos en sus primeros años como
grabador de sellos, y a la derecha, Fredrik Matheson, amigo y maestro
El sello de 1988, por cierto, formó parte de una serie de tres en la que debutó como grabador un jovencísimo Arild Yttri, encargándose Løkke-Sørensen de incidir el valor intermedio. Morken, de todas maneras, desveló dos lustros después que en esa emisión de 1988, los tres grabadores participaron en todos los sellos, y que cabalmente, nadie grabó por sí solo y por completo ninguno.
Noruega, 1987 y 1988; 150 aniversario de la aprobación de las leyes de
administración local y Centenario del Cuerpo Militar de Ingeniería (construcción de un puente de pontones). Diseños de
Fredrik Matheson y grabados de Sverre Morken. Impresión en calcografía
Muy pocos años antes, en 1984 y tras una iniciativa de la revista Villmarksliv, Sverre Morken creó tres sellos dedicados a la pesca de aficionados que hoy brillan
en su obra con luz propia, ímprobos y absorbentes. Morken hizo varias modificaciones en la fotografía intransigente de Thorbjørn Tufte, desde ampliar el mar en la parte inferior por la demanda protocolaria del facial hasta alterar la línea de montes en el horizonte, esto último seguramente una pequeña licencia autobiográfica, como en algún otro sello hiciera; así como vigorizar las aletas pectorales del bacalao o prescindir de la caña de pesca depositada en el interior de la barca.
Noruega, 1984; Pesca recreativa. Pesca del bacalao en Langfjorden (Alta); y pesca del salmón en Etneelva (Sunnhordl). Sellos diseñados y grabados por
Sverre Morken, utilizando en el proceso inicial de concepción fotografías de Thorbjørn Tufte (3.50), a la izquierda, y A. Adriansen (3.00). Impresión en calcografía
Bastante tiempo después, un apasionado de la naturaleza y entusiasta de los sellos, Birger Løvland, quiso saber quién era el pescador que aparecía en ese sello de 1984 y publicó un artículo en la revista noruega Snø & Ski, haciendo una llamada a sus lectores para ver si alguien aportaba algún dato. Así terminaba su artículo Løvland en febrero de 2000: «Estimados lectores, ¿de qué estanque se trata y quién es el pescador en el sello del que se imprimieron casi nueve millones de copias en 1984?». El fotógrafo no recordaba el lugar exacto donde tomó la fotografía, y al final todo se resolvió cuando apareció el protagonista. Era Eirik Stangeland, y aseguró que la fotografía debió de realizarse en 1971 ó 1972, pero no a finales de la década, que era cuando pensaba Dag Kjelsaas que la había tomado. Como curiosidad, cabe decir que Stangeland no fue consciente durante más de quince años de que estaba grabado de espaldas en un sello de correos.
Noruega, 1984; Pesca recreativa. Pesca en agua dulce en el lago de Trillingtjerna (Krokskogen). Sello diseñado y grabado por Sverre Morken, utilizando en el proceso inicial de concepción gráfica una fotografía de Dag Kjelsaas; impresión en calcografía. A la derecha y casi cuarenta años después, el protagonista del sello Eirik Stangeland y el fotógrafo Dag Kjelsaas en la posición en que tomó la instantánea a principios de los años setenta y que fue utilizada por Sverre Morken en su diseño y posterior grabado (imagen procedente de Kjentmannsmerket (Oslo). Håndbok 2010/2012)
De 1985 es otra emisión imprescindible de Morken,
la que celebró el centenario de los inicios de la electrificación ordenada
del país. Fueron dos los sellos excepcionales que Morken pensó y
grabó, de inmediato rubricados con unos grabados meticulosos e inapelables. «El tema me vino propuesto, pero fui libre para elegir los
motivos», pormenorizó Sverre Morken a la revista Norsk Filatelistisk Tidsskrift.
«En uno de los sellos», refirió Sverre Morken en 1997, «tuve pocas dudas en cuanto vi la fotografía de Bernt Lund con los obreros trabajando duramente en las tuberías de Glomfjord, allá por la década de los años veinte. Para el otro sello del cableado sobre las montañas, me inspiré en una fotografía de Zenith-Film tomada unos años antes, aunque varié el paisaje de fondo y metí una vista de Rondane».
Noruega, 1985; Centenario de la electrificación del país. Sello diseñado y grabado por Sverre Morken, utilizando como base una fotografía de Zenith-Film, a la izquierda; impresión en calcografía. A la derecha, Sverre Morken en una fotografía simpática de los años ochenta
La obra
filatélica de Sverre Morken no tiene desperdicio. Y es
realmente una tarea imposible seleccionar sólo lo más excelso, pues todo lo es.
Entre
estos sellos ya hay dos retratos muy destacables: el de Fridtjof Nansen y
el del compositor Edvard Grieg, a quien grabó después en el billete de 1991 y también dos años más tarde (1993) en un
gran sello que Morken siempre estimó entre los
favoritos de su producción filatélica.
Noruega, 1983; Edvard Grieg. Diseño y grabado de Sverre Morken, remodelando levemente una fotografía del músico realizada entre 1905 y 1907 en Berlín por el Estudio Emil Bieber, a la izquierda; sello impreso en calcografía. Por un accidente en el endurecimiento del acero con el grabado terminado, Morken tuvo que volver a grabar este sello de Grieg desde el principio, teniendo que dar por perdidas las cinco semanas empleadas
A Nansen, por otra parte, lo volvió a grabar Morken con sus manos grandes de leñador en la serie excepcional de los Premios Nobel de 2001. «Nunca hundí tanto los buriles sobre el acero como en ese retrato de Nansen de 1982», recordaría Sverre Morken posteriormente en una entrevista. Este sello de 1982 estaba previsto que lo grabara Løkke-Sørensen, pero al estar ocupado en otros trabajos, finalmente lo surcó Morken. «Sverre hizo un retrato grandioso de mi diseño», dijo después Løkke-Sørensen.
La relación de Sverre Morken con Løkke-Sørensen fue de una gran camaradería, y ambos se tuvieron un afecto sincero en los casi quince años que
coincidieron en el departamento de grabado del Banco Nacional. Incluso en su
mejor sello y como hiciera cuatro años antes con Henry Welde, Løkke-Sørensen
retrató a Morken en la parte inferior de la viñeta, como el primer
cantante del coro (Norsk Filatelistisk Tidsskrift, 1996, Nr.1). Este de 1982 fue un sello muy especial para Løkke-Sørensen,
que empleó tres meses en grabarlo y por el que recibió varias distinciones y todas
las alabanzas. Løkke-Sørensen llegó a admitir que «al principio Sverre y yo nos parecíamos mucho, hasta el punto de que muy pocos eran capaces de distinguir nuestros trazos, pero enseguida él se volvió muy bueno en el grabado, demasiado bueno para que yo pudiera ponerme a su lado».
En la rememoración que de algunos de sus sellos hiciera Morken en 1997 para la revista Norsk Filatelistisk Tidsskrift, de estos de 1986 comentó el
grabador que «como yo mismo en realidad siempre me he considerado también carpintero,
puse especial interés en la emisión, e incluso acudí a una carpintería donde
estuve hablando con los artesanos y tomando fotografías con vistas a preparar un buen diseño. Uno de estos artesanos había sido cantero y entonces me llevó a ver a un conocido de Gjelleråsen llamado Otto Roll Mollander, al que hice también unas fotografías que sirvieron para fijar el diseño del otro sello. En el momento en que se emitieron estos dos sellos, el
carpintero y el cantero eran dos de las pocas personas vivas que habían sido
retratadas en sellos noruegos, familia real aparte, y llegaron a ser objeto de alguna entrevista».
Noruega,
1982; Fridtjof Nansen. Sello diseñado por Knut Løkke-Sørensen, utilizando la
fotografía del explorador de 1923 expuesta a la izquierda sobre estas líneas, y grabado por Sverre
Morken; impresión en calcografía. A la derecha, dibujo específico de grabado realizado a tinta por Løkke-Sørensen, y que Morken siguió con apenas alguna muy pequeña modificación en el proceso de grabado posterior
A la izquierda, sello noruego que Knut Løkke-Sørensen diseñó y grabó en 1982, con ocasión de cumplirse el 25 aniversario del reinado de
Olaf V (Misa de Consagración de 1957 en la Catedral de Nidaros -Trondheim-). En el centro,
detalle ampliado del sucinto y afectuoso retrato de Sverre Morken grabado por Knut Løkke-Sørensen
en la parte inferior izquierda de este gran sello calcográfico. En el pequeño sello de la derecha emitido por Noruega en 1982, dedicado al Palacio de Oscarshall (fiordo de Frognerkilen) y diseñado por Henry Welde, Sverre Morken grabó prácticamente todo, excepto algunas pocas líneas generales de contorno que incidió Knut Løkke-Sørensen, cuya sola firma aparece en la parte inferior derecha; ambos artistas reconocieron después esta pequeña travesura
Noruega, 1986;
Centenario de la Federación Nacional de Artesanos. Cantero y carpintero. Sellos diseñados y grabados por Sverre Morken; impresión en calcografía. A la derecha, imagen del grabador Knut Løkke-Sørensen, gran amigo de Sverre Morken
Cuando
la emisión no era sólo calcográfica, la combinación en el proceso de impresión
final concuerda a la perfección con el diseño y grabado previos. El lustre
estético es sólo corteza y no esencia artística. «Quedé muy satisfecho con estos dos sellos de 1985», contaría Morken más tarde en un número de la revista Norsk Filatelistisk Tidsskrift, «y especialmente con el del sextante, pues tomé prestado uno en Stavanger, y lo tenía en mi escritorio mientras lo grababa».
Noruega, 1985; 200 aniversario de los servicios
hidrográficos nacionales. Diseño y grabado de Sverre Morken. Impresión mixta en offset y
calcografía
En 1988, e impresos en calcografía y offset,
Sverre Morken diseñó y grabó los
sellos que conmemoraban el cuarto centenario de la ascensión al trono de Christian
IV (1577-1648), un rey cuyo lema predilecto era que el temor de Dios fortalece los reinos. Para el otro sello, Morken, diseñador asimismo de la emisión,
sobrepone, a la sencilla viñeta que recrea el inicio de un pequeño decreto de Christian
IV, el reverso de una moneda de 1628 acuñada durante el reinado de este
soberano inclemente y ambicioso.
Noruega,
1988; Serie Europa. Barco de vapor Prinds Gustav y puente Herøy. Sellos
diseñados y grabados por Sverre Morken. Impresión combinada en calcografía y offset
Noruega, 1989; Bicentenario de los Puertos de Vardø y Hammerfest. Sellos diseñados y grabados por Sverre Morken; impresión mixta en calcografía y offset. A la derecha, un primer diseño descartado por Sverre Morken para el sello de Vardø (imagen de la revista Norsk Filatelistisk Tidsskrift)
En uno
de las emisiones de 1989, Sverre Morken
volvió a compartir autoría con Arild Yttri, que con el tiempo habría de grabar grandes sellos en la filatelia de
Noruega.
A la izquierda, uno
de los sellos de la emisión calcográfica de 1989 dedicada a dos edificaciones
emblemáticas de Noruega, ambas museos en la actualidad: las
casas señoriales de Larvik y de la baronía
Rosendal, en Kvinherad. Sverre Morken grabó este
sello de la baronía Rosendal, sobre un diseño de Fredrik Matheson, mientras un joven Arild Yttri incidió el
otro. A la derecha, Sverre Morken en 1988 grabando uno de los sellos de la Serie Europa (fotografía procedente de digitalmuseum.no)
Esplendor en la nieve
Aunque
con un garbo estético muy diferente a la serie de las edificaciones de unos
años antes, en la que participaron, además de Sverre Morken, Henry
Welde y Knut Løkke-Sørensen, entre 1988 y 1991 Noruega
emitió unos sellos tan pequeños y atractivos como aquéllos, sólo que más
coloridos y ahora dedicados a la fauna típica del país.
Noruega, 1988-89; Urogallo, reno y ardilla. Sellos diseñados y grabados por Sverre Morken; impresión mixta en calcografía y offset. Para el sello del reno, Sverre Morken usó en el proceso de diseño una fotografía de Olaf
Heitkøtter. Precediendo el sello de la ardilla, dibujo de Sverre Morken utilizado en el diseño que después grabó
Fueron en total 9 sellos, todos impresos en calcografía y
offset, y de los que Morken grabó seis, en tanto que Løkke-Sørensen incidió los tres restantes. «Cada sello para mí es un gran desafío», relató Sverre Morken
años después sobre uno de los grabados. «En el sello del castor, para cuyo diseño partí de
una fotografía de Sverre Martin Fjeldstad, no hay ni una sola línea del pelo que sea
igual a otra. Y recuerdo que grabé esa viñeta con un celo especial, buscando
todo tipo de información sobre este animal. Observé algunos ejemplares, vi
películas, hablé con el especialista Peter Valeur y hasta estudié a fondo la
dentadura del castor, a pesar de saber que no se vería ningún diente en el sello» (Norsk Filatelistisk
Tidsskrift, 1998, Nr.3).
Noruega, 1989-91; Armiño,
castor y lince. Sellos diseñados y grabados por Sverre Morken.
Impresión mixta en calcografía y offset
Los dos sellos de 1994, aun
siendo la impresión diferente, no dejan de tener cierta semejanza artística con
los anteriores de 1987, tanto en la elección de motivos como en la maestría de los grabados.
Noruega, 1994; Centenario del Norsk Folkemuseum, museo al aire
libre ubicado en Bygdo, Oslo. Casas de madera del Valle de Østerdalen. Sello diseñado
y grabado por Sverre Morken; impresión mixta en calcografía y offset. A la
derecha, Lars Olof Nathan Söderblom, arzobispo luterano sueco y premio Nobel de
la Paz en 1930, en el sello noruego de 1990, diseñado por Fredrik Matheson y grabado por Sverre Morken (sólo retrato de Söderblom y cifra); impresión combinada en calcografía (color azul oscuro) y offset (colores naranja y rojo)
Para el sello del objeto, Sverre Morken escogió como modelo un
trineo de madera tallado por Torsten Hoff, que relumbra vertiginoso en la viñeta.
Noruega, 1994; Centenario del Norsk
Folkemuseum, museo al aire libre ubicado en Bygdo, Oslo. Trineo de
madera tallado por Torsten
Hoff, a la izquierda sobre estas líneas. Sello diseñado y grabado por Sverre Morken. Impresión combinada en calcografía y offset
A menor espacio,
mayor libertad
En la década de los noventa, Sverre Morken no sólo prosiguió
fielmente su curso filatélico, sino que, además y como jefe del área
artística del Norges Bank, fue el encargado de dirigir la
producción de la nueva serie de billetes que progresivamente iría entrando en
circulación.
Anverso del billete noruego de 1995, retrato de Kirsten Flagstad (1895–1962),
obra de Sverre Morken, y en primera instancia, comparación entre la
fotografía que utilizó el artista para el diseño y el grabado impreso finalmente en el billete. Imagen del billete procedente de la página numista.com
Morken diseñó todos los anversos de estos billetes de la
7ª Edición y grabó los retratos de las personalidades elegidas, mientras que Arild Yttri diseñó
los reversos. Para el grabado de Sigrid Undset, Morken eligió un retrato de juventud de la escritora.
Anversos de los billetes noruegos cuyos
retratos de Edvard Munch y Sigrid
Undsev grabó a buril Sverre Morken. Imagen del billete de Munch procedente de la página numista.com
Sverre
Morken siempre añoró el mar, desde sus tiempos de juventud en el Christian Radich, y
cada vez que grababa sellos relacionados, la nostalgia afloraba. «En el sello del
barco de rescate», atestiguó el artista poco tiempo después de emitirse, «hice el
diseño sobre una buena fotografía y apenas despejé un poco la ola, para que se
vieran los nombres, y después me centré en las rayas del mar, que busqué impenetrable
y amenazador, sin repetir
ninguna línea ondulada».
A diferencia de otros grabadores, que suelen sentirse muy
presionados y responsabilizados cuando pasan de grabar sellos a grabar y
diseñar billetes, Sverre Morken confesó haber alternado una cosa y otra
sin estridencias. «He grabado y confeccionado los retratos de los billetes
noruegos durante los últimos veinte años y he de decir que no he tenido ningún
problema especial. Quedé especialmente satisfecho con el retrato de Kirsten
Flagstad, y no tanto quizá por mi trabajo, como porque la retratada parece
estar en estado de gracia, con sólo 19 años, tan bella… Un retrato de un billete
me toma tres meses, mientras un retrato para un sello suele estar entre cuatro
y cinco semanas. Esta es la diferencia técnica principal, el espacio
disponible. Pero curiosamente yo me siento más libre grabando un sello. ¡Un
milímetro cuadrado da para mucho! Tengo más libertad cuanto más pequeño es el
espacio… Mi distancia más habitual durante el grabado de un sello son veinte
aumentos, y aunque se puede ampliar o disminuir la cercanía, como media general
esta distancia es muy buena».
Noruega, 1991; Centenario de la organización noruega de rescate marítimo; velero Colin Archer. Sello diseñado y grabado por Sverre Morken, echando mano en la concepción preliminar de una fotografía de Anders Beer Wilse; impresión mixta en calcografía y offset. A la derecha, diseño descartado Sverre Morken para esta emisión de 1991
«No obstante», aclaró Morken respecto a la confección de un
sello, «esas cuatro o cinco semanas son el tiempo apropiado que yo necesito para
el grabado en sí del sello. Pero antes está el proceso de diseño y la
preparación técnica y psicológica para el grabado, y esta primera fase es tan
importante como el grabado mismo».
«Generalmente», admitió el
maestro, «la mayoría de las veces, y en lo que se refiere a los retratos, que
es lo que prefiero, enseguida damos con la imagen a grabar, sea porque ya me
llega impuesta o porque yo mismo la elijo enseguida. Ahora bien, para un
retrato a mí me gusta conocer a fondo a la personalidad que voy a grabar. Es
por esto que recabo todas las fotografías y la información que pueda del
personaje, aunque al mismo tiempo esté ya perfilando los diseños y bocetos de
trabajo. Si tengo cincuenta fotografías, mejor que diez. Para mí es
indispensable. Siento que así entro del todo en el retratado, y aunque luego a
la hora del grabado no haga un uso directo de este material, está ahí y eso me
da mucha seguridad…».
De este retrato de Grieg de 1993, Sverre Morken explicó a Per Ole Johansen (Norsk Filatelistisk Tidsskrift, 2011, No. 6) cómo afrontó el grabado del sello. «Era la tercera vez que tuve que grabar a Edvard Grieg.
Antes lo había hecho en el sello de 1983 y en el billete de 1991, y ahora me sentí conminado a encontrar otra forma de abordar el retrato. Elegí acercarme
mucho más a las facciones en comparación con el sello anterior, y tomé como base una foto que Otto Borgen realizó al compositor en su último año de vida (1907), aunque usé varias más e introduje ademanes míos con el fin de tener mi propio Grieg. También pensé en poner un piano al
lado, pero vi que era mejor dejarlo solo, con la firma en la esquina inferior
izquierda». Morken se afanó mucho en los ojos de Grieg, buscando pesar y dolor, tratando en realidad de intensificar la mirada de la gran fotografía de Borgen. Antes leyó incluso muchas páginas del gran estudio de Finn Benestad (El hombre y el artista), y mientras grababa el semblante de Grieg escuchó con delectación creciente su música. Al final el grabador quedó muy conforme con el retrato, pues consiguió aquello que más buscó: que la tristeza noble de la mirada abrumara el sello. Y el claroscuro gradual sajado por Morken en el sello es maravilloso, luminosidad vehemente y umbría fatal y arrebatadora, como la vida misma.
Noruega, 1993; 150 aniversario del natalicio de Edvard Grieg. Sello diseñado y grabado por Sverre Morken; impresión combinada en calcografía y offset. Para diseñar el retrato del compositor que luego grabó a buril, Sverre Morken hizo uso de intuiciones y esbozos personales, y también de varias fotografías, entre ellas y principalmente, de las que realizaron Otto Borgen en 1907, a la izquierda, y Carl Anderson sobre 1900
En referencia al otro sello de esta emisión de Edvard Grieg y debido a problemas sobrevenidos en el último momento, Sverre Morken tuvo que grabar por segunda vez la viñeta de la cascada, dedicando 18 horas al día por la falta acuciante de tiempo.
Noruega, 1993; 150 aniversario del nacimiento de Edvard Grieg. Sello diseñado y grabado por Sverre Morken; impresión combinada en calcografía y offset. Para realizar el diseño de este sello de la cascada, Morken utilizó una fotografía de Ragnar Frislid (1926-2009). A la izquierda, Sverre Morken con su microscopio binocular a principios de los años noventa
Sverre Morken ya había grabado anteriormente dos de los retratos
de la 6ª edición de billetes de Noruega, el antevisto de Edvard Grieg y este de Christian Magnus Falsen, ambos diseñados por Leif Anisdahl. Luego Morken ya dirigió y
diseñó todos los anversos de la 7ª edición de billetes noruegos, que entró en
circulación a partir de mitad de los noventa, e incluso participó, junto a Arild Yttri, en el diseño de la serie siguiente (2016-2017).
A la izquierda, billete de 1000
coronas noruegas, perteneciente a la 6ª edición con el retrato de Christian
Magnus Falsen grabado por Sverre Morken. En el centro, retrato del físico e inventor Kristian Olaf Bernhard Birkeland que Sverre Morken grabó en 1994, y que se utilizó en el billete de 200 coronas de la 7ª edición. Y a la derecha, Sverre Morken en una exposición de su obra en 1991 (fotografía de Ole Endresen)
Por otra parte y a principios de esos
años noventa, Sverre Morken ajustó un
soberbio retrato del vicealmirante Peter Jansen Wessel Tordenskiold.
Noruega, 1990;
Tercer centenario del natalicio del vicealmirante Peter Jansen Wessel
Tordenskiold (1690-1720). Retrato y escudo de armas. Sellos diseñados y grabados por Sverre
Morken, el del retrato fijándose en litografías realizadas de la pintura de Baltasar Denner (1719), a la izquierda; impresión combinada en calcografía y offset. Para el sello de mayor valor facial, Sverre Morken valoró grabar una escena de batalla naval, pero despejó sus dudas en cuanto vio el escudo de armas de Tordenskiold, que juzgó muy atinado para encajar en el formato vertical preconcebido
Noruega, 1995; 50 aniversario de Naciones Unidas. Trygve Lie, diplomático noruego que fue el primer Secretario General de Naciones Unidas. Sello diseñado y grabado por Sverre Morken, que utilizó en la concepción la fotografía de la izquierda. Impresión mixta en calcografía y offset
El
segundo sello recrea a una mujer bebiendo agua, y en el diseño Morken se inspiró en una fotografía a la que añadió rasgos y vestimenta de su propia esposa, que lleva un chal de Nepal regalado por la hija (Norsk Filatelistisk Tidsskrift, 1999, Nr.2).
Sea por el compromiso de exclusividad con el Norges Bank y con el Posten, o quizá por no haber sido tentado en más ocasiones, lo cierto es que Sverre Morken grabó muy pocos sellos fuera de las emisiones nacionales. Y de hecho sólo son tres los sellos que Morken grabó para otras administraciones postales.
Ese mismo año y con objeto de fijar los diseños de los sellos de
Egersund, el artista se desplazó a esta localidad noruega para no dejar nada al
azar, tomando numerosas fotografías durante su estancia. Sverre Morken nunca economizó trámites y previsiones.
En el otro sello de esta emisión de Egersund, en principio la
viñeta de la loza iba a tener mayor profusión de detalles, pero poco a poco Morken
la fue atusando hasta dar con la limpidez justa.
Para esta emisión calcográfica de 1999, que celebró el centenario del Teatro Nacional, sobre el sello de menor valor facial los actores Wenche Foss y Per Theodor Haugen interpretaban a dos de los personajes de Un marido ideal, de Oscar Wilde.
Sverre Morken se implicó como nunca hasta entonces grabando el retrato del compositor Sæverud. «Pasé cinco semanas en las que no pensaba en otra cosa, dedicando todo el tiempo que podía al grabado y escuchando la música de Sæverud», dijo Morken a un periódico de la zona. «Acabé con su música en la cabeza cuando me acostaba, obsesionado por completo con el sello. Pero todo fue muy emocionante y grato».
Noruega, 1995; 50
aniversario de Naciones Unidas. Mujer bebiendo agua. Sello diseñado y grabado por Sverre Morken; impresión combinada en calcografía
y offset. A la derecha, Sverre Morken con su mujer Helga-Karin en una fotografía de 2004 tomada en Atndalen, donde compró una granja muchos años antes, muy cerca de donde transcurrió su infancia
«Sólo hay una cosa que me gusta tanto como grabar un
sello», dijo Sverre Morken. «Y es tallar un trozo de
madera. Quizá sea algo ancestral, quién sabe. Pero me tranquiliza mucho agarrar
un pedazo de madera, y ver qué tiene…».
Islas Feroe y
Naciones Unidas
Sea por el compromiso de exclusividad con el Norges Bank y con el Posten, o quizá por no haber sido tentado en más ocasiones, lo cierto es que Sverre Morken grabó muy pocos sellos fuera de las emisiones nacionales. Y de hecho sólo son tres los sellos que Morken grabó para otras administraciones postales.
Dos de esos sellos, eso sí, son tal vez los más bonitos caballos
filatélicos jamás grabados para una emisión postal. Los grabó Morken
en 1993 para una emisión de las Islas Feroe, teniendo a la vista unas
fotografías de Ragnar Axelsson.
El otro sello fue grabado por Sverre Morken un año
después, en 1994, para una emisión de Naciones Unidas (Oficina de
Nueva York). Morken incidió el diseño escueto y elegante de Robert
Stein desde una bella obra simbólica, muy sugestiva y atractiva, de Vanessa
Isitt, Mourning Owl (1985).
Islas Feroe, 1993; Caballos feroeses, grabados por Sverre Morken sobre diseños inspirados en fotografías
de Ragnar Axelsson; y Naciones Unidas, 1994, grabado del artista noruego de una
obra de Vanessa Isitt, Mourning Owl (1985). Impresión de los tres sellos en calcografía
Los dos sellos más tardíos de Fredrik Matheson que Sverre
Morken labró a buril, fueron estos dos emitidos en 1991, y en los que el amigo
admirado, ya con más de 80 años, aún sorprendió al grabador con unos diseños
primaverales.
Noruega, 1991, 350 Aniversario de la ciudad de Kristiansand. Sellos
diseñados por Fredrik
Matheson y grabados por Sverre Morken. Impresión mixta en
calcografía y offset
Intratable Morken
Con esta serie de dos sellos de 1995, Noruega conmemoró
el cuarto centenario de las primeras farmacias y boticas nacionales. Fue
en 1595, cuando Nicolaus de Freundt obtuvo el
privilegio para abrir una botica en Bergen, cuya fachada reproduce
uno de los sellos (Svane Apotheket, Botica del Cisne).
Son dos sellos extraordinarios, con unos grabados, como todos los de este artista, implacables y rotundos, de una belleza fría y diáfana. De estos sellos, Sverre Morken dijo que «la puerta de la farmacia es la más antigua que existe en Noruega, pero por sí sola no era un buen motivo. Fotografié varias horas en Bergen la vieja farmacia, me paré en la escalera exterior y me concentré en el portal de la entrada. Los primeros bocetos y borradores de acuarela tenían todo el portal, pero no funcionó lo bastante bien, y no se veía con claridad que fuera la entrada a una farmacia. La elección de centrar la atención en el cisne de la parte superior del portal, me acabó pareciendo mucho mejor, con un mayor poder simbólico, y se convirtió en el diseño final de uno de los sellos. Para el segundo sello, decidí poner frascos, cajones y utensilios, y estuve mucho tiempo dentro de la farmacia tomando todo tipo de fotos y preguntando miles de cosas. Después, además, me ayudó mucho Yngve Thorud, un farmacéutico de Oslo, y gracias a él resolví las últimas dudas y pude elegir bien qué remedios poner en el diseño. ¡Y finalmente el mortero y sobre todo el viejo peso! Yo mismo tengo algunos pesos antiguos por puro placer, y diseñar y grabar este de la farmacia me entusiasmó» (Norsk Filatelistisk Tidsskrift, 1999, Nr.2).
Son dos sellos extraordinarios, con unos grabados, como todos los de este artista, implacables y rotundos, de una belleza fría y diáfana. De estos sellos, Sverre Morken dijo que «la puerta de la farmacia es la más antigua que existe en Noruega, pero por sí sola no era un buen motivo. Fotografié varias horas en Bergen la vieja farmacia, me paré en la escalera exterior y me concentré en el portal de la entrada. Los primeros bocetos y borradores de acuarela tenían todo el portal, pero no funcionó lo bastante bien, y no se veía con claridad que fuera la entrada a una farmacia. La elección de centrar la atención en el cisne de la parte superior del portal, me acabó pareciendo mucho mejor, con un mayor poder simbólico, y se convirtió en el diseño final de uno de los sellos. Para el segundo sello, decidí poner frascos, cajones y utensilios, y estuve mucho tiempo dentro de la farmacia tomando todo tipo de fotos y preguntando miles de cosas. Después, además, me ayudó mucho Yngve Thorud, un farmacéutico de Oslo, y gracias a él resolví las últimas dudas y pude elegir bien qué remedios poner en el diseño. ¡Y finalmente el mortero y sobre todo el viejo peso! Yo mismo tengo algunos pesos antiguos por puro placer, y diseñar y grabar este de la farmacia me entusiasmó» (Norsk Filatelistisk Tidsskrift, 1999, Nr.2).
Noruega, 1995; 400 años de las primeras farmacias y boticas nacionales. Sellos diseñados y grabados por Sverre Morken; impresión combinada en calcografía y offset. A la derecha, diseño alternativo de Sverre Morken para uno de los sellos de esta emisión, finalmente descartado (imagen procedente de la revista Norsk Filatelistisk Tidsskrift)
Como
todos los grabadores, Sverre Morken fue un dibujante y un diseñador de
excepción. Entre 1995 y 1997, Noruega emitió tres bloques
de ocho sellos diferentes para conmemorar el 350 aniversario del correo
(1647-1997). Enzo Finger se ocupó del diseño de los sellos de 1997,
mientras que Knut Løkke-Sørensen diseñó y dibujó los primeros de dos
años antes.
Noruega, 1996; 350 aniversario del correo en Noruega. Medios de transporte y comunicación. Diseño y dibujos de Sverre Morken; impresión en offset. Para el sello del cartero en la nieve, Sverre Morken tomó como modelo en la acuarela realizada a su propio yerno, y para el de la bicicleta, a sí mismo y a un cartero amigo de Åneby, Roar Ramstad
Sverre Morken, por su parte, concibió y
dibujó los ocho sellos que forman la emisión de 1996, impresos en offset
y dedicados a los distintos medios de transporte y distribución del correo en
los tiempos modernos, así como a situaciones habituales y ordinarias
relacionadas con el mismo. Es una
serie colorida y realmente bonita, diseñada y expresada con sencillez y
elegancia por Sverre Morken, maestro también sin los buriles.
Noruega, 1996; 350 aniversario del correo
en Noruega. Medios de transporte y comunicación. Diseño y dibujos de Sverre
Morken. Impresión en offset
Claro es
que, a la vista del diseño sencillo y comedido de la serie, así como
teniendo en cuenta los dibujos atractivos y gráciles, cabría hacer la
suposición feliz de qué grabados hubiera ejecutado Sverre Morken a
partir de lo que ahora serían sus propios bocetos iniciales. ¡Qué serie
suprema sería entonces, de haber excavado Morken con los buriles estos sus dibujos!
Noruega, 1996; 350 aniversario del correo
en Noruega. Medios de transporte y comunicación. Diseño y dibujos de Sverre
Morken. Impresión en offset. A la derecha, uno de los bocetos de diseño de Morken descartados para esta emisión (revista Norsk
Filatelistisk Tidsskrift)
Pero así y todo, es satisfactorio poder apreciar a Sverre Morken en otra dimensión artística del sello postal, el sello creado e impreso a partir de unos dibujos muy cuidados y artísticos. Y
también aquí este artista estoico y sereno sentó cátedra.
Noruega, 1996; 350 aniversario del correo en Noruega. Medios de transporte y comunicación. Diseño y dibujos de Sverre Morken; impresión en offset. Las dos mujeres del sello de la izquierda, para una de las cuales Morken tomó como modelo a su propia esposa (a la derecha), hablan de otra de las hojitas de esta emisión conmemorativa, concretamente de la diseñada por Løkke-Sørensen (Norsk Filatelistisk Tidsskrift, 1992, Nr.2)
Sverre Morken no sólo es uno de los mejores grabadores de sellos que ha habido jamás, sino que como diseñador fue igualmente un maestro. Y el artista tenía en tanta estima los sellos que diseñaba y
grababa, como los que sólo diseñaba, generalmente a través de unas acuarelas
muy bien aprestadas.
Una de las últimas emisiones sin buriles de Morken, fue la hojita mitológica de 2008, impresa en
offset por Joh. Enschedé y que
está dedicada a Harald I (Harald Hårfagre), el de la cabellera hermosa, rey de Noruega de 872 a 933. Según cuenta la leyenda, Gyda rechazó
al rey por su falta de poder, y Harald entonces juró no cortarse la
cabellera hasta que reunificara Noruega y de paso consiguiera la anuencia de la
bella dama, promesas que cumplió diez años después.
Noruega, 1993; Día del Sello. Tallas de madera. Hojita
y sellos diseñados por Sverre Morken; impresión en offset. A la izquierda, la
acuarela original de Morken que se convirtió en el diseño casi adoptado,
variando básicamente el sello de la parte inferior derecha
Noruega, 2008; Harald I (Harald Hårfagre), rey de Noruega de 872 a 933. Hojita diseñada por Sverre Morken; impresión en offset. A la derecha, hojita artesanal emitida en 1992 por Noruega con ocasión del Día del Sello, dibujada y diseñada por Sverre Morken; igualmente, impresión en offset. A Sverre Morken le hizo mucha ilusión diseñar esta hojita de 1992, pues él mismo fue en su juventud un artesano del vidrio
El infinito mide entre 0,005 y 0,080 milímetros
En una entrevista
de 2005, el grabador aclaró con precisión el área de trabajo
habitual con sus buriles: entre 0,005 y 0,080 milímetros. En ese espacio ínfimo confidenció este artista sin pausa que es Sverre Morken.
A la izquierda, Sverre Morken en una fotografía de 1991 con Arild Yttri, entonces su alumno y después maestro en el arte de crear un sello. En el centro, Sverre Morken en 1993 terminando la acuarela que fue el proyecto general de uno de los sellos de Edvard Grieg de ese año, primer paso del sello por venir; una vez aprobado, enseguida llegarían el dibujo específico de grabado y el grabado efectivo a buril. Y a la derecha, página de un periódico noruego de 1995 que dedicó un reportaje especial a Morken con ocasión de cumplir 50 años, haciendo un montaje cariñoso con su imagen en forma de sello
Para el sello de la vista general del Palacio Real de 1998, Sverre Morken recordó que «me levanté una mañana de sábado muy temprano y llevé mi propia escalera, pues desde el lugar donde había pensado tomar las fotografías, los ventanales del sótano no se veían. Y fue curioso, porque al subirme a la escalera, vi entonces que lo que parecía un estorbo, el follaje que casi me hace dar un buen porrazo, resultó ser la solución providencial para encuadrar bien el Palacio y conseguir una simetría pulcra. Busqué el sitio adecuado para liberar la estatua, y ya tenía lo que quería» (Norsk Filatelistisk Tidsskrift).
Noruega, 1998; 150 aniversario del Palacio Real de Oslo. Sello diseñado y grabado por Sverre Morken; impresión combinada en calcografía y offset. A la derecha, fotografía turística del Palacio Real de Oslo en un ángulo similar al elegido por Sverre Morken para el diseño y grabado del sello. En 2013, Morken grabó en un sello noruego el monumento del rey Karl Johan a caballo, a la derecha en este sello de la vista general del Palacio
Y acerca del sello con el guardia, identificado después como Alf Louis Solvang, Morken reveló que «tuve que convencer a varios guardias de que se pusieran el uniforme de verano, y aunque estábamos en febrero y hacía un frío terrible, los pobres muchachos accedieron a mi petición y allí los tuve tiritando hasta que encontré el ángulo justo que buscaba. Recuerdo estar empeñado en que el arma tenía que verse muy bien, y también los farolillos».
Noruega, 1998; 150 aniversario del Palacio Real de Oslo. Sello diseñado y grabado por Sverre Morken; impresión combinada en calcografía y offset. A la izquierda, fotografía tomada por Sverre Morken en el invierno de 1998 y que utilizó como punto de partida para el diseño del sello que enseguida grabó. Imagen proporcionada amablemente por el guardia real fotografiado, Alf Louis Solvang
Noruega, 1998; 200 Aniversario de la ciudad de Egersund. Sello
diseñado y grabado por Sverre Morken; impresión mixta en calcografía y offset.
A la izquierda, el diseño original y adoptado de Morken para este sello, previo al grabado efectivo a buril (imagen de la revista Norsk Filatelistisk Tidsskrift)
Noruega, 1998; 200 Aniversario
de la ciudad de Egersund. Sello diseñado y grabado por Sverre Morken; impresión combinada en calcografía y offset. En el centro, la
versión de Sverre Morken del Posthorn, el sello básico con más años de
vigencia en el mundo, redibujado por el artista y emitido a partir de 1997 en
diversos valores impresos en offset. A la derecha, Sverre Morken fotografiado por Birger Morken
Noruega, 1999; Centenario del Teatro Nacional. Wenche Foss y Per Theodor Haugen interpretando
en 1996 a dos de los personajes de Un marido
ideal, de Oscar Wilde. Sello diseñado y grabado por Sverre Morken, utilizando en el diseño la fotografía adjunta. Impresión en calcografía
En el
sello de valor facial mayor (4.00), Alfred Maurstad y Tore Segelcke participan en la representación de 1955 del drama Peer Gynt, de Henrik Ibsen. Y qué interpretaciones estelares incisas en el
acero por Sverre Morken, artista de primer rango. ¡Fabulosos sellos!
Noruega, 1999;
Centenario del Teatro Nacional. Alfred Maurstad y Tore Segelcke en la
representación de 1955 del
drama Peer Gynt,
de Henrik Ibsen. Sello diseñado y grabado por Sverre Morken, haciendo uso de la fotografía de la izquierda. Impresión en calcografía
Y es que antes de
la serie de los Premios Nobel de 2001, en la segunda mitad de los años noventa,
Sverre Morken consiguió perfeccionar del todo su estilo, si es que esto
era entonces posible, vistas las obras anteriores.
Noruega, 1996; Amalie Skram. Sello diseñado y grabado por Sverre Morken; impresión en calcografía. A la izquierda, fotografía de Georg Emil Hansen (1833-1891) tomada en 1869 y utilizada por Sverre Morken en el diseño del sello previo al grabado, en el centro (acuarela)
Para el sello de Hellemyrsfolket y antes del grabado, Morken se sirvió en el diseño de una fotografía de Trygve Schønfelder tomada en 1992 en Bergen, cuando Gunnar Staalesen realizó una dramatización de la novela en cuatro partes de Amalie Skram. El segundo plano en la fotografía de Schønfelder estaba originariamente borroso, y Morken hubo de hacer uso de otras fotos para fijar bien los rasgos de los tres actores del fondo, aparte de endurecer las facciones de todos los personajes y agrumar sus miradas buscando una mayor concordancia con la novela. Por otro lado y además de dejar fuera del diseño a los dos actores que sólo se entrevén en la fotografía de Schønfelder, Morken desplazó lo suficiente la escena inferior hacia arriba para conseguir un mejor acoplamiento en la imagen de conjunto, urgido además por el espacio predeterminado del sello.
Noruega, 1996; Amalie Skram y su novela Hellemyrsfolket (1887-1898). Sello diseñado y grabado por Sverre Morken, tomando como base del diseño la fotografía de Trygve Schønfelder, a la izquierda; impresión en calcografía. A la derecha, Morken en su estudio en 1997 (fotografía de Tomas Moss)
La llegada a la cima de Sverre Morken es muy apreciable especialmente grabando retratos, y así los de Amalie Skram (1996), Harald Sæverud (1997) y Tarjei Vesaas (1997). El estilo de Sverre Morken, a diferencia de otros maestros del grabado a buril, terminó por cuajar en una decantación artística muy meditada y cartesiana. Morken apenas hace contrastes bruscos, ni acarrea masas de rasgos diferenciados. Su estilo consiste en una acentuación continua y muy cadente de las depresiones sobre el acero; y más que de una sola línea, de todo el lineado general, de ordinario muy profuso y armonioso. De este modo, además, los rasgos inevitables y sobresalientes, boca y ojos, y especialmente las cejas y el bigote cuando lo hay, sobresalen de una manera muy cortante, por su obligada dirección transversal, consiguiendo así turgencias muy sensitivas y acariciadoras.
Noruega, 1997; retrato de Tarjei Vesaas. Sello diseñado y grabado por Sverre Morken, utilizando en la concepción inicial una fotografía del escritor de 1967; impresión en calcografía. A la derecha, mesa de exposición en la que se puede ver el diseño específico de grabado de Sverre Morken para el sello de Harald Sæverud
«Con
el retrato de Harald Sæverud fui muy consciente de la evolución en mi estilo
de grabado», reflexionó Sverre Morken al poco de terminar
este sello. «Quince años antes no
hubiera podido hacerlo».
Noruega, 1997; retrato de Harald Sæverud. Sello diseñado y grabado por Sverre Morken; impresión en calcografía. A la izquierda y en el centro, fotografía del compositor elegida por Sverre Morken en el proceso de diseño y acuarela original del artista que fue el diseño adoptado para este sello de Sæverud (imagen esta última procedente de la revista Norsk Filatelistisk Tidsskrift)
La mayoría de los grabadores, incluidos no pocos de los más
grandes, llevan al extremo el realismo cuando de un retrato muy cercano se
trata. Es común, así, que incluso cualquier lunar, cicatriz o rasgo insignificante y casi inapreciable, acaba teniendo su incisión fiel y veraz. Sverre
Morken, por el contrario, prescindió siempre que pudo de todas estas singularidades,
y procuró una idealización plena y trascendente, un embelesamiento hondo y a la vez radiante que va mucho más allá del sencillo y radical testimonio fidedigno.
Sobre el futuro del sello grabado a mano, Morken no se
mostraba en exceso optimista, si bien tampoco perdió del todo la esperanza. «Cuando yo empecé a grabar sellos, estaban Welde y Løkke-Sørensen,
y diez años después ya veíamos que Arild Yttri llegaba. Sin embargo, y esto lo
llevo hablando con Yttri desde hace una década, ahora no vemos a nadie,
ni siquiera en la lejanía. Hoy día sólo Yttri y yo sabemos grabar un
sello en toda Noruega. ¡No viene nadie! Aunque nunca hay que perder la
esperanza, de repente quizá aparezca alguien, quién sabe… Por lo demás, confío
plenamente en Yttri, lo vi llegar cuando era casi un niño y es un
artista con un gran talento».
Tras el esfuerzo de grabar unos sellos, Sverre Morken se tomaba unas semanas de merecido descanso. Incluso en aquella época de trabajo agobiante y obligado, se iba unos días a Folldal, la pequeña localidad en la que tiene sus raíces familiares y donde más tarde, libre de compromisos, pasó buena parte de su tiempo. Cambiaba de brumas, simplemente, antes de retornar otra vez a Oslo y a su estudio de Nittedal, a enfrentar nuevos retos en el acero espejeante y misterioso.
Enzo Finger, suizo de nacimiento, llegó a Noruega en 1976 y enseguida estableció un estudio privado de diseño gráfico. La serie de los Premios Nobel de 2001 fue una de sus dos grandes colaboraciones con Morken; la otra sería trece años después, con ocasión del bicentenario de la Constitución noruega (2014). Finger tenía dos objetivos prioritarios cuando diseñaba un sello, «contar y emocionar, y cuando falta una de estas dos cosas, es que algo ha fallado…».
Enzo Finger, además, diseñó en 2001 junto a Sverre
Morken una nueva versión de la serie regular mantenida en el tiempo más
antigua del mundo, la Posthorn Serien, que el propio grabador ya había redibujado
a su vez en 1997.
El grabador noruego encontró el preciso equilibrio entre voz artística genuina y revelación tecnológica inmediata y refulgente. La simbiosis perfecta. Así, por un lado, y esto lo reconoció el maestro noruego en muchas entrevistas, Morken ha siso un fanático declarado de la informática y de la tecnología en general, hasta el punto de estar horas y horas probando unas y otras alternativas de diseño en su Mac, sin otra intención que la pura y entretenida expansión artística; pero por otra parte, no fue menos ferviente a la hora de defender el estatuto artístico más cercano y tradicional.
Sverre Morken enarboló sin decirlo,
con sus sellos embriagadores de los últimos años, la convergencia perfecta
entre tecnología y arte, instrumentalización sensata y loable, y muy
fértil y provechosa. A través de las muchas imágenes y declaraciones de Morken, es muy deducible a grandes rasgos su método de
trabajo, cuando él mismo fue el diseñador y el grabador de la emisión. Primero
pensaba y hacía Morken el planteamiento artístico general. Después trazaba los primeros bocetos, que eran introducidos en el ordenador para probar las mil
y una variaciones posibles, tanto de composición, como de imágenes y colores.
Finalmente, una vez consolidado y decidido el proyecto, el sello retornaba de la
pantalla hasta su mesa de trabajo. Es el momento del grabado manual a buril de
la parte calcográfica del sello, con todas las cautelas y pruebas que quepa
imaginar en un artista tan perfeccionista como Morken. Se realizaban por
último las pruebas correspondientes, y si todo salía según lo previsto, ya
estaba la obra lista para la confección final en la casa impresora.
Todo artista se confiesa en su obra, quiera o no. Algunos además lo hacen de un modo explícito. En este ámbito tan protocolario de la filatelia, sin embargo, y excluyendo las iniciales con que a veces firma el grabador o el diseñador, no es tan frecuente la alusión directa dentro del sello. Czeslaw Slania lo hizo algunas veces y no sólo con el buril entre las manos, pues incluso en una de ellas se autorretrató entre la muchedumbre, con amigos alrededor, y mucho antes, de perfil en una fábrica de coches.
Morken dudó ya para esta emisión si
elegir un formato cuadrado para el retrato del poeta. «Nunca había diseñado
un retrato para un sello cuadrado, e hice algunas pruebas con este de
Wergeland. Al final lo descarté, no me convenció demasiado, y opté entonces por
el formato rectangular, en el que me sentía más cómodo». Sólo un año
después, curiosamente, Morken sí optó por el formato cuadrado en el sello de otro escritor, Knut Hamsun, opción que repetiría
con los reyes en 2012 y cuatro años después, con los retratos de Tor
Jonsson y Johan Sverdrup, así como en su despedida de 2018 con el aniversario de la boda real.
Harald V, espontáneo y real en la
fotografía. Y muy virtuoso y pletórico en el sello de 2012, después de
surgir del acero de Sverre Morken, que acechó una aspiración
cercana y posible, y creó una idealización concreta y perceptible.
Y la idealización intensa y enfática de Sverre Morken de la reina Sonia, qué mejores palabras pueden ensalzarla que un verso repentino de Ricardo Reis...
Ser otra que no ella, y ser ella…
Los
otros sellos de esta emisión conmemorativa de 2014, son estos dos presentados a continuación, uno de ellos puramente simbólico, y el otro
dedicado a Cristián VIII de Dinamarca (1786-1848), que fue
brevemente rey de Noruega en 1814 con el nombre de Christian
Frederik y a quien Sverre Morken grabó a partir de un retrato de
Charles Turner (1774-1857).
Y por
último, se impone solazar la emoción artística con esta emisión de Noruega
de 2016, que celebró el bicentenario de la constitución del Banco
Nacional y en la que Sverre Morken sometió los grabados de uno y otro
sello, de ordinario prominentes, al diseño general de la emisión, esta vez
prevaleciente.
Noruega, 2000; 250 aniversario de la Academia Militar de Noruega (Krigsskolen, Oslo). Oficiales uniformados en 1750 cerca de la escuela militar en Tollbugaten (Oslo) y cadetes desfilando frente a la Fortaleza de Akershus. Sellos
diseñados y grabados por Sverre Morken, siendo las fuentes primarias de los diseños una vieja litografía de 1870 y una fotografía moderna, respectivamente. Impresión combinada en calcografía y offset
Sverre
Morken no
dudó nunca en hacer un elogio encendido de las nuevas tecnologías. «No sólo no
estoy en contra de las nuevas tecnologías, sino que considero que son increíbles, algo además con lo que nunca pensamos que nos fuéramos a
encontrar, son fabulosas. Pero precisamente por ello, tienen un peligro
evidente, y es, más que su uso, el no saber controlarlas. Quiero decir que
tenemos que saber de antemano hasta dónde hemos de dejarlas llegar. Son el
ayudante soñado, pero han de ser eso, un ayudante, nunca pueden sustituirnos
del todo, invadir nuestro último espacio, ni siquiera ser un alter ego… Y
este es sin duda el mayor problema. Nosotros somos de otra generación y las
hemos visto llegar, pero me pregunto si las generaciones venideras lo tendrán
tan claro. Es posible que no, y si es así estarán retrocediendo creyendo que
avanzan…».
Noruega, 2010; Centenario de la Asociación Nacional de Salud de Noruega.
Sello diseñado y grabado por Sverre Morken; impresión en calcografía
y offset. En 2005, Sverre Morken grabó el retrato del rey Haakon VII en uno de los sellos de la emisión relacionada entre Noruega y Suecia, tras el diseño de Enzo Finger; impresión combinada en calcografía y offset
Sverre
Morken no
sólo hizo uso y aprovechó las facilidades que ofrecían las nuevas tecnologías, sino que
incluso pasó horas y horas delante de su ordenador probando mil y una
combinaciones de diseño, y ello por el solo placer de hacerlo, de ensayar y
pensar diversas posibilidades, aunque nada tuvieran que ver con la obra que en
ese momento tenía entre manos. «Son extraordinarias las posibilidades que
ofrecen», aseguró Morken. «Pero yo tengo muy claro una cosa. Estos
medios tan fantásticos hemos de tomarlos como una exigencia para hacer las
cosas mejor, y nunca como un atajo. Precisamente ahora es cuando estamos
obligados a hacer las cosas mejor que nunca, ya que contamos con unos auxilios que otros ni soñaron».
Noruega, 2011; 50 aniversario de
Amnistía Internacional. Sello diseñado y grabado por Sverre Morken, retocando el fragmento de una fotografía que Martin Adler (1958-2006) tomó en 1996 en Chenkalady (Sri Lanka), a la izquierda (© Panos Pictures); impresión mixta en calcografía y offset. Morken se centró, con respecto a la fotografía de origen, en captar la mirada a través de un grabado expreso y sentido de los ojos de la mujer. Todo lo demás es despersonalización, con la sola idea de conseguir un retrato neutro que no sea posible identificar como de un niño o una joven, como de una mujer o un hombre. Acorde al tema tratado, Sverre Morken sólo buscó expresar un dolor sin nombre, o lo que es igual, el dolor de todos los nombres
Noruega, 2013; 250 aniversario del nacimiento del rey Karl Johan (Carlos XIV Juan de Suecia, rey de Noruega como Carlos III, 1763-1844). Monumento del rey a caballo en el Palacio Real de Oslo, obra del escultor Brynjulf Bergslien (1830-1898). Sello diseñado y grabado por Sverre Morken; impresión combinada en calcografía y offset por parte de Joh. Enschedé
Milenario de
Noruega
Noruega emitió
en 1999, para celebrar el milenio próximo, una serie
excepcional de 4 sellos confeccionada a medias entre Sverre Morken y Arild Yttri, que diseñaron y grabaron
cada uno dos sellos, impresos posteriormente en calcografía y offset.
Es preciso, pues, viajar hacia atrás en el tiempo unos pocos años. Son los días de octubre o noviembre de 1998. El Posten noruego asigna al mejor y más reputado artista de sellos la concepción general de esta emisión tan señalada, prevista para el mes de junio del año siguiente. Sverre Morken plantea a su alumno y ya por entonces grabador consagrado, Arild Yttri, la idea general de la emisión y le anima a trabajar con libertad en dos de los sellos, centrados respectivamente en el reinado de Cristián IV (1577-1648) y en la industrialización noruega durante el siglo XIX.
Es preciso, pues, viajar hacia atrás en el tiempo unos pocos años. Son los días de octubre o noviembre de 1998. El Posten noruego asigna al mejor y más reputado artista de sellos la concepción general de esta emisión tan señalada, prevista para el mes de junio del año siguiente. Sverre Morken plantea a su alumno y ya por entonces grabador consagrado, Arild Yttri, la idea general de la emisión y le anima a trabajar con libertad en dos de los sellos, centrados respectivamente en el reinado de Cristián IV (1577-1648) y en la industrialización noruega durante el siglo XIX.
De los otros dos sellos se hace cargo el maestro. Sverre Morken ha cumplido hace unos meses 53 años y vive su plenitud artística y personal. Uno de los sellos no plantea mayores problemas de concepción. Es el sello expuesto tras estas líneas, precedido por la fotografía original de Axel Theodor Lindahl (1841–1906). La instantánea de 1879 es tan elocuente para reflejar el drama esperanzador y triste de la emigración, que Morken sólo tiene que trasladar la imagen cruda y bella de Lindahl a la superficie filatélica, eludiendo algunos pequeños estorbos y poco más. Realiza los diseños de grabado, traduciendo la urdimbre realista de la fotografía a la dicción abismal y reacia de los buriles, y en seis semanas febriles procura un grabado magistral.
Milenio de Noruega, 1999. Emigración durante el siglo XIX. Sello
diseñado y grabado por Sverre Morken, partiendo de la fotografía anexa de la Estación
de Seljestad, en Hardanger, tomada en 1879
por Axel Theodor Lindahl. Impresión combinada en calcografía y offset
El otro sello, sin embargo, es causa de mayores cavilaciones y dudas. Morken se
propone concentrar en unos pocos centímetros la discordia de la fe en Noruega.
Después de unos días valorando y contrastando ideas diversas, se decide por
combinar estos tres elementos, pues resumen a la perfección la implantación
sucesiva y sañuda en tierra noruega, primero del cristianismo y después de la
reforma protestante: una estatua tallada en madera del rey Olaf II (995-1030), el
Santo, hoy en el Museo Histórico de Oslo; la hoja de título de la
llamada Biblia de Cristián III, impresa y publicada en Copenhague
en 1550, pues entonces Noruega estaba ligada a Dinamarca, poderosa y arbitraria;
y por último, un retablo con el catecismo básico de Lutero escrito
en sus tablas desbastadas, que se hizo habitual en muchas iglesias del reino
durante la segunda mitad del siglo XVI.
Con estos tres fundamentos, y contando con las partes protocolarias y obligadas
del sello, Sverre Morken ya tiene en mente el diseño
ideal. Es hora de componerlo.
Estatua de Olaf II
(995-1030) de la Iglesia de Tanum, sobre 1260-1280, hoy en el Museo Histórico
de Oslo; Biblia conocida como de Cristián III, impresa y publicada en
Copenhague en 1550; y retablo de finales del siglo XVI con las primeras líneas del catecismo básico de Lutero
Sverre Morken arma un diseño exigente y perspicaz. El artista se sirve
de fotografías de los tres elementos elegidos y realiza un collage sencillo,
sobreañadiendo los faciales imperativos del sello. En otras
ocasiones, no hay inconveniente en hacer acuarelas y otros dibujos, pero en
este caso, son prescindibles. Sería una pérdida de tiempo, ya que a efectos
de la concepción general, nada sustancial aportarían. Con el corte inclinado en la mitad del sello, en vez de vertical, Morken arbitra tres planos de expresión en el espacio de dos.
Antes, sin embargo, de enseñar el diseño a las
autoridades postales, Sverre Morken lo introduce en el
ordenador y prueba combinaciones de colores y de otros aspectos, así como
procede a sacar copias de distintos tamaños. Una vez todo decidido, el proyecto
es presentado al Correo noruego y, si es aceptado, el artista retorna a su mesa
de trabajo. Da comienzo entonces una segunda fase no menos importante que la
anterior del diseño general y que la posterior del grabado efectivo. Es la fase
del diseño específico de grabado.
Se trata
ahora de trasladar la textura estética del diseño primero, abrupta y sencilla,
al lenguaje del grabado, entrelazado y duro. El dibujo resultante es
fundamental para el grabado final, pues este boceto será el que se reduce hasta
el tamaño real de la talla inminente y, fotografiado en espejo
sobre la placa de acero, servirá de guía al artista para ejecutar la roturación
decisiva con las puntas afiladas de los buriles. Así pues, en este diseño
segundo ya está insinuado, si no abiertamente declarado,
el estilo del grabador. Sverre Morken tarda unos días en
trazarlo, ningún detalle puede olvidarse, todo ha de estar medido y controlado.
La tensión es alta. Una vez terminado, todo está preparado para enfrentar
el acero dulce, con la finísima guía superpuesta, orientadora y hechizante.
El diseño confeccionado por Sverre Morken dentro del ordenador, y
el artista terminando el diseño específico de grabado (Fotos: Norges Postmuseum)
El maestro noruego da comienzo al grabado. Unos días antes, ha realizado
mucho ejercicio físico, para distender los músculos y estar en buena forma. La
concentración ahora ha de ser muy tensa. El más mínimo error con el buril puede
echar por tierra muchas horas de trabajo. Como un cirujano insomne, el grabador
tampoco puede tener ningún descuido con sus bisturíes.
Sverre Morken se toma
entre 4 y 6 semanas para el solo grabado efectivo de un sello, a una media de
entre 5 y 6 horas al día. Muchos días, al cabo de una hora de esfuerzo
continuado y apenas presionando no más que una pizca la mano, descansa unos
minutos e incluso hace un poco más de ejercicio físico. La vista también necesita
un poco de relajación…
Transcurren los días y la obra avanza según lo previsto por Morken, un perfeccionista enfermizo y radical. No solía Morken, por lo demás, apurar al límite su técnica glacial y prodigiosa con los buriles. «Mi distancia acostumbrada para el grabado de un sello son veinte aumentos, rara vez amplío mucho más, porque entonces lo que pudiera ganar en detalle, lo pierdo en campo de visión. Y a mí no me gusta nunca perder la visión general, he de tenerlo todo controlado, hasta lo que no veo…».
Ha pasado más de un mes y el grabado está casi terminado. «Me sentí muy recompensado íntimamente con los dos sellos del milenio de Noruega», contaba el artista unos años después, «especialmente con la idea de meter en apenas tres centímetros cuadrados, alrededor de 500 letras. Ahora cualquiera que lo desee, puede coger una lupa y leer con nitidez unas frases de Lutero», apostilló Sverre Morken en tono jocoso.
Más de un mes después de iniciado, el grabado está casi terminado. A la
derecha, Morken realiza en el tórculo las pruebas finales para comprobar que
todo ha salido según lo previsto... (Fotos: Norges Postmuseum)
Mes y medio después, Sverre Morken concluye
el grabado. Ha sido una tarea agotadora. Realiza pruebas en varias tintas y
comprueba la nueva maravilla creada. El agotamiento se torna alegría.
Plenitud radiante. Una obra maestra más. El trabajo artístico ha terminado y ya
sólo queda esperar la publicación, el sello emitido después de
pasar por la casa de impresión.
En la fecha anticipada, Noruega emite en junio
de 1999 esta gran serie que narra sutil y brevemente mil años
de historia. La impresión definitiva se realiza en calcografía y offset, si
bien y tal y como se puede comprobar con sólo ver la placa terminada de uno
de los sellos, la preponderancia de aquélla es por fortuna palpable y contundente, dando fe con su
textura áspera de la obra impresionante del artista.
Tras el esfuerzo de grabar unos sellos, Sverre Morken se tomaba unas semanas de merecido descanso. Incluso en aquella época de trabajo agobiante y obligado, se iba unos días a Folldal, la pequeña localidad en la que tiene sus raíces familiares y donde más tarde, libre de compromisos, pasó buena parte de su tiempo. Cambiaba de brumas, simplemente, antes de retornar otra vez a Oslo y a su estudio de Nittedal, a enfrentar nuevos retos en el acero espejeante y misterioso.
A la derecha, sello finalmente emitido en junio de 1999, junto a los otros tres de la
serie del Milenio de Noruega. Impresión combinada en calcografía y offset, tras el diseño y el grabado a buril de Sverre Morken. Y a la izquierda, diseño original de Sverre Morken, aprobado por el Posten y listo para ser leído, interpretado y grabado por el artista (fotografía cedida por el Norges Postmuseum)
Premios Nobel, 2001. Disertación magistral
A mitad del
septiembre negro de 2001, Noruega emitió una serie conmemorativa del
centenario de la concesión del premio Nobel de la Paz. Es
una emisión de impresión mixta en calcografía y offset que fue materializada en Haarlem por Joh. Enschedé, con diseño a cargo de Enzo Finger, y que consta de ocho sellos que homenajean
a personalidades ganadoras del premio, excepto uno que rinde tributo a Alfred Nobel,
creador del galardón.
Noruega, 2001; Centenario de la
concesión de los Premios Nobel de la Paz; Alfred Nobel. Sello diseñado por Enzo Finger y
grabado por Sverre Morken; impresión mixta en calcografía y offset. A la izquierda, fotografía de Alfred Nobel utilizada por Morken como modelo para el grabado del retrato
Del
grabado de los ocho retratos se ocupó Sverre Morken, que ofreció una
exhibición memorable e irrepetible. El sello dedicado a la activista y política birmana Aung San Suu Kyi,
ratifica de un modo irrefutable y rotundo ese juicio evidente y fácil. Morken buscó
entre sombras incitantes el atractivo íntimo y real de esta mujer esforzada, y
lo sondeó y lo interpeló en la superficie hosca y reluciente del acero. La proyección calcográfica emitida sólo constató el hallazgo embrujador de Morken, su sueño, ahora y para siempre ya, en la superficie filatélica ostentando una belleza insólita y cautivadora.
Noruega, 2001; Centenario de la
concesión de los Premios Nobel de la Paz; Aung
San Suu Kyi. Sello diseñado por Enzo Finger y
grabado por Sverre Morken; impresión mixta en calcografía y offset. A la derecha, fotografía de Aung San Suu Kyi entregada a Sverre Morken y el grabado insuperable
En los otros
sellos de la serie, Morken no aminoró el rigor técnico ni aún
menos moderó la ambición artística. Este Henri Dunant, con
esa suntuosidad afable y confiada, es sólo una maravilla más del muestrario de
perfección que es esta emisión que celebró la institución universal de los Premios Nobel.
Noruega, 2001; Centenario de la concesión de los Premios Nobel de la Paz; Henri Dunant. Sello diseñado por Enzo
Finger y grabado por Sverre Morken; impresión combinada en calcografía y offset. A la derecha, Enzo Finger, diseñador de esta emisión de los Premios Nobel
Al
explorador Fridtjof Nansen, a quien ya grabó Morken en el pequeño sello de 1982, lo fijó y estilizó suavemente en este
retrato de 2001 con una lozanía palpitante y cálida.
Noruega, 2001; Centenario de la concesión de los Premios Nobel de la Paz; Fridtjof Nansen. Sello diseñado por Enzo
Finger y grabado por Sverre Morken. Impresión combinada en calcografía y offset
Quizá no
sea muy aventurado sostener que Slania retrató a las personalidades que grababa tal y
como eran, mientras Sverre Morken lo hizo como querrían ser.
Realismo e idealismo sobre el acero.
Noruega, 2001; Centenario de la concesión de los Premios Nobel de la Paz; Rigoberta Menchú. Sello
diseñado por Enzo Finger y grabado por Sverre Morken; impresión combinada en calcografía y offset. A la izquierda, comparación muy esclarecedora entre la fotografía elegida por Enzo Finger en el proceso de diseño, procedente de los archivos de la Fundación Nobel, y el grabado a buril de Sverre Morken impreso en el sello
Y aquí Martin
Luther King por Sverre Morken, que grabó un retrato
embargado de una emotividad lúcida y cordial, y Mijaíl Gorbachov, cadente y jubiloso.
Noruega, 2001; Centenario de la concesión de los Premios Nobel de la Paz; Mijaíl Gorbachov y Martin
Luther King. Sellos diseñados por Enzo Finger y grabados
por Sverre Morken. Impresión combinada en calcografía y offset
En una de
las varias entrevistas que concedió Sverre Morken, decía el artista
noruego que «empleo tanto tiempo en los preparativos de un
grabado, especialmente si es un retrato, como en el grabado efectivo, que en el
caso de un sello suele ser de cuatro o cinco semanas. Nada me atrae tanto como
un retrato y procuro conseguir todo el material posible de la personalidad que
voy a grabar, y si son 20 fotografías, tanto mejor. Y hecho esto, entro en la
persona tanto como puedo, busco... ».
Sverre Morken y Enzo Finger fueron premiados en la WIPA de Viena de 2003 por estos sellos de los Premios Nobel, siendo considerada la emisión más bella del mundo durante el año 2001. Y Morken agradeció este premio diciendo que «estoy muy feliz de que los sellos hayan recibido un premio creado y otorgado en Austria, uno de los países que más valoro cuando se trata de sellos grabados y que goza de una larga y rica tradición que se remonta a la época del Imperio. Además, he visitado a lo largo de los años varias veces el Museo Albertina de Viena y he pasado muchas horas allí estudiando y admirando a grandes maestros históricos del grabado».
Noruega, 2001; Centenario de la concesión de los Premios Nobel de la Paz; Nelson Mandela. Sello diseñado por Enzo
Finger y grabado por Sverre Morken; impresión mixta en calcografía y offset. A la derecha, Sverre Morken y el diseñador Enzo Finger, en una fotografía publicada por la revista Norsk Filatelistisk
Tidsskrift
Sverre Morken y Enzo Finger. Armonía
fraternal
Como con
el viejo Fredrik Matheson a finales de los setenta y durante toda la
década de los ochenta, Sverre Morken tuvo una gran relación de
camaradería artística con Enzo Finger, diez años más joven y además amigo personal.
Después de la serie célebre de los Premios Nobel de 2001, Morken ratificó con sus buriles algunos otros diseños de Finger, si bien y al haber tanta confianza entre ambos, el grabador participó asimismo en la fase de diseño, especialmente en la elección crítica y decisiva de las fotografías de los retratos a grabar. Así, por ejemplo, en esta serie 2003, confeccionada entre ambos para homenajear al rey Olaf V en el centenario de su nacimiento, y en la que Sverre Morken incidió escueta y esencialmente unos diseños muy atractivos y elegantes de Finger.
Después de la serie célebre de los Premios Nobel de 2001, Morken ratificó con sus buriles algunos otros diseños de Finger, si bien y al haber tanta confianza entre ambos, el grabador participó asimismo en la fase de diseño, especialmente en la elección crítica y decisiva de las fotografías de los retratos a grabar. Así, por ejemplo, en esta serie 2003, confeccionada entre ambos para homenajear al rey Olaf V en el centenario de su nacimiento, y en la que Sverre Morken incidió escueta y esencialmente unos diseños muy atractivos y elegantes de Finger.
Noruega, 2003; Centenario del nacimiento del rey
Olaf V (1903-1991). Olaf niño, a la izquierda; con su esposa Marta de
Suecia; y con traje militar. Diseños de Enzo Finger y grabados de Sverre Morken.
Impresión mixta en calcografía y offset. Sellos emitidos originariamente en una hojita
Enzo Finger, suizo de nacimiento, llegó a Noruega en 1976 y enseguida estableció un estudio privado de diseño gráfico. La serie de los Premios Nobel de 2001 fue una de sus dos grandes colaboraciones con Morken; la otra sería trece años después, con ocasión del bicentenario de la Constitución noruega (2014). Finger tenía dos objetivos prioritarios cuando diseñaba un sello, «contar y emocionar, y cuando falta una de estas dos cosas, es que algo ha fallado…».
Valores del Posthorn emitidos por Noruega en 2010 y 2012, del diseño creado en 2001 por Enzo Finger y Sverre Morken, ambos impresos en offset. El diseño anterior de la serie básica con mayor continuidad del mundo había sido Sverre Morken (1997), siempre asumiendo la idea original de Wilhelm von Hanno (1826-1882) impresa por primera vez en 1872. A la derecha, Sverre Morken a finales de junio de 2004, cuando coincidiendo con su jubilación del Banco Nacional fue condecorado con la Medalla al Mérito del Rey, galardón creado en 1908 por Haakon VII con la idea de reconocer los logros extraordinarios en los terrenos del arte, la ciencia, los negocios y el servicio público
Instrumentalización artística de la tecnología
La serie imperial de los premios Nobel de 2001, diseñada por Enzo Finger
y cuyos retratos grabó Sverre Morken, tuvo continuidad durante los años
siguientes con otras emisiones similares, más parcas en número, cierto, pero
igualmente impecables en su factura artística.
Noruega, 2003; Lars Onsager y Bjørnstjerne Bjørnson. Sellos diseñados y
grabados por Sverre Morken. Impresión mixta en calcografía y offset
Estos dos sellos, como en general todos los confeccionados por
Sverre Morken durante sus últimos años, o como los retratos de 2004 de Lange y Hassel, son una amalgama gozosa entre tecnología y expresión artística tradicional. O mejor dicho aún: un ejemplo
irreprochable de la instrumentalización artística de la tecnología.
Noruega, 2004; Christian
Lous Lange. Sello diseñado y grabado por Sverre
Morken; impresión mixta en calcografía y offset. A la izquierda,
fotografía de Lange usada por Morken en el diseño del retrato y
posterior grabado de este sello
Noruega, 2004; Odd Hassel. Sello diseñado y grabado por Sverre Morken; impresión mixta en calcografía y offset. A la izquierda, Sverre Morken en una fotografía de Rolf M. Aagaard
Noruega, 2002; segundo centenario del natalicio del matemático Niels Henrik
Abel. Sellos diseñados y grabados por Sverre Morken. Impresión mixta en
calcografía y offset de Joh. Enschedé
Egotismo súbito y
genial
Todo artista se confiesa en su obra, quiera o no. Algunos además lo hacen de un modo explícito. En este ámbito tan protocolario de la filatelia, sin embargo, y excluyendo las iniciales con que a veces firma el grabador o el diseñador, no es tan frecuente la alusión directa dentro del sello. Czeslaw Slania lo hizo algunas veces y no sólo con el buril entre las manos, pues incluso en una de ellas se autorretrató entre la muchedumbre, con amigos alrededor, y mucho antes, de perfil en una fábrica de coches.
Noruega, 2005; 150 aniversario del primer
sello noruego. Diseño de Enzo Finger y grabado de Sverre Morken; impresión combinada en calcografía y
offset, con parte serigrafiada en el sello no calcográfico. A la derecha, Sverre Morken en una exposición de sus diseños y grabados realizada en 2007, en la granja Sæter, propiedad suya en Nord-Atndalen (fotografía de Kjetil Svanemyr)
Sorprende, pues, que Sverre
Morken caligrafiara de un modo directo, en una filatelia
tan formal y hosca como la de Noruega, una alusión personalísima en este sello
de 2005, uno de los dos que formaron la hojita que conmemoraba el 150
aniversario del primer sello postal noruego (1855). Hojita esta,
impresa en calcografía y offset, con las letras del sello derecho
serigrafiadas, que mereció un premio entonces por su diseño moderno y
ambicioso, obra de Enzo Finger, y por su gran factura artística, en
la que Morken grabó la viñeta de la bella dama contestando una
carta recibida.
Noruega, 2005; 150
aniversario del primer sello noruego. Diseño de Enzo Finger y grabado de Sverre
Morken. Impresión mixta en calcografía y offset
En uno de
los papeles que están sobre la mesa de la dama, Sverre Morken escribió con los buriles la firma de una de sus abuelas, Ragnhild Morken, y
debajo sintetizó y emboscó la palabra Folldal, donde está la granja en
la que el artista vivió los mejores momentos de su infancia y donde también después se expuso, de modo casi permanente, buena parte de su obra.
Ragnhild Morken y Folldal, el artista y su yo, a la izquierda en el motivo ampliado del sello noruego de 2005. Y a la derecha, sala de exposición de la obra filatélica y artística de Sverre Morken (fotografía Kunstbanken Hedmark Kunstsenter)
Una
egotismo delicioso e inesperado de este artista genial, frío y calculador en
sus concreciones sobre el acero, y febril y confiado en su talento.
Noruega, 2007; 250
Aniversario de la Academia de Minería de Kongsberg. Sello diseñado y grabado
por Sverre Morken; impresión mixta en calcografía y offset. A la derecha, Sverre Morken en su estudio, atareado con los buriles (Fotografía: Birger Morken)
Concibió Sverre Morken en estos sellos de 2007 sendos diseños elegantes y medidos, y
acometió dos grabados que, pareciendo a simple vista elementales, no
hay más que ver, sin embargo, la imagen adjunta a uno de los sellos,
para entender que el gran artista noruego no discriminó ni contemporizó nunca
con sus buriles, ni todavía menos atenuó la perfección compulsiva, como no
sea para distinguir a posteriori entre obras maestras sencillas y obras
maestras complejas, nada más.
Noruega, 2007; 150 Aniversario de
la Academia de Ciencias y Letras de Noruega. Diseño y grabado de Sverre Morken; impresión mixta en calcografía y offset. A la izquierda, las manos de Morken grabando este sello, en una fotografía de Rolf M. Aagaard
En busca del sello perfecto. Poesía sin palabras
En una entrevista concedida en abril de 2008, Sverre Morken contó al
detalle el proceso de diseño del sello que acababa de emitir Noruega del
poeta Henrik Wergeland, e incluso mostró algunos de los ensayos
digitales descartados.
«Antes de ensayar los primeros bocetos», explicó Sverre Morken, «trato de hacerme con la personalidad sobre la que voy a trabajar. En este caso me fue sencillo, pues conocía muy bien al escritor Wergeland y ni siquiera dudé sobre qué retrato tomar como punto de partida. Descarté enseguida el utilizado en el sello de 1945, que después sería usado además en dos billetes, y escogí el óleo de Lehmann, que es realmente perfecto para lo que yo pretendía».
«Antes de ensayar los primeros bocetos», explicó Sverre Morken, «trato de hacerme con la personalidad sobre la que voy a trabajar. En este caso me fue sencillo, pues conocía muy bien al escritor Wergeland y ni siquiera dudé sobre qué retrato tomar como punto de partida. Descarté enseguida el utilizado en el sello de 1945, que después sería usado además en dos billetes, y escogí el óleo de Lehmann, que es realmente perfecto para lo que yo pretendía».
Sverre Morken, como se decía anteriormente, hizo una instrumentalización artística perfecta de
las nuevas tecnologías. «Con mi Mac paso muy buenos ratos», reseñó Morken
en esa entrevista. «Es fantástico, no ya el tiempo que uno se ahorra, sino
las mil y una ideas que están disponibles con un solo clic. Antes, por más
clara que pudiera tener una idea, era raro no tener que hacer tres o cuatro
acuarelas o dibujos para elegir un diseño definitivo. Ahora, sin embargo, y
aunque a veces recurro a los pinceles si tengo alguna duda, todo es más
sencillo y a la vez emocionante…».
Sverre Morken en su estudio privado de Nittedal, en una fotografía de Birger Morken. Y a la derecha, el artista en 2008 sacando una prueba de tórculo en su santuario
Dos de los ensayos de diseño de Sverre Morken para el sello noruego de
Wergeland emitido en 2008
«En la primera idea que tuve del diseño de este
sello de Wergeland», proseguía Morken, «puse la firma y el
nombre del escritor, y enseguida comprendí que era del todo innecesario poner
ambas cosas, porque además la firma era legible, al igual que la del otro sello
de Stang. Descarté también esta idea y decidí ampliar un poco el espacio
horizontal, la anchura del sello, para que la firma no se viniera encima del
retrato o hubiera que reducir su tamaño en exceso».
Llegados a este punto, con la firma decidida y sin el nombre, Sverre Morken ya sólo tenía que disponer y contrastar el fondo. «La verdad es que mi intención era poner la bandera de Noruega a toda costa, pues en cierta manera le concedía así a Wergeland el rango estético de gran poeta nacional. Pero después de varias pruebas, comprendí que el contraste del rojo con el azul iba a triturar la discreción contenida que por otra parte yo buscaba y deseaba para este sello en concreto. Finalmente sacrifiqué la bandera y opté por una degradación progresiva del azul de la noche y de la poesía, hacia el área facial del sello, una limitación con la que siempre hay que contar».
Afianzado el diseño final, y después de la aprobación de las autoridades del Posten noruego, a Sverre Morken ya sólo le quedaba la tarea ardua y apasionante del grabado a buril del retrato. «Este grabado de Wergeland lo hice en cinco semanas, pero ha sido un verdadero placer, he disfrutado como pocas veces antes. Me siento muy cerca de este escritor, y cada incisión era como indagar en su fina sensibilidad. Visto ahora el sello, estoy muy feliz, porque ha quedado perfecto, ¿no? Sólo quería que se sintiera su poesía a primera vista, y pienso que lo he conseguido…».
Sello emitido por Noruega en 2008 de Henrik Wergeland, diseñado y con el
retrato grabado a buril por Sverre Morken. Impresión combinada de Enschedé en
calcografía y offset. A la izquierda, otro de los ensayos digitales descartados por Morken para el diseño del
sello
En el otro sello de esta emisión de 2008,
Sverre Morken eligió una fotografía convencional de Frederik Stang como estímulo para bosquejar el diseño y abordar el grabado decisivo.
Noruega, 2008; el jurista y político Frederik Stang (1808 - 1884). Diseño y
grabado de Sverre Morken; impresión de Enschedé en calcografía y offset. A la izquierda, fotografía muy similar a la utilizada por Morken en el diseño y grabado de este sello
Reyes, 2012.
Idealización enfática
Sverre Morken, no importa reiterarlo una vez más, fue un apasionado de los retratos, área
creativa que prefirió antes que cualquier otra. «Me apasionan los retratos»,
dijo sin titubear este artista descollante. «El carácter aumenta y se
complica sin cesar con la edad, y a este respecto la mirada obviamente es el
punto clave de un retrato. Y puesto a elegir, prefiero aquellas que no miran
directamente al espectador».
A la izquierda, Sverre Morken en una exposición de su obra junto a la acuarela original que fue el diseño adoptado del sello de Tarjei Vesaas de 1997 (fotografía de Nils Midtbøen). Y a la derecha, Morken en la presentación en el verano de 2018 de su último sello grabado (fotografía de Birger Morken)
Observando la fotografía de Sølve Sundsbø que utilizó el artista para el diseño de uno de los sellos que en 2012 celebró el 75 cumpleaños de los reyes noruegos, es muy patente que, siendo muy franca y directa al objetivo la mirada de Harald
V, sin embargo Morken logró, muy sigilosa y suavemente, perder
esa mirada, y en realidad ensimismarla de cierta dignidad
cándida y bienhechora.
Noruega, 2012; 75 cumpleaños de los reyes noruegos (Harald V). Sello diseñado y grabado por Sverre Morken; impresión combinada en calcografía y offset. A la izquierda y en el centro, fotografía de Sølve Sundsbø elegida por Morken en la concepción general del sello y diseño específico de grabado, este último realizado a tinta sobre cartulina
Y la idealización intensa y enfática de Sverre Morken de la reina Sonia, qué mejores palabras pueden ensalzarla que un verso repentino de Ricardo Reis...
Ser otra que no ella, y ser ella…
A la izquierda, fotografía de la reina Sonia
realizada por Lise Åserud, utilizada después por Sverre Morken para diseñar y grabar el sello expuesto a la derecha (Noruega, 2012). Impresión combinada en calcografía
y offset (Enschedé). Sverre Morken empleó 6 semanas en grabar a buril este retrato
Otras plenitudes del mejor grabador del mundo
El sello
del león expuesto al principio de este perfil artístico de Sverre Morken, impreso en calcografía y offset por Enschedé,
es uno de los cuatro que formaron parte de la serie de 2014 que
conmemoró el bicentenario de la Constitución de Noruega.
La emisión fue
diseñada por Enzo Finger, y los cuatro sellos contienen, sobre el fondo
impreso en offset, otros tantos grabados de Sverre Morken.
Sobre de primer día de circulación firmado por Sverre Morken de la emisión de 2014 que celebró el bicentenario de la Constitución de Noruega (Colección de Víctor Lora), cuyos sellos diseñó Enzo Finger. A la derecha, imagen digitalizada del diseño lineal realizado a tinta por Sverre Morken y que sirvió de guía al artista en el grabado efectivo del sello de 2014 del león
La Asamblea Constituyente reunida en Eidsvoll en 1814, óleo sobre lienzo de Oscar Wergeland (1885; 400 x 285 cm), y al lado, uno de los tres valores calcográficos de 1914 (Noruega) del sello grabado
por Ferdinand Schirnböck a partir de esta pintura
Uno de
los sellos es una recreación ingeniosa de un óleo muy simbólico de la historia
del país, y con mucha presencia en la filatelia y en la numismática noruegas.
Es la pintura de la Asamblea Constituyente de Eidsvoll de 1814, obra de Oscar
Wergeland (1885), y que, entre otras muchas calibraciones filatélicas,
apareció en la primera emisión calcográfica de Noruega en 1914,
entonces a partir de un grabado de quien entonces era tal vez el mejor grabador
de sellos del mundo, el austríaco Ferdinand Schirnböck.
En el extraordinario sello de 1978, uno de los dos que conmemoraron el 75
cumpleaños del rey Olaf V, en el centro sobre estas palabras, Knut Løkke-Sørensen grabó oblicuamente la obra de Oscar Wergeland, mientras que en la emisión de 2014 diseñada por Enzo Finger, a la izquierda, Sverre
Morken graba a sólo dos de los protagonistas de la Asamblea de Eidsvoll. Impresión mixta en calcografía y offset el sello de 2014, y sólo en calcografía el sello de 1978. Del sello de 1978, Løkke-Sørensen
manifestó después que «quedé muy feliz y orgulloso de ese sello. Fue un buen trabajo grabado en
cobre y pienso que es uno de los mejores sellos que he hecho. Además, en la
parte izquierda de la pintura de Wergeland, cambié a uno de los constituyentes de Eidsvoll y puse allí, aprovechando el parecido que tenían, a mi querido y
admirado Henry Welde» (Norsk Filatelistisk Tidsskrift, 1995, Nr.9). A la derecha, el grabador noruego Henry Welde, a quien tanto Løkke-Sørensen como Sverre Morken profesaban mucho cariño y un gran respeto
Noruega, 2014;
Bicentenario de la Constitución. Manos simbólicas y Christian Frederik de Noruega (1786-1848), este último sello procedente de la hojita especial de Nordia 2014. Sellos
diseñados por Enzo Finger y grabados por Sverre Morken. Impresión mixta en calcografía y offset
Noruega, 2016; Bicentenario del Banco Nacional de Noruega. Sellos diseñados y grabados por Sverre Morken; impresión de Joh. Enschedé en combinación de calcografía y offset. A la izquierda, moneda noruega de 1819 usada por Sverre Morken como el motivo que grabó a buril en el sello
Pero claro, es Sverre Morken, y la moneda que grabó para el que pareciera el sello más atractivo es asombrosa, pero es que el nivel de detalle conseguido en el otro no es menos espectacular. Es un grabado muy directo y frontal, sin apenas otra cosa que líneas rectas, pero qué nivel de perfección. Quizá otro grabador hubiera resuelto este diseño de un modo más rápido, pero Morken no cicateó nada ni escatimó el rigor.
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Nota. Algunos textos y comentarios de este perfil filatélico de Sverre Morken los escribí primero en el Foro Ágora de Filatelia (ramon1843, Los sellos más bonitos del mundo), y ahora están ensamblados aquí con algunas adiciones y rectificaciones.
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Noruega, 2016; Bicentenario del Banco Nacional de
Noruega. Sellos diseñados y grabados por Sverre Morken; impresión de Joh. Enschedé en combinación de calcografía y offset. A la izquierda, dibujo de los arquitectos Kjell Lund y Nils Slaatto para la ampliación del edificio del Banco Nacional noruego en Oslo (1973-1986), utilizado por Sverre Morken como base en el diseño y posterior grabado del sello
Nota. Algunos textos y comentarios de este perfil filatélico de Sverre Morken los escribí primero en el Foro Ágora de Filatelia (ramon1843, Los sellos más bonitos del mundo), y ahora están ensamblados aquí con algunas adiciones y rectificaciones.