Alerta al sol que nace,
y al rojo parto de la madre vieja
Antonio Machado
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Circunscritos muy expresa y específicamente al área artística de la filatelia española, no es muy aventurado afirmar que Camilo Delhom es el autor más destacado de los últimos sellos republicanos, de los emitidos y quizá incluso de los no expendidos. Y por esas emisiones es sobre todo admirado hoy Delhom, aún a pesar de que antes y después grabó otros sellos españoles, y algunos realmente muy significados.
Al estallar la guerra
fratricida en julio de 1936, José Luis Sánchez Toda se unió enseguida al
bando nacional, mientras que Camilo Delhom permaneció fiel a la España
republicana. Y en los casi tres años que duró la guerra sangrienta y tenebrosa,
Delhom participó en la mayoría de los sellos republicanos emitidos.
Uno de los sellos republicanos no expendidos en 1939 es sin duda el
gran sello artístico español de aquellos años trágicos. Incluso pudiera decirse que es el sello
de la República. Un sello nacido entre ilusiones y penurias, también entre
noblezas e infamias, y en todo caso, sin vida ninguna al instante.
El sello referido pertenece a la última emisión del correo de
campaña republicano, cuya circulación estaba prevista durante los meses en que
finalmente terminó la guerra. Es un sello muy especial, como en
realidad todos los demás de la serie, sólo que este tiene una gran fuerza
simbólica, paralela a su brío artístico. En la viñeta del sello se ve a un
maestro de escuela tendido en el suelo y a dos niños que lloran su muerte.
Es un sello, además, tan lúgubre como premonitorio, e
impregnado de un gran poder narrativo. El sello recrea una lámina de Castelao
titulada La última lección del maestro,
incluida en el libro Galicia mártir y
que denunciaba los asesinatos atroces que el llamado bando nacional cometió
desde el comienzo del pronunciamiento militar sobre uno de los gremios más
perseguidos por la insania fascista: el de los maestros de escuelas rurales.
Hombres modestos y generosos, laboriosos, ilustrados, estandartes máximos de la
ilusión educadora de la II República. El hombre de la viñeta no se parece a Machado,
es Antonio Machado. El poeta dejaba Madrid año y medio antes y ponía rumbo a
Valencia como primer intelectual de una República herida ya de muerte. Machado
había sido durante más de veinte años de su vida uno de esos maestros. Primero
en Soria, después en Baeza y finalmente en Segovia.
A la izquierda, lámina original de Castelao en "Galicia mártir" (Valencia, 1937). En el centro, pintura que Castelao terminó en Buenos Aires algunos años después ("A derradeira leición do mestre", 1945; óleo sobre lienzo, 200 x 130 cm) como homenaje a Alexandre Bóveda (1903-1936), sobre la lámina de 1937. Y a la derecha, sello no expendido de la República Española (1939), “La última lección del maestro”, de Castelao; impresión en calcografía
Alfonso Daniel Rodríguez Castelao, artista gallego sensible
y cronista del horror de la guerra, dibujó este homenaje doloroso al
principio de la contienda. Sería una de las diez láminas que integrarían el libro Galicia mártir, editado en Valencia en febrero de 1937 por el Ministerio de
Propaganda republicano. Por entonces Machado acababa de establecerse en esta
ciudad y, pese a estar ya inmerso en la sexta década de su vida, mantenía una
actividad intelectual frenética: escribía artículos de defensa del régimen
republicano, avivaba contactos con otros escritores y personalidades y estaba
al tanto de cuanto se publicaba. ¿Tendría ocasión de hojear ese testimonio
estremecedor de los primeros meses de la guerra? ¿Qué punzada honda de dolor no habría
de sentir cuando detuviese su mirada de poeta sobre esta lámina, él, de
condición primera maestro de pueblo y escritor?
A la izquierda, Alexandre Bóveda, amigo de Castelao y que fue fusilado
por los sublevados en el verano de 1936 con apenas 33 años. Bóveda, político gallego y empleado de Hacienda, no fue maestro de
escuela, pero se dice que sus rasgos pudieron servir de modelo a Castelao para
la lámina de “La última lección del maestro”. A la derecha, Antonio Machado
(1875-1939), el primer poeta español, maestro de escuela muchos años y máximo
valedor intelectual de la República
Ambos, Castelao y Machado, padecieron el mismo camino tortuoso
del exilio por una España arrasada, primero Valencia y
después Barcelona, amargo caminar por el Mediterráneo, último bastión del sueño
republicano. Desde la Ciudad Condal, Castelao partía hacia Nueva York en 1938. Moriría
doce años después en un sanatorio de Buenos Aires.
Antonio Machado, ligero de equipaje, viejo y enfermo,
abandonaba Barcelona por carretera a finales de enero de 1939. Murió un mes
después en un hotel de la localidad francesa de Collioure, con apenas 63 años y
con su madre agonizando en la cama de al lado. Sus últimos días de vida aún los
dedicó a la defensa encorajinada de sus ideales. Poesía y verdad. Fue la última
lección del maestro. Este sello no expendido es sin duda, como símbolo del
maestro modesto y sabio, pero también como primer gentilhombre republicano, su auténtico
y verdadero sello.
Aparte de un sello más, descartado pero que se grabó (“Van a
matarnos, pero venceremos”), hay otros dos de esta serie no expendida de 1939
que también recrean láminas de Castelao, justamente los que fueron asimismo
impresos en calcografía, siendo el resto materializados en tipografía y
litografía.
Es preciso hacer constar igualmente que otros varios sellos
fueron grabados en talla dulce para el correo de campaña y que fueron impresos
en calcografía, cuatro con viñetas de escenas bélicas, si bien tampoco se
llegaron a expender.
República Española, 1939; Correo de Campaña; sello no expendido.
“Supervivientes”, de Castelao (“Galicia Mártir”, 1937). Sello impreso en
calcografía, probablemente grabado por Camilo Delhom o Germán Martín Orbe. A la
derecha, imagen de Castelao, que dedicó el libro “Galicia Mártir" a los gallegos que andan por el mundo
República Española, 1939; Correo de Campaña; sello no expendido. “¡Queman,
roban y asesinan en tu nombre!”, de Castelao (“Galicia Mártir”, 1937), a la izquierda. Sello
impreso en calcografía, probablemente grabado por Camilo Delhom o Germán Martín
Orbe. A la derecha, estampa de Castelao en “Atila en Galicia” (1937), Le mataron un hijo, que bien pudo
merecer igualmente un gran sello
República Española, 1938-39; Correo de Campaña. Pruebas de artista de
sendos sellos no emitidos; Enfrentamiento entre la guardia real y la milicia
nacional, el 7 de julio de 1822 en Madrid, a la izquierda; y Proclamación de la
Constitución en Madrid, año 1820. Del sello de la derecha, se confeccionó con
un diseño muy similar un sello que fue impreso en litografía (1939) y que no se
llegó a expender
A finales de 1938 y según información fidedigna proporcionada
por José María García Pérez, conservador del museo de la Real Casa de la
Moneda, la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre tenía en su organigrama
artístico a varios grabadores. Camilo Delhom era el jefe de grabado en talla
dulce y Germán Martín Orbe su auxiliar inmediato y más cualificado. Estaban,
además, como principales ayudantes, Luis Sesé, Carlos Velamazán y Pedro Pascual, este último en Barcelona.
Así pues, no es demasiado
arriesgado conjeturar que muy posiblemente Delhom participó en el grabado de la
mayoría de viñetas de estos últimos sellos republicanos, si no en todos, y que
bien pudo ser ayudado por otros artistas, y principalmente Germán Martín Orbe,
y si acaso en ornamentos y cifras y letras, por Sesé y Velamazán, que en esos
momentos se ocupaban sobre todo de las emisiones litográficas y de los grabados
en relieve, en este último método con la colaboración de Joaquín Fernández Cano.
Las mismas dudas hay respecto a otra emisión de los últimos
meses de la República Española, la hojita con los sellos benéficos de las
pinturas de Velázquez.
Estos sellos intercalados junto a las pinturas de
Velázquez, pertenecen a la hojita que en octubre de 1939 emitió el nuevo régimen
que imperó tras la guerra civil. Se rectificaron las planchas originales,
modificando la rúbrica facial, y se emitieron en calcografía las viñetas que se
habían grabado en la FNMT republicana. De la impresión se encargó la casa
madrileña Langa y Cía, y se colige que no es tan fina y esmerada como la
emisión republicana, pero así y todo, son muy apreciables los grabados,
intensos y verdaderamente notables.
En la
FNMT tuvo como maestro a Enrique Vaquer y como colega, de la misma generación e
iguales condiciones técnicas, a José Luis Sánchez Toda, algo más joven y que
llegó dos años más tarde, en 1924.
Un año después, en 1930, Camilo Delhom grabó junto a Sánchez Toda varias de las viñetas de la majestuosa serie del descubrimiento de
América, impresas en Londres por Waterlow & Sons.
Esta serie rimbombante, de una liviandad postal planeada, tiene sin
embargo un cariz artístico ciertamente excelso. El protagonismo compartido por
Delhom y Sánchez Toda fue equilibrado y exquisito.
Curiosamente, José Luis Sánchez Toda grabó, en los primeros años de posguerra (revista Nvmisma, FNMT-RCM, año XXII, n. 114-19, 1972), un fragmento más reducido de la pintura de Puebla en un billete para el que Camilo Delhom incidió el retrato de Fernando el Católico.
En una entrevista concedida en 1941 para el cuadernillo de filatelia de la revista quincenal Brújula. Revista gráfica del mar, Delhom confesó que en su juventud soñaba con ser marino mercante, e incluso llegó a contar que grabó en su estudio de Madrid muchos sellos para varios países del mundo. No hay, sin embargo, datos precisos sobre esos sellos que grabó para otros países por encargo de algunas casas de grabado inglesas, aunque en la página de la entrevista se incluye una imagen de un proyecto de sello para Portugal. «He residido largas temporadas en Londres», dice Delhom en esa entrevista, «donde existen tres Compañías de renombre universal, que unidas a la que hay en estados Unidos, surten a muchos países del mundo de billetes y sellos. Allí me perfeccioné técnica y profesionalmente, y grabé retratos para billetes de banco y muchos sellos que se encargaban a esas casas inglesas». Las Compañías inglesas a las que se refiere Delhom fueron obviamente Waterlow, De La Rue y Bradbury.
La primera serie específicamente republicana, conmemorativa
del III Congreso de la Unión Postal Panamericana y con vigencia postal de sólo
un mes, fue impresa, como las especulativas de Goya y Colón, en Inglaterra,
esta vez por dos casas, Waterlow & Sons (sellos de correo ordinario) y Bradbury Wilkinson (correo aéreo). Sánchez Toda grabó cuatro de las viñetas, encargándose Delhom y John A. C. Harrison de incidir las restantes.
Delhom
y Sánchez Toda se repartieron casi equitativamente el grabado de los retratos
de personalidades emitidos por la República. Retratos que ambos grabaron en muy
poco espacio y con un estilo en verdad muy similar, curtido y expresamente severo.
Las pruebas de punzón que hay de todos estos retratos,
generalmente muestran una mayor finura en el grabado que la observable en el
sello emitido.
Con
aún mayor intensidad y crudeza que en los retratos antevistos, Camilo Delhom grabó los tres sellos de las
vistas monumentales de Cuenca, Segovia y Toledo.
Según cuenta Jesús García Sánchez (Sellos y memoria: la
construcción de una imagen de España, 1936-1945, 2008), Camilo Delhom fue un
miembro activo del Sindicato Obrero de la FNMT, integrado a su vez en la UGT
durante los años de la guerra civil.
Al tiempo que grababa a buril los escasos sellos calcográficos emitidos, Delhom también dibujó dos sellos que fueron pensados por Arthur Barger, comerciante norteamericano que llegó a España al poco de comenzar la guerra civil, y que se implicó mucho desde Barcelona en la puesta en marcha de la Agencia Filatélica Oficial (AFO) y en impulsar estas emisiones republicanas que impresas en los talleres de Rieusset y Barguñó. La AFO, regentada por Francisco del Tarré y encauzada legalmente en febrero de 1938 por el Ministerio de Hacienda republicano, fue el primer servicio filatélico español concentrado en la publicidad y venta de sellos.
Quién se lo iba a decir, pero apenas dos años después de concluida la guerra, Camilo Delhom hubo de grabar a Franco para uno de los sellos más logrados del caudillo, emitido en varios valores entre 1942 y 1949. Es verdad que Delhom atempera el ceño desafiante del dictador, y consigue un retrato magistral, reciamente mesurado, pero las emociones debieron de ser muy extrañas.
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España, 1939; Hogar Escuela de los Huérfanos de Correos; sello benéfico.
“La fragua de Vulcano”, de Velázquez; a la izquierda, la pintura original, óleo
sobre lienzo, 223 x 290 cm. Sello emitido por el Estado Nacional e impreso en
Madrid por la casa Langa, rectificando las planchas confeccionadas
por la FNMT republicana. Impresión en calcografía
Las planchas estaban ya confeccionadas para la emisión republicana
a favor de los huérfanos de Correos, y a principios de marzo de 1939, muy pocas semanas antes de la toma de Madrid por el ejército nacional, se llegaron a imprimir en calcografía un
centenar de hojitas sin dentar que no fueron expendidas.
España, 1939; Hogar Escuela de los Huérfanos de Correos; sello
benéfico. “Los borrachos”, de Velázquez; a la izquierda, la pintura original,
óleo sobre lienzo, 165 x 225 cm. Sello emitido por el Estado Nacional e impreso
en Madrid por la casa Langa, rectificando las planchas confeccionadas por la FNMT republicana. Impresión en calcografía
Los cinco sellos reproducen, grabadas en talla dulce, cinco de
las pinturas más relevantes de Diego Velázquez, y pese a la inanidad postal, la categoría artística es máxima, y de hecho nunca
superada, ni tan siquiera por los grandes sellos posteriores de 1961.
España, 1939; Hogar Escuela de los Huérfanos de Correos; sello
benéfico. “Las Meninas”, de Velázquez; a la izquierda, la pintura original,
óleo sobre lienzo, 320.5 x 281.5 cm. Sello emitido por el Estado Nacional e
impreso en Madrid por la casa Langa, rectificando las planchas confeccionadas por la FNMT republicana. Impresión en calcografía
España, 1939; Hogar Escuela de los Huérfanos de Correos; sello benéfico.
“Las hilanderas”, de Velázquez; a la izquierda, la pintura original, óleo sobre
lienzo, 220 x 289 cm. Sello emitido por el Estado Nacional e impreso en Madrid
por la casa Langa, rectificando las planchas confeccionadas por la
FNMT republicana. Impresión en calcografía
Con un diseño muy similar, estos sellos de Velázquez sí que
los emitió la República, pero en 1938 y sólo fotograbados, sin ningún valor
artístico. Y mientras no haya datos contrastados, ninguna hipótesis es
descabellada respecto a la producción de estos grabados, desde la posibilidad
de que empezaran a realizarse dos o tres años antes y fuese muy dificultosa su
terminación dadas las circunstancias, hasta la casi lógica suposición de que
debieron de participar dos o tres artistas en la confección, descartada, claro está, una eventual elaboración en otro país de la que no se tiene noticia ni sospecha alguna. Sorprende, de
todas maneras, que para una emisión sin valor postal y en esos años turbadores y angustiosos, con la FNMT republicana fragmentada entre Madrid, Valencia y Barcelona, la ambición artística fuera tan grande y coordinada.
España, 1939; Hogar Escuela de los Huérfanos de Correos; sello
benéfico. “La rendición de Breda”, de Velázquez; a la izquierda, la pintura
original, óleo sobre lienzo, 307.3 x 371.5 cm. Sello emitido por el Estado
Nacional e impreso en Madrid por la casa Langa, rectificando las planchas originales confeccionadas por la FNMT republicana. Impresión en calcografía
Discípulo
de Enrique Vaquer y colega de Sánchez Toda
Gracias a una tarjeta mexicana de migración fechada en 1948
en Lisboa, hay datos precisos del aspecto tardío de Camilo Delhom, que nació en
Madrid el 9 de febrero de 1894.
En esos tiempos de finales de la década de los cuarenta, con
más de cincuenta años, era Delhom de estatura media, complexión fuerte, moreno
de piel y con ojos castaños. En la parte anterior de este documento figura como
oficio grabador técnico, mientras que en el reverso se da cuenta de la razón de
su llegada a México, el desempeño en la empresa del artista Fernando Fernández
como experto grabador de aceros. Como en los sellos y en los versos, los pequeños espacios sólo
dejan sitio para la verdad sencilla y desnuda. Grabador de aceros. Esta es la
verdad más verdadera de Camilo Delhom.
Tarjeta
del Consulado de México en Lisboa sellada en abril de 1948, en la que podemos
ver dos fotografías y los datos básicos de Camilo Delhom (Fondo, Secretaría de
Gobernación de México)
Dos años antes, en 1946, Camilo Delhom había solicitado la
excedencia como grabador en la FNMT y se estableció en un taller propio desde el
que, no obstante atender todo tipo de encargos, todavía terminó de realizar algunos
retratos más para billetes oficiales.
Producidos en Londres por Thomas de la Rue and Co. Ltd., Camilo Delhom grabó los retratos de Ramón y Cajal y de Hernán Cortés para los billetes de 50 y 500 pesetas, ambos pertenecientes a la emisión de 1935
Delhom entró en la FNMT a principios de los años veinte,
concretamente en marzo de 1922. Y en los lustros sucesivos, fue ascendiendo
gradualmente hasta el puesto de jefe grabador calcográfico a principios de los
años treinta (El
grabado en los documentos de garantía y seguridad 1637-1994,
FNMT). Asimismo, en 1931 quedó integrado como grabador calcográfico en el organigrama del Banco de España, bajo el mando de Ricardo Maura y Nadal y junto a su colega Manuel Castro Gil (1891-1963).
Camilo Delhom en una fotografía oficial de 1936 del Banco de España, en cuyo departamento de grabadores estaba integrado desde 1931
Entre ambos artistas, Delhom y Sánchez Toda,
grabaron la mayor parte de sellos calcográficos españoles emitidos entre 1930 y
hasta finales de los años cuarenta. Cómo fue la relación entre uno y otro
grabador, es una circunstancia no del todo clara, aunque se ha llegado a
insinuar que tampoco era la mejor. Quién sabe, quizá todo fuera consecuencia de
la separación que ocasionó la guerra civil, que también en este ámbito del
sello artístico no trajo sino discordia y enfrentamiento.
Hay constancia de algunos proyectos grabados por Camilo Delhom
ya en 1923 de correo urgente peninsular y para los territorios de Guinea, pero fue finalmente en 1929 cuando debutó en las emisiones de
España y Andorra.
En la serie de la Exposición General Española (Sevilla y
Barcelona), en la que también participaron como grabadores Enrique Vaquer y José
Luis Sánchez Toda, Camilo Delhom grabó las viñetas de estos dos sellos del
macero del Ayuntamiento de Barcelona y del antílope (Correo Urgente), el primero emitido en 3 valores; impresión en calcografía.
A la izquierda, sello español de correspondencia urgente de 1929, reimpreso en
años posteriores (1931 y 1932), que grabó Camilo Delhom; impresión en calcografía
España, 1930; Descubrimiento de América; Correo Aéreo. Retratos de
Colón y los hermanos Pinzón. Viñetas grabadas por Camilo Delhom, siendo el
sello de la derecha (2 valores) diseñado por José Luis Sánchez Toda, grabador además de los retratos laterales;
calcografía. El sello del centro, emitido en 3 valores calcográficos, fue
diseñado sobre el retrato de Cristóbal Colón que expuesto a la izquierda,
copia de autoría anónima fechada en 1828
España, 1930; Descubrimiento de América. Despedida de Colón en
Palos, a partir de una pintura desaparecida de Antonio Gisbert (1834-1901).
Viñeta grabada por Camilo Delhom. Impresión en calcografía; 2 valores emitidos
Delhom, dentro de esta serie, grabó igualmente la viñeta que
recrea el fragmento central de una excelente pintura de Dióscoro Puebla, Primer desembarco de Colón en América.
Un grabado sobrio y magistral.
España, 1930; Descubrimiento de América. Primer desembarco de Colón
en América, a partir de la pintura de Dióscoro Teófilo Puebla y Torín, a la
izquierda, hacia 1862 (óleo sobre lienzo, 330 x 545 cm). Viñeta grabada por
Camilo Delhom. Impresión en calcografía; 2 valores emitidos
Billete de 1 peseta de 1943, impreso en calcografía y litografía por
la FNMT, y para el que Camilo Delhom grabó el retrato de Fernando el Católico del anverso, y José Luis Sánchez Toda la viñeta del reverso, sobre la misma pintura de Dióscoro Teófilo Puebla y
Torín (Primer desembarco de Colón en América) que aquél grabase en el sello de 1930. Dos años después, en otro billete de 1 peseta (1945), Delhom volvió a grabar el retrato del anverso, entonces de Isabel la Católica, y Sánchez Toda otra vez la viñeta del reverso
Años de
la República Española
Camilo Delhom y Sánchez Toda
grabaron casi todos los sellos del período de la República Española, y los dos
artistas, en distintos momentos, llegaron a viajar a Inglaterra y Estados
Unidos para practicar y aprender nuevos usos en las grandes casas anglosajonas.
República Española, 1931; III Congreso de la Unión Postal
Panamericana. Alhambra, Granada, Fuente de los Leones; 2 valores. Sellos grabados
por Camilo Delhom. Impresión en calcografía
República Española, 1931; III Congreso de la Unión Postal
Panamericana. Francisco García y Santos (1856-1921), iniciador de la Unión
Postal de las Américas, España y Portugal; y Mezquita de Córdoba (2 valores).
Sellos grabados por Camilo Delhom. Impresión en calcografía
Al fundador del Partido Socialista español, Pablo Iglesias, lo grabó
Camilo Delhom en estos sellos republicanos (1931-1937), ambos a partir de una fotografía similar a la expuesta y elegida por el dibujante Pablo Galindo, si
no esta misma. Impresión en calcografía
República Española, 1932-33; Vicente Blasco Ibáñez. Sello grabado por
Camilo Delhom, sobre la fotografía elegida en el diseño, a la izquierda sobre
estas líneas; impresión en calcografía. A la derecha, prueba de punzón en azul de este sello
con el valor de 2 céntimos emitido en 1932
En los sellos de la época republicana, y salvando a Lope de
Vega y Velázquez, las personalidades elegidas pertenecían principalmente al
convulso siglo anterior y a las primeras décadas de la centuria en curso, con
alguna excepción más, así el ilustrado Jovellanos, que Delhom grabó con rigor y garbo.
Otros de los retratos que grabó Camilo Delhom en sellos de la
República Española (1931-35): Francisco Pi y Margall, Gaspar Melchor de Jovellanos
y Concepción Arenal, este último en una prueba de punzón sobre estas palabras; impresión en calcografía. Delhom también grabó el sello dedicado al político Manuel Ruiz Zorrilla (República Española, 1933)
República Española, 1932, Monumentos. Cuenca, Segovia (Alcázar) y Toledo
(Puerta del Sol). Sellos diseñados y grabados por Camilo Delhom. Impresión en calcografía
Los años republicanos fueron tiempos de esperanza y crispación,
antes de que sobreviniera la catástrofe, si es que el espejismo fue, siquiera
fugazmente, algo más que ensoñación vana. ¿Qué pensarían Delhom y Sánchez Toda? Imposible saberlo con certeza, ni siquiera teniendo en cuenta las
decisiones trágicas que habrían de tomar de inmediato, como por otra parte
hubieron de hacer todos los habitantes del país.
República Española, 1931 y 1935, IX
centenario de la fundación del Monasterio de Montserrat y tercer centenario de la muerte de Lope de Vega. Nuestra Señora de Montserrat
(1931), retrato de Lope de Vega (2 valores) y Ex libris. Sellos grabados por Camilo Delhom.
Impresión en calcografía
Tiempos
de guerra
Quizá estas decisiones no se toman de un día para otro, y
acaso también conviene reseñar que en no todos los hombres, las convicciones
están con idéntica fuerza aferradas, y todavía en muchos menos, son puestas a prueba en
circunstancias tan fatídicas. No es que sea difícil, sino cabalmente imposible,
juzgar decisiones y convicciones en trances de ruido y furia.
Sea por la razones que fueran, Camilo Delhom permaneció fiel a la República y prosiguió en la FNMT del Estado constitucional. Y aparte de las dudas de autoría que plantean los sellos expuestos al principio de esta entrada, Delhom diseñó y grabó buena parte de los sellos republicanos durante 1937 y 1938, los años decisivos del conflicto.
Sea por la razones que fueran, Camilo Delhom permaneció fiel a la República y prosiguió en la FNMT del Estado constitucional. Y aparte de las dudas de autoría que plantean los sellos expuestos al principio de esta entrada, Delhom diseñó y grabó buena parte de los sellos republicanos durante 1937 y 1938, los años decisivos del conflicto.
República Española, 1938; Cruz Roja española. Sello sobretasado a beneficio de la organización humanitaria y vendido en la
Agencia Filatélica Oficial de Barcelona. Sello diseñado y grabado por Camilo
Delhom; impresión en calcografía. A la derecha, otro de los sellos republicanos que no se
llegó a expender (1939, Correo Aéreo) y que grabó Camilo Delhom; impresión en calcografía
Al tiempo que grababa a buril los escasos sellos calcográficos emitidos, Delhom también dibujó dos sellos que fueron pensados por Arthur Barger, comerciante norteamericano que llegó a España al poco de comenzar la guerra civil, y que se implicó mucho desde Barcelona en la puesta en marcha de la Agencia Filatélica Oficial (AFO) y en impulsar estas emisiones republicanas que impresas en los talleres de Rieusset y Barguñó. La AFO, regentada por Francisco del Tarré y encauzada legalmente en febrero de 1938 por el Ministerio de Hacienda republicano, fue el primer servicio filatélico español concentrado en la publicidad y venta de sellos.
República Española, 1938; Defensa de Madrid (vista de Madrid, puente de Toledo y caserío al
fondo con la cúpula de la iglesia de San Francisco el Grande) y 150 aniversario de
la Constitución de Estados Unidos. Sellos sugeridos, respectivamente, por
Daniel López Rodríguez, subsecretario del Ministerio de Hacienda, y por Arthur
Barger, y diseñados y dibujados por Camilo Delhom. Sellos impresos en offset por
los talleres Rieusset y Barguñó, ambos de Barcelona, donde únicamente se vendieron por la Agencia Filatélica Oficial (AFO)
Al igual que los sellos antepuestos de la defensa de Madrid y
de la Constitución norteamericana, los sellos de homenaje al ejército
republicano fueron promovidos desde Barcelona por la Agencia Filatélica
Oficial, en un principio proyectados en tres series dedicadas a las milicias,
los voluntarios y las internacionales (diario La Vanguardia, 24 de marzo de 1938).
República
Española, 1938; Correo de Campaña. Escenas bélicas en homenaje al Ejército
Popular. Sellos diseñados y grabados por Camilo Delhom. Impresión en calcografía; 3 valores
emitidos de cada sello
Después las series se desarrollaron conforme se pudo, aunque
es fiable el dato de que Camilo Delhom grabó las viñetas de la serie
calcográfica emitida en noviembre de 1938.
República
Española, 1938; Correo de Campaña. Escenas bélicas en homenaje al Ejército
Popular. Sello diseñado y grabado por Camilo Delhom, emitido en 3 valores.
Impresión en calcografía
Como ha quedado apuntado en los primeros párrafos, además de los sellos de Castelao descritos y el del avión de correo aéreo, hay otras
emisiones truncadas de las que han sobrevivido proyectos, escasas impresiones y algunas pruebas, varias de ellas
de grabado y en las que bien pudo estar asimismo presente la mano dechada de Camilo Delhom.
Pruebas de punzón de dos de otros cuatro sellos complementarios previstos para el Correo de Campaña, grabadas en la FNMT republicana y que no se llegaron a
expender
Paz sin sosiego
Una entrada publicada en el Boletín Oficial del Estado en mayo
de 1946, donde se detalla el escalafón del personal especial de la ya
remodelada FNMT, es muy orientadora de las vicisitudes que hubo de vivir Camilo
Delhom una vez terminada la guerra civil y estando como estaba en el lado
perdedor.
Grabado de Camilo Delhom realizado en los años cuarenta, edificio del Banco de España en Madrid; 16.3 x 10.9 cm. A la derecha, billete español de 1948 (100 pesetas) para el que Camilo Delhom grabó el retrato de Francisco Bayeu, encargándose José Luis Sánchez Toda de incidir la viñeta del reverso
En unos años negros en que la represión y el ajusticiamiento
sumario fueron inclementes y feroces, el grabador no sólo continuó en la nueva
FNMT, sino que conservó incluso la antigüedad laboral, sin descontar siquiera
los tres años de servicio durante la guerra civil. Es evidente que fue la
elevada capacitación técnica la que quizá salvó su carrera, y casi con toda
seguridad, es posible que hasta su vida.
A la izquierda, entrada del Boletín Oficial del Estado de mayo de 1946
en la que se detalla el escalafón del personal especial de la FNMT a finales de
1945. En el centro, sello de San Juan de la Cruz (España, 1942) para el que Camilo
Delhom muy posiblemente proveyó un grabado en cobre; impresión en offset (3 valores emitidos). Y a la derecha, el artista grabador Camilo Delhom a finales de los años cuarenta
¿Intercedió Sánchez Toda, vencedor entonces, en favor del compañero de ayer mismo? Quizá sí, por qué no; al fin y al cabo les unían el oficio y
el talento, de los que ambos andaban sobrados y que por otra parte, tan difícil
era de encontrar en esos instantes y aún siempre.
En la entrevista citada de la revista Brújula de 1941, Delhom comenta en un tono sumiso y pareciera que dócil y sometido, que «estoy en la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, siendo compañero mío de especialidad José Luis Sánchez Toda, quien también ha viajado mucho por el mundo, y que como yo, tampoco cambia Madrid por nada. E igualmente estoy en el Banco de España como grabador técnico para comprobar la idoneidad y autenticidad de los billetes, y allí, con mis compañeros Ricardo Maura, hijo del maestro Bartolomé, y el aguafortista Castro Gil, somos los encargados de determinar qué billetes son defectuosos y cuáles válidos».
Camilo Delhom grabó un gran retrato para el billete de 1000 pesetas español
de principios de los años cuarenta, a partir de la famosa y elogiada pintura de
Tiziano, a la derecha, Carlos V en la Batalla de Mühlberg (1548; óleo sobre lienzo, 335 x 283
cm). Este billete con fecha
facial de 1940 y que
circuló entre 1946 y 1971, pertenecía a la primera serie preparada entera en la FNMT
del Estado español, grabando José Luis Sánchez Toda el escudo de armas
del reverso
El caso es que durante los casi seis años de la década de los cuarenta en que
Camilo Delhom estuvo en la FNMT, pudo grabar varios sellos y algunas viñetas y
retratos para billetes, en ocasiones codo a codo con José Luis Sánchez Toda, ya
investido de una autoridad artística indiscutible.
Dos billetes españoles con fecha facial de 1951 para los que Camilo
Delhom grabó, a finales de los años cuarenta, unos
soberbios retratos de Mariano Benlliure y Joaquín Sorolla
Quién se lo iba a decir, pero apenas dos años después de concluida la guerra, Camilo Delhom hubo de grabar a Franco para uno de los sellos más logrados del caudillo, emitido en varios valores entre 1942 y 1949. Es verdad que Delhom atempera el ceño desafiante del dictador, y consigue un retrato magistral, reciamente mesurado, pero las emociones debieron de ser muy extrañas.
Camilo Delhom grabó a Franco para este sello emitido entre 1942 y 1949,
utilizando la fotografía adjunta como punto de partida en el proceso de diseño. Impresión en calcografía
Otros sellos que grabó Delhom en estos años de posguerra, son
igualmente meritorios y excelentes. Y es que el artista, recién sobrepasados
los 50 años, estaba en plena posesión de sus armas artísticas, pletórico y resuelto
en los reflejos exigentes de los aceros.
España, 1945, Joaquín García Morato y Conde de San Luis. Sellos
grabados por Camilo Delhom. Calcografía
A falta de indicios y datos fidedignos, no parece muy
impertinente aventurar que en su abandono de la FNMT en 1946, con apenas 52
años, acaso tendría algo que ver la sensación de placidez premiosa que Camilo
Delhom aparentaría en esta sombra de la paz impuesta. Delhom se estableció en
Madrid como grabador independiente, y excepción hecha del viaje a México y de
algunos trabajos aún acordados con la FNMT, caminó tranquilo y cansado hasta
los últimos días de su vida en 1970. Tal vez, como Miguel Hernández escribiera muchos
años antes en unos versos de renuncia, vio turbio su mañana y se quedó en
su ayer.
A la izquierda, sello de Benito Jerónimo Feijoo (España, 1947)
grabado por Camilo Delhom; calcografía. Y a la derecha, medalla diseñada por
Delhom a mitad de la década de los cincuenta en su taller privado (1956, Aniversario
del Banco de España), cuando ya hacía años que había dejado la FNMT
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Nota
Como es obvio, los párrafos de relación entre Castelao,
Machado y Delhom, sólo son una modesta digresión literaria, no obstante
su verdad esencial. Estas líneas las escribí primero en el foro Ágora de
Filatelia (ramon1843, Los sellos más bonitos del mundo), y leídas ahora, me ha
parecido de interés recuperarlas como introducción para una entrada que no podía ser, a falta de
datos incontrovertibles en varios y grandes sellos, sino muy ilusa y divagadora.
En cuanto a los sellos de Velázquez de 1939, quedan integrados
aquí en espera de poder ofrecer con garantías datos más concretos de autoría
y confección, cosa que ahora mismo no parece asequible salvo apunte milagroso
de algún visitante apasionado.
Ramón A.
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